Este 28 de septiembre Cuba y China festejan el establecimiento de unas relaciones diplomáticas anudadas durante 58 años con el respeto mutuo y una amistad que ayudó a superar grandes obstáculos y elevar la cooperación hasta niveles importantes.
La fraternidad también tiene sustento en la incorporación de muchos de ellos a las luchas independentistas gestadas en Cuba, hecho remembrado en un monumento en La Habana.
Pero la decisión de reconocer en septiembre de 1960 a la República Popular China como único representante legítimo de su pueblo en la arena internacional, fue el catalizador en el progreso armonioso e ininterrumpido de unos lazos calificados por sus propias autoridades de sólidos.
Cuba se convirtió así en el primer Estado de América Latina y el Caribe en establecer relaciones diplomáticas con la joven República socialista nacida apenas 11 años atrás, en 1949, y hoy la segunda potencia y un referente en el mundo.
Durante todo este tiempo los intercambios políticos florecieron con diálogos fluidos y alcanzaron un nivel significativo gracias a las visitas recíprocas de altos funcionarios anualmente que, además, consolidan cada vez más la confianza mutua.
Una de las más recientes fue la que realizó el primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Salvador Valdés Mesa, a inicios de este septiembre a Beijing.
El dirigente destacó la plena madurez en los nexos bilaterales y la importancia que otorgan ambas naciones a compartir experiencias para construir sus respectivos modelos socialistas, partiendo de las realidades específicas.
Indicó que Cuba considera a China un factor de equilibrio y estabilidad a nivel mundial, pues su ascenso contribuye al multilateralismo y representa una oportunidad para los países en desarrollo.
Valdés Mesa agradeció la posición invariable del Gobierno asiático, junto al resto de la comunidad internacional en contra del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a la isla caribeña durante más de medio siglo.
Agregó que Cuba acoge con simpatía la iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda, tras recordar que China es su segundo socio comercial y uno de los principales destinos de las exportaciones nacionales de bienes.
De hecho, el volumen mercantil entre ambos territorios el año pasado rondó los 200 mil millones de dólares.
La cooperación entre las partes es dinámica y multifacética, con destaque en áreas como la formación de recursos humanos, las energías renovables y la biotecnología.
En el último sector desde 2003 abrieron en la nororiental provincia de Jilin la empresa mixta Changchun Heber Biological Technology y también trabajan juntas en la compañía ChangHeber.
Con Biotech elaboran y comercializan el anticuerpo monoclonal humanizado Nimotuzumab-R3, de factura cubana, para tratar los tumores cerebrales.
Dos recientes acuerdos amplían esa colaboración porque propician la creación de nuevas empresas mixtas en el sector de la salud en ambos estados, específicamente, para producir medicamentos obtenidos en la isla, con patente y reconocimiento mundial por ser efectivos.
Uno de los pactos incluso permitirá abrir centros de investigaciones conjuntas y completar el ensayo clínico de productos cubanos muy innovadores que están en su fase final de desarrollo.
Eduardo Martínez, presidente de grupo BioCubaFarma, explicó a Prensa Latina que esos convenios sientan las bases para llevar a cabo una alianza estratégica a corto, mediano y largo plazo encaminada a introducir fármacos en el mercado chino, pero también en Latinoamérica y otras regiones del planeta.
Por otro lado, la isla aprovecha con éxito los espacios posibles para dar a conocer en la nación asiática su potencial exportable, el cual abarca servicios médicos de alta calidad, ofertas turísticas y productos emblemáticos como la miel, el café, el tabaco y el ron.
La presencia cubana siempre resulta centro de atención en los eventos expositivos realizados en China y se caracteriza por ser uno de los más frecuentados por la variedad y autenticidad de su muestra.
Ahora, las diferentes empresas acreditadas aquí están inmersas en los preparativos para hacer una promoción mayor en noviembre durante la venidera Expo Internacional de Importación de Shanghái, oportunidad donde numerosos países traerán sus carteras de negocios, bienes y servicios insignias.
China, a su vez, también es un participante activo de eventos como la Feria Internacional de La Habana con empresas bien posicionadas y conocidas en el mercado cubano como la de los ómnibus Yutong, los televisores Panda, electrodomésticos y maquinaria agrícola.
Este año fue el invitado de honor en la Feria de Libro, un puente que reforzó el intercambio entre intelectuales de los dos estados y el pueblo conoció más de su cultura y tradiciones. Al decir de Zhao Bentang, director general de América Latina y el Caribe de la Cancillería, Cuba es ‘un amigo, un socio, un compañero’ de China y al ser dos países socialistas comparten valores similares.
‘En el mundo actual donde las circunstancias internacionales y regionales sufren cambios complejos y profundos, China y Cuba están inmersos en un viaje hacia el progreso’, aseveró.
Asimismo, se comprometió a trabajar con Díaz-Canel por profundizar los nexos, ampliar la cooperación y conquistar futuros logros que contribuyan a honrar más la amistad de los dos estados.
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