El presidente Donald Trump defendió la aplicación de una política migratoria de línea dura, que incluya la construcción de un muro en el límite de Estados Unidos con México
A propósito, delineó cuatro pilares fundamentales para impulsar una reforma migratoria: ciudadanía para 1,8 millones de jóvenes indocumentados llegados en la infancia, conocidos como ‘dreamers’; el muro fronterizo con México; cambios en el sistema migratorio; y la eliminación de la lotería de visas.
Es momento de reformar estas normas migratorias obsoletas y llevar finalmente nuestro sistema migratorio al siglo XXI. Por más de 30 años, Washington ha intentado solucionar este problema y ha fracasado. Este Congreso tiene que ser el que finalmente lo haga, exhortó el mandatario durante el discurso sobre el estado de la Unión.
Durante su alocución ante miembros de ambas cámaras del Congreso, de la Corte Suprema, del Gabinete y varios invitados, Trump mantuvo sus tradicionales argumentos en contra de los inmigrantes, asoció el fenómeno a la ocurrencia de actividades terroristas y subrayó incluso que algunas personas sin papeles eran responsables de la muerte de estadounidenses.
Esta noche extiendo una mano abierta para trabajar con miembros de ambos partidos, demócratas y republicanos, para proteger a nuestros ciudadanos de todo tipo de origen, color y credo, esgrimió.
Sin embargo, la propuesta que el mandatario prometió discutir a partir de los próximos días augura renovados desencuentros en el Capitolio entre demócratas y republicanos.
El plan de la Casa Blanca daría la posibilidad de obtener la ciudadanía a 1,8 millones de jóvenes indocumentados, amparados por el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, que instauró el mandatario Barack Obama en 2012, pero fue eliminado por Trump en septiembre de 2017.
Pero a cambio, el Congreso tendría que avalar un fondo de 25 mil millones de dólares para garantizar la seguridad en las fronteras, incluyendo la construcción del muro con México, permitir el incremento de la persecución contra los indocumentados y acelerar las deportaciones.
Legisladores, activistas y grupos defensores de los inmigrantes estiman que la propuesta del presidente constituye un esfuerzo por sabotear las negociaciones bipartidistas sobre esta temática e imponer la aprobación de una serie de deseos de los sectores más recalcitrantes de la sociedad norteamericana.
Trump por mantener la hegemonía global de EE.UU.
Añadió que mantendrá como prioridad la modernización y reconstrucción de las fuerzas armadas, en particular el arsenal nuclear para disuadir un posible ataque adversario.
Expresó su esperanza de que ‘no tengamos que usar ese armamento, pero al hacerlo tan fuerte y poderoso evitaremos actos de agresión por parte de cualquier país’.
A continuación señaló que quizás en el futuro habrá un ‘momento mágico’ en que las naciones del mundo se unan para eliminar las armas atómicas, pero eso aún no es posible, desafortunadamente.
Al referirse a la lucha contra el terrorismo, dijo que ‘no nos queda más opción’ que aniquilar a estos combatientes ilegales que lanzan bombas y cometen crímenes contra civiles inocentes.
El gobernante añadió que en ese sentido cumple otra promesa, la de mantener abierta la cárcel en la base naval de Estados Unidos en Guantánamo, Cuba, instalación que Washington tiene en territorio cubano contra la voluntad del pueblo y Gobierno de la isla caribeña.
Recordó que el año pasado prometió trabajar con sus aliados ‘para extinguir al Estado Islámico (EI) de la faz de la tierra y un año después me enorgullece decir que la coalición que encabezamos liberó casi el 100 por ciento del territorio que mantenía este grupo terrorista en Iraq y Siria’.
Sin embargo, reconoció que aún queda mucho por hacer, para lograr la derrota final de dicha entidad extremista.
Afirmó que mantendrá una política de línea dura contra la República Popular Democrática de Corea para evitar que esta logre atacar el territorio continental norteamericano e impedir que siga adelante con su programa nuclear y balístico, que según Pyongyang tiene fines defensivos.
Al referirse a la política de su antecesor en la Casa Blanca, Barack Obama, sobre temas de seguridad nacional, Trump señaló que la experiencia enseña que ‘la complacencia y las concesiones solo invitan a la agresión y la provocación, por lo que no repetiré los errores de las anteriores administraciones que nos pusieron en una posición peligrosa’.
Trump reiteró su decisión de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel y al referirse a la votación reciente en Naciones Unidas que rechazó de forma aplastante esta medida, señaló que el Congreso debe asegurarse que el dinero de los contribuyentes solo vaya hacia aquellos países que apoyan a Washington.
El mandatario repitió sus habituales amenazas y críticas contra los gobiernos de Cuba, Venezuela e Irán, países que se resisten a someterse a las directrices de Washington.
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