El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, expresó este martes gratitud al pueblo británico por las muestras de amistad y cariño profesadas hacia su país en estos casi 60 años de proceso revolucionario
Durante el ameno intercambio en la residencia de la embajada de La Habana en Londres, el mandatario actualizó a los miembros de ese movimiento y a compatriotas radicados aquí sobre la situación en la mayor de las Antillas y sus relaciones con esta nación europea.
En esa línea destacó que el proceso más importante que vive estos momentos la isla es el de la reforma constitucional, con una participación popular enorme.
El jefe de Estado aludió al debate sobre el proyecto de nueva Constitución en Cuba, del cual resaltó la amplia implicación de la gente.
Al comentar sus experiencias al respecto, enfatizó que las personas mayores participan en el proceso con el compromiso de que será la carta magna que legarán a sus hijos y nietos, mientras lo jóvenes lo hacen con el compromiso de que será el texto a defender en el futuro.
Es un proyecto constitucional ‘robusto’, recalcó, y se mostró convencido de que tras la consulta popular, la ley de leyes que se llevará finalmente a aprobación y referendo será todavía más vigorosa y moderna.
Respecto a los nexos bilaterales, subrayó que se dinamizaron a partir de 2016 con la visita realizada a La Habana por el entonces canciller británico, Philip Hammond, actual ministro de Hacienda.
Precisamente, Hammond, considerado la segunda figura del Gobierno de Reino Unido, recibió la víspera al presidente de los consejos de Estado y de Ministros de Cuba.
A su juicio, el principal obstáculo en el desarrollo de esos vínculos es el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto desde hace más de medio siglo por Estados Unidos contra su país, cuyas medidas extraterritoriales afectan los flujos financieros y las inversiones.
Agradeció el apoyo del movimiento de solidaridad de Reino Unido para quebrar la prolongada política de hostilidad estadounidense, que, denunció, se recrudeció con la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump.
Aprovechó, además, para reconocer el respaldo de los sindicatos británicos, y en general del movimiento de solidaridad, en la lucha por la excarcelación de los cinco antiterroristas cubanos que soportaron injustas condenas en prisiones norteamericanas.
Para el estadista, sin la ayuda de las agrupaciones solidarias nada de eso hubiera sido posible, en referencia a su tenaz defensa de la Revolución cubana.
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