Formal, pero sin almidonamientos. Respetuosa, sin excesos. Con entera confianza. Así transcurrió la reunión de intercambio entre vecinos de la Circunscripción No. 104 del Consejo Popular de Jesús María —CDR No. 5 de la Zona 20 de los CDR en la cabecera provincial— con Iliana Yanet González Enríquez, la delegada que los representa.
En medio de un callejón, no muy distante de la Carretera Central, por el que solo se anda bien a pie; con la bandera, los símbolos patrios y fotografías de Fidel y Raúl colgadas de un cordel, una treintena de mayores y un nutrido grupo de niños demostraron la valía de la confianza y la comunicación eficaz.
Ederto Polo Romero, Mico, el presidente del CDR, le había comentado al equipo de prensa al referirse a Iliana: “Yo vivo enamorado de su trabajo, no tiene mal carácter para nadie y acude en cuanto se entera de un problema”. Debe ser por eso que, sin demasiada iluminación, mientras la delegada habló los adultos no hicieron murmullo alguno.
La gente confía en la profesora de trato afable, porque al exponer dialoga; porque habla como nadie de la situación epidemiológica, de los choferes de menos para cubrir las rutas de ómnibus locales, de la cobertura docente incompleta y hasta de la necesidad de que cada quien reclame sus derechos como consumidor en unidades comerciales.
Caridad Quintero reclamó por los frijoles negros, tipo balines, que pese a haber sido criticados en la prensa siguen llegando como suplemento dietético para niños de bajo peso, como la suya. Un joven elector lamentó el deficiente trabajo de Acueducto para suprimir un salidero en calle La Ford.
No faltó la alusión a los bajos voltajes derivados de la conexión a una tendedera, aunque la vecindad paga el consumo; ni la indagación sobre cuándo se podrán adquirir los materiales para declarar habitables un grupo de viviendas. Tras el reconocimiento a los que más se destacan en el trabajo comunitario, Iliana recibió el regalo que más agradece: el reconocimiento de aquellos con quienes departió.
Ella también tuvo elogios para la gente solidaria, respetuosa y atenta que habita allí, en condiciones menos fáciles. “Cuando vino una brigada a podar los pinos, durante el Ejercicio Popular Meteoro 2017, ni a ellos ni a mí nos faltó el café, ni el agua ni otras atenciones”, evocó. Y una infusión igual de humeante y sabrosa cerró la cita, plantada en tierra virgen, como los taburetes y la mesa donde se tomó nota.
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