Los vaivenes de los productos agrícolas en mercados y puntos de venta, el irrespeto a los precios establecidos y la reventa conspiran contra la mesa familiar
Intentan ponerle cascabel a los precios
A boca de jarro y apostados detrás de carretillas que exhiben tomates, ajíes pimientos, ajos, malanga, cebolla y hasta raquíticas manos de plátano burro, los pocos vendedores ambulantes que quedan en las cercanías del Mercado Agropecuario Estatal (MAE) La carpa roja, en Cabaiguán, esgrimen una verdad para ellos irrefutable: vender a menos precio no da negocio.
Lo sustentan con más vehemencia desde que a fines del pasado año el Consejo de la Administración Municipal (CAM) plantó ultimátum en las tarimas y comenzó a exigir, rigurosamente, que no se venda ni a un peso más de lo establecido en las resoluciones que regulan el tope de los precios de los productos del agro.
Han sido toneladas de gardeo estatal. Tanto que, recientemente, se rescindió más de medio centenar de contratos a quienes vendían en puntos móviles de la Agricultura Urbana, se mudaron las carretillas de las cercanías de La carpa roja, se limitaron las licencias de los vendedores ambulantes de productos agrícolas y se decomisaron no pocas libras de mercancía.
Mas, de un lado de la báscula siguen pesando los alimentos exclusivos por cuenta propia, los costos elásticos, la ley de la oferta y la demanda…; del otro, producciones que no van del campesino a las plazas, los impagos de Acopio, los esfuerzos para abaratar y sustentar las ferias dominicales, el vilipendio a los consumidores… Con tales aderezos, Escambray sopesa argumentos —desde los mostradores hasta las jabas— y se sienta a la mesa.
DE CARRETILLA
“Quieren que vendamos el tomate a 2.10 pesos la libra y, sin embargo, el domingo en la Feria el Estado lo vendió a 5 pesos en La carpa roja”, sostiene Elgio Moya Camacho, el único de los vendedores que se atrevió a respaldar con nombres y apellidos sus palabras.
“Llevo 20 años con patente y dos años sin multa —asegura— y de ahora para ahorita nos quitaron la licencia. Los productos que se venden aquí se traen de otros lados; por ejemplo, la malanga y el boniato, de La habana, y si el campesino te vende el boniato a 1.70 pesos la libra tú no lo puedes vender a peso. Con licencia es y estamos como bandoleros. Los que quedan son cuentapropistas, pero están en el filo del cuchillo”.
Gratis caen por ristras, en la agenda de este semanario, otros argumentos: que si el cese de los contratos llegó sin avisos, que si el campesino prefiere venderles a ellos porque Acopio no paga, que si por ser vendedores ambulantes no pueden almacenar mercancía, que si deberían hacer como en Santa Clara que toparon, por ejemplo, el tomate a 8 pesos, que si ellos se acogen solo a la ley de oferta y demanda, que si a nadie cogieron violando precios…
¿Pero ustedes saben que la malanga tiene un precio topado aunque se haya vendido hasta a 12 pesos?, indaga Escambray. Y lo admiten, como mismo lo reconocía aquel muchacho que prefirió el anonimato por temor a represalias: “Hay precios que se han disparado, es verdad, pero el listado de precios que hay tampoco es coherente, es absurdo”.
Por años se le ha puesto límite a los costos —vigente aún en la Resolución 127 del Ministerio de Finanzas y precios o en la reciente Resolución 908 del Consejo de la Administración Provincial— y por años se ha violado. En el 2015 estas mismas páginas daban fe de aquella incipiente iniciativa local que intentaba contener los importes de los alimentos solo en las ferias dominicales; a la postre, el encarecimiento abofetea más allá del mostrador. Pero la añeja permisividad también ha servido de terreno fértil para no pocas infracciones y justamente ahora se pretenden contener.
“Empezamos a trabajarlo hace dos años —afirma Carlos Puentes Molina, vicepresidente del CAM a cargo de la distribución de bienes y consumo—. En diciembre tomamos la decisión, coordinado con la Agricultura Urbana, de no hacer más contratos con los puntos móviles de ese organismo y dejar solo los puntos fijos que habían hecho una inversión, un local.
“Se hizo debido a violaciones de precios, fundamentalmente, y porque no estaban cumpliendo con el reglamento de la Agricultura Urbana que establece que son carretilleros móviles, que no pueden estar a menos de 200 metros de una entidad estatal —y estaban frente a La carpa roja— y que deben vincularse a un organopónico porque su razón era vender las producciones de esos lugares”.
Desde entonces solo quedó una treintena de puntos fijos y se le suspendió el contrato a más de medio centenar de trabajadores de la Agricultura Urbana que, a despecho de la legislación y a sabiendas de las autoridades, vendían desde acelgas hasta papas.
Y las carretillas que minaban la calle aledaña al MAE se han ido sembrando a cuentagotas en entrecalles contiguas. Y los productos que se comercializaban antes siguen cotizándose a veces, en susurro, a similares costes.
Mas, ni los carretilleros con patente están inmunes. Según la Dirección Municipal de Trabajo y Seguridad Social, nada los exime de regirse por la lista de precios vigente. “Ninguno se acoge a la ley de la oferta y la demanda —precisa Elianni Silot López, al frente de dicho órgano—. Se decidió que estos vendedores de forma ambulatoria debían moverse del área de la feria, ya que estaban violando el alcance de la actividad, descrito en la Resolución 42 del 2013, que decreta que no pueden establecerse en un área fija. Solo en esa área tenemos seis que fueron apercibidos y se les hizo el trabajo profiláctico”.
Tres años atrás, por acuerdo del CAM —según asevera la propia fuente—, ya se había suspendido temporalmente el otorgamiento de licencias para ejercer este oficio y en la actualidad, a tono con las recientes regulaciones para el trabajo por cuenta propia, no se aprobarán nuevas patentes.
Aseguran las autoridades estatales que las regulaciones no pesan únicamente en los hombros de las instancias gubernamentales ni de la policía, sino que se ha convocado a los ciudadanos a denunciar el timo en sus bolsillos.
LA LEY Y EL ORDEN
Dicen que aquel sábado de diciembre, cuando las patrullas se parquearon frente a las casas almacenes en las narices mismas de La carpa roja, ya la gente había empezado a marcar cola. Dicen que el domingo posterior, cuando aquellos mismos tomates, malangas, guayabas, yucas… cruzaron la calle hasta el MAE cabaiguanense, a precios “pagables”, la venta no duró ni una hora.
Solo en Cabaiguán, la Policía Nacional Revolucionaria en esa ocasión intervino tres casas almacenes, cuyas mercancías llenaron dos camiones. Según el capitán Yosvany Hernández Castro, jefe de la Estación de la Policía en esa localidad, el accionar no ha terminado. “No hemos bajado la guardia. Todos los domingos en la feria seguimos realizando estos operativos para verificar que se venda de acuerdo con la lista de precios”.
Pero tales acciones no son exclusivas de Cabaiguán; en toda la provincia la Policía Técnica Investigativa y la Unidad de Patrullaje han escrutado con lupa desde los productores hasta las carretillas, han radicado denuncias, se han apostado en las tarimas para que se venda como la ley manda, han interceptado camiones de mercancías intentando salir del provincia, han impuesto multas…
Es un campo sitiado. Tanto, que los inspectores estatales de la Dirección Integral de Supervisión también impusieron, al cierre del 2017, 84 multas por violaciones de precios —de acuerdo con el Decreto Ley 227, artículo 1, inciso b—, lo cual reportó un importe de 9 000 pesos. Asimismo, a tenor del Decreto-Ley 315 se recaudaron 25 000 pesos debido a las multas impuestas a personas que ejercían el trabajo por cuenta propia sin patente.
La batalla no termina en el mostrador, y se sabe, sobre todo si al cerrar los talonarios de multas los alimentos siguen cotizándose por las nubes, si quien compra sigue encontrando en las carretillas lo que no se halla en las placitas.
Ante tales carencias no faltan defensores de quienes venden en carretillas. Así lo sustenta Isidro Martínez: “Para qué quitaron los carretilleros si tú vas a la placita y lo único que hay son latas, entonces tienes que venir aquí a comprar aunque sea más caro”. Más allá, con una jaba tan menguada en tomates como su propio bolsillo, la pensionada Rafaela Rodríguez discrepa: “Lo que tenían era un descaro con el pueblo. Usted cree que con una pensión yo puedo pagar 30 pesos por cinco o seis tomates”.
Increíble, como igual de sorprendente es que un municipio eminentemente agrícola con más de 3 000 productores y 54 bases productivas no pueda llevar la producción del surco a las placitas. Y es la sequía que afecta y el ciclón Irma y Acopio, que sigue pretendiendo que le lleven las producciones casi gratuitamente hasta la ciudad.
No será eterno. Por lo menos así lo cree Puentes Molina: “Queremos que Acopio sea el mayor comercializador, que vuelva a ser lo que era antes. Ya tenemos tres tractores con tres carretas, un camión y en este mes entra otro tractor con carreta y otro camión; ya acopio tiene transporte y puede ir al campo”.
Para abaratar los costos también se abonan otras estrategias: el traspaso de 19 placitas a los dominios de Acopio —ya dispone de 11 y de dos mercados estatales— y llevar la comida a cada Consejo Popular como lo delinea el novel programa de autoabastecimiento.
La golondrina de Cabaiguán no hará primavera si en el resto de los territorios —pienso, por ejemplo, en Trinidad— los alimentos continúan comercializándose a precios galácticos, si las papas solo se venden en aquellos sacos camuflados debajo de las carretillas, si los campesinos guardan la mercancía de primera para los revendedores.
La carestía de los alimentos no se resuelve con pararse en la esquina de La carpa roja y ver la calle aledaña despoblada de carretillas que han pasado a estacionarse cuadras más allá. Eso solo es otro cultivo en el fértil campo de los flexibles costos. Lo verdaderamente trascendente es que tantas estrategias persistan y den frutos y que, a la postre, no resulte poco menos que agónico llevar un plato de comida a la mesa.
Muy de acuerdo con Javier. El problema lo crea el gobierno por estar creando demasiados controles, trabas, restricciones y órdenes sin fundamento comercial pero si político.
Sucede lo mismo que en Venezuela, que antes de 1999, cuando visitaba ese querido país, los mercados tenían abundancia y no faltaba nada. A penas el Coronel Chávez empezó a meter las narices en la actividad comercial, empezó la escasez. Y hoy en día lo que es hambre y saqueos. Se ha llegado a este punto por la injerencia del gobierno, que topa los precios y los vendedores tienen una ganancia tan misera, que no vale la pena vender comida. Esa es la guerra económica, la misma que le hacen en Cuba a los privados.
Como esto funciona, eficientemente, en el mundo moderno es asi:
1- El productor (campesino) privado recoge sus cosechas y se las vende directamente a los mercados o a los restaurantes con los cuales tiene contrato. Un transportista privado es contratado, o por el productor o por el comprador, para llevar los productos directamente al comprador. Sencillo y eficiente. Cada uno cobra por su trabajo y todos contentos.
2- El productor (campesino) privado recoge sus cosechas y se las vende a un mayorista o acopiador, privado tambien. Un transportista privado es contratado, o por el productor o por el acopiador, para llevar los productos directamente del campo al centro de almacenaje. Allí van los pequeños distribuidores que le compran los productos al acopiador y se los llevan y venden a los mercados (generalmente pequeños en este caso), restaurantes y demás vendedores. Varios intermediarios en este caso, pero funciona y todos ganan.
3- Hay un caso que se ve mucho en las calles de Miami, son los “vianderos” que venden al por menor en carros parados en cualquier calle, muy semejantes a los carretilleros de Cabaiguan (mi pueblo, por cierto). Estos vianderos le compran los productos al acopiador anterior o a quien le venda algo que de negocio. Van por los campos comprando frutas directamente de los campesinos y las venden en la calle. Y nadie se queja
Hay ofertas por todos lados, desde el viandero hasta el enorme supermercado. Y uno compra donde mejor le parezca la relación calidad-precio. Factor común en todos los casos: negocios privados, que quiere decir calidad, eficiencia y ganancia. Si no, quiebran los negocios. Y muy importante, competencia. Quien sale ganando? La gente que compra el producto al final, porque si vendes caro o malo, le compro al otro. Los gobiernos son pésimos cuando meten las narices en esto. Consejo: saquen al gobierno de esa cadena campo-distribuidor-vendedor, dejen que sean solo privados compitiendo entre ellos, y verán que mas temprano que tarde los productos aparecen y los precios se reducen.
Esto pasa porque el gobierno limita el emprendimiento.
YLESUS ataca a los carretilleros, como si fuera la causa del problema del desabastecimiento y los altos precios, pero calla ante la USURA, de las TRD. Eso si es abuso y atropello, pero como es estatal, pasa de puntillas y miran para al lado. El gobierno paga en moneda nacional ( pesos ) con un valor 25 veces inferior al CUC, que es el que rige en las TRD. Y luego, estos templos de la usura, los precios estan inflados hasta el 500%, que en ningun lugar del mundo un comerciante se atreve a subirle mas del 50%, como mucho. Pero al no haber competencia en Cuba, estos mercados TRD, ponen el precio que les da la realisima gana y nadie dice nada. AH, EL PROBLEMA SON LOS CARRETILLEROS Y LOS DE LA FERIA DOMINICAL. Cuanta hipocrecia y cuanta moral en calzoncillos !
Yo me maravillo como la gente defiende a los carretilleros y otros revendedores, parecen que son masoquistas, están acostumbrados a que los roben a la cara. Es verdad que no hay nada en las placitas, pero eso no justifica que cuatro o cinco cara duras corruptos quieran tomar el control de lo poco que se produce a costa del bolsillo del pueblo y enriquecerse, porque compran los productos y triplican o cuatriplican lo que les costó. Esto es extensible a las TRD, las bodegas, en los mercaditos, en todos lados donde se venda algo, siempre hay un puñado de mangansones y mangansonas cazando lo que se venda para acapararlo y ya saben ustedes el resto.
ylesus, no voy a atacarte con mi criterio, lo respeto y tienes mucha razon en lo q dices, pero compadre, no se si sabes, q hace algun tiempo atras, se perdio arroz xq el estado no tenia combustible para trasladat las cosechas, q en otro tiempo se perdio tomate y asi x el estilo, ejemplos hay miles. Y el estado es inimputable, nadie le puede pedir cuentas xq al final la culpa no es de el, sino del bloqueo de los EU. No se si sabes que el estado implementa la politica del sofà y lo nota muy a menudo sin solucionar la causa que origina el problema, a fin de cuentas todo lo paga el pueblo, un pueblo que ya no resiste mas mentiras y enganos, que pasa mil necesidades y se las debe ingeniar para apenaa sobrevivir, no se si has escuchado que en Cuba no se vive, se rabea, xq la rabia esta a la orden del dia con tantas cosas q suceden, y sepase que yo mo estoy politizando, simplemente hay que acabar de tomar el toro x los cuernos y dejarse de tanto miedo a que la gente haga dinero «producendo» ud se tiene la respuesta al x q en Cuba no se puede consumir carne de res libremente como en el resto de los paises menos en la India x razones de religion, el tema de la alimentacion en Cuba siempre esta a la orden del dia, se ha preguntado ud. xq existe tanta miseria en Cuba? El hambre es sinonimo de pobreza extrema, y Cuba transita marcha atras, esta detenida en el tiempo y sin esperanzas para su gente, la peor cosa es que el mayor bloqueo lo tenemos dentro y ese hace mas dano que todo lo demas existente, espero yo, y los demas creo q tambien, q los cubanos no tengamos q salir a buscar mejoria fuera del país, cuando podemos hacerlo prosperar ……sin trabas ni miedos que lo impidan. He dicho.
Los precios se bajan con más producción, cuando la oferta supera la demanda los precios automáticamente se normalizan, es la regla básica del mercado. Mientras no ocurra esto, seguirá el problema por los siglos de los siglos..
Puedes tener mucha producción pero si no existe motivación, voluntad, apoyo e infraestructura para trasladarla y comercializarla no haces nada, cuánto no se ha perdido en los campos por falta de combustible, envases para el acopio, problemas con los contratos, falta de financiamiento y mucha falta de VERGÜENZA. Saludos.
Esto no es mas que la Venezuelizacion de Cuba.
Acá en SS es igualito a cabaiguan, penas s agentes del orden dan la espalda, las placitas aunque tengan un precio en la pizarra te dicen que es otro, Ejemplo la del pasar la linea del camino de la habana, pone un precio del tomate a 4.20 en pizarra y lo esta vendiendo a 6. Que usted cree.
El estado cubano y su gobierno en conjunto, deberían estimular la producción de alimentos en Cuba, y si es en realidad como dijo su presidente… » que era una cuestión estratégica.. » pues entonces que la prioricen como hacen con el turismo, que deje de temerle a las personas que ganan sudando la camisa, y si se hacen millonarios trabajando pues aplausos para ellos, en definitiva en Cuba los hay que han robado y lo siguen haciendo y no sucede nada, no puede el estado administrar todo, y no se puede producir imponiendo trabas y ni siquiera garantizando herramientas a precios modicos, es hora de modernizar la agricultura, estamos acostumbrados a detener el tiempo y este pasa sin clemencia, hay q modernizarlo todo, es una necesidad imperante, además de permitir a los campesinos que produzcan sin miedos, en Cuba nadie se alimenta de números y quien los ve, cree que estamos bien, bien jodidos es lo que estamos, el hambre campea por su respeto y la complacencia y las justificaciones de todo tipo aun más, dejen que la gente produzca, apoyenla, caballeros y si el Estado es incapaz, pues dejen que importen libremente sin tasas ni aranceles los insumos, herramientas y medios para hacer producir la tierra, estoy seguro que el pueblo, que pasa mil necesidades y ya sin sueños ni esperanzas, lo va a agradecer con creces. He dicho.
segun el ingeniero Funes formado en la Universidad de la Habana y estudios en holanda y famoso en la Habana por hacer ,producir tierras improtuctivas y visitado en su finca por fidel , para conoser de su experiensia,,el plantea que en cuba se pierde mas del 50 % de lo que se cosecha , podria usted en otro articulo ver la cantidad que se pierde en cabaiguan , para tener una idea , como pasa en Guantanamo en la cosecha del tomate y el mango que se pierden toneladas
saludos
si el estado garantisara productos a bajos precios y estabilidad en los mercados ,los carretilleros desaparecian por si solos