El documento original de la orden de alzamiento dirigida a las fuerzas mambisas del centro del país para iniciar la Guerra Necesaria, firmado por el delegado del Partido Revolucionario Cubano (PRC), José Martí, fue donado al Museo Provincial General, de Sancti Spíritus, por un anticuario residente en la cuarta villa, en el contexto de las conmemoraciones por los 150 años del comienzo de la gesta independentista contra el colonialismo español.
Para la máster Martha Barbarita Esquijarrosa Escobar, directora de la institución, el valioso mensaje enriquece el patrimonio cultural espirituano y, en específico, el de su centro, que recorre la historia de la región desde el nacimiento de la villa hasta la actualidad.
Fechada en Nueva York, Estados Unidos, el 29 de enero de 1895, la orden para retomar las armas —de cuya autenticidad no duda Esquijarrosa Escobar— está remitida al General Francisco Carrillo, asentado en Remedios y, por extensión, a todos los grupos del centro de Cuba.
A la par de agradecer la donación al coleccionista Michel Rodríguez Carrera, la directora del museo aseguró que una fotocopia del documento será expuesta en la sala dedicada a las guerras contra la metrópoli ibérica en la instalación.
Además del organizador principal de la contienda del 95, firmaron la comunicación, entre otros, Enrique Collazo, en representación de los conspiradores de la isla, y José María (Mayía) Rodríguez, quien la asumió en nombre del General en Jefe Máximo Gómez.
El secretario del PRC, Gonzalo de Quesada; Serafín Sánchez Valdivia y Carlos Roloff —veteranos de la guerra— también suscribieron la orden del alzamiento, que estallaría el 24 de febrero, esencialmente, en la provincia de Oriente.
A Escambray le asalta la curiosidad histórica acerca de la rúbrica del Mayor General espirituano aparecida en el mensaje, si se considera que el amigo del Maestro no se encontraba en Nueva York el día de su redacción; prueba de ello es que el 29 de enero —fecha de suscrito—, el 30 y 31 de ese propio mes de 1895 Martí le envió una carta cada día a Serafín, radicado entonces en Cayo Hueso, Florida.
En su libro El Partido Revolucionario Cubano en la Isla, el doctor Ibrahím Hidalgo Paz expone que los ejemplares de la orden de insurrección se expidieron a los jefes fundamentales dentro de Cuba: Guillermón Moncada, localizado en Santiago de Cuba; Bartolomé Masó, en Manzanillo; Salvador Cisneros, Camagüey; Francisco Carrillo, Remedios, y Juan Gualberto Gómez, representante del PRC en La Habana.
Hidalgo Paz sostiene que, previas orientaciones del Maestro, Gonzalo de Quesada llevó la comunicación escrita a Tampa y Cayo Hueso, y en este último lugar, según otra fuente citada por el investigador, el secretario del PRC puso los textos en manos de Juan de Dios Barrios, quien los entregaría a Juan Gualberto Gómez en la capital cubana.
Es presumible que Gonzalo de Quesada contactara con Serafín Sánchez en Cayo Hueso, donde este firmara también el mensaje dirigido a Carrillo, apresado en Remedios el 24 de febrero y luego trasladado a la fortaleza de La Cabaña, en La Habana.
Referido por Ibrahím Hidalgo, Enrique Collazo señala en su libro Cuba independiente que el mensaje recibido por Juan Gualberto lo escribió el Apóstol, quien posiblemente copiara los demás ejemplares con el propósito de imprimirles a todos el máximo grado de confiabilidad.
En torno a la procedencia del mensaje que permanecía en poder del anticuario Michel Rodríguez, este aclaró que adquirió el documento y varios más de una espirituana, ya fallecida, que se dedicó al cuidado de un sobrino nieto del Mayor General José Miguel Gómez, quienes residieron en una casa, propiedad del mambí — después presidente de la República—, según el coleccionista.
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