Una batalla diaria contra el bloqueo libran en sus consultas y salones quirúrgicos los especialistas en Dermatología de esta provincia, quienes, junto a sus colegas de otras especialidades, enfrentan los embates de esa guerra económica tan empecinada, maquiavélica y diabólica como para afectar casi cada acción que ejercen en beneficio de sus muchos pacientes.
El doctor Yosjander Companioni Maya, jefe de los servicios dermatológicos en el Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos, de Sancti Spíritus, pone énfasis en el hecho de que cada vez su especialidad tiene más demanda debido al cambio climático y el aumento de las radiaciones solares, lo que, unido a un clima cálido y húmedo, dispara los padecimientos relacionados con la piel.
Ya el factor sol, acota, hace imprescindible el uso de pantallas o bloqueadores solares y, aunque se trata de productos terapéuticos y preventivos del cáncer de piel que no son complejos, se elaboran con materias primas importadas y sus precios son prohibitivos.
Para el joven galeno, desde el punto de vista del aseguramiento médico “son increíbles los efectos que tiene el bloqueo de EE.UU. contra Cuba porque nos dificulta disponer de medicamentos utilizados en Dermatología. Puedo mencionar algunos como la Isotretinoína y el Peróxido de Benzoílo, que se utilizan en diferentes formas clínicas del acné, que es una patología frecuente y que no disponemos de ellos en la cuantía que necesitamos.
“Para nadie es un secreto que en este instante todas las cremas están en falta, así como otros productos dermatológicos que podíamos adquirir en las farmacias y no podemos recetar una formulación medicamentosa porque ahora los preparados con principios activos como ácido salicílico, ácido retinoico y alcohol estearílico no existen en las farmacias.
OTRAS AFECTACIONES DEL BLOQUEO
Pero no se trata solo de medicamentos importados o de materias primas para su elaboración en el país. Según el doctor Companioni, el bloqueo también golpea duramente en cuanto a la disponibilidad de medios auxiliares para diagnósticos y equipos médicos, porque no se cuenta con todo el aseguramiento necesario.
“Estamos hablando —añade— de equipos de radioterapia superficial para los carcinomas de piel, aceleradores lineales para estos tratamientos, pero también nos referimos a los dermatoscopios, que son equipos auxiliares que nos ayudan al diagnóstico de cualquier lesión de la epidermis, ya sea benigna o no, para poder aplicar el proceder indicado a un paciente.
“Lo ideal es que cada dermatólogo disponga de un dermatoscopio personal. Se trata de un equipo que es como el estetoscopio para el clínico, y eso no es posible porque son extremadamente caros; el dermatoscopio más barato, el de menos calidad y menores prestaciones, puede costar entre 150 y 200 dólares, lo que lo sitúa fuera de nuestro alcance.
“También podemos hablar de biopsias como la microcirugía de Mok, que son medios auxiliares diagnósticos de vital importancia. Esta es una biopsia que se hace durante la disección del tumor. Por ejemplo, estamos operando un tumor y hacemos la exéresis de ese tumor, llevamos rápidamente a analizar esa muestra para saber si fue extirpado o debemos eliminar más tejido. Eso es al momento: el paciente en el salón y el patólogo analizando, pero en buena parte los dispositivos necesarios para ello no los tenemos.
“Y lo mismo podemos referir acerca de otros medios diagnósticos, como son los microscopios de campo oscuro para detectar el treponema en caso de sífilis. También la Lámpara de Wood, la cual emite una fluorescencia específica que ayuda a diagnosticar dolencias como el vitiligo, las colagenopatías, lupus eritematoso sistémico y el fijo discoide crónico…
“Ante esta situación el país hace un gran esfuerzo y trata de buscar alternativas para todos los problemas que plantea el bloqueo. Se ha hecho práctica que el Ministerio de Salud Pública adquiera los equipos necesarios y más avanzados para que al menos haya uno disponible en cada unidad del nivel provincial como este hospital y el pediátrico, por ejemplo. Sin embargo, el uso muy intensivo de esos medios en estas instituciones acorta su vida útil”.
A PIE DE QUIRÓFANO
La doctora Irela Estela Campos presta servicios en una institución militar, pero realiza cirugías en el Policlínico Centro de la villa del Yayabo, donde choca cada día con los perniciosos efectos del bloqueo. Allí la encontró Escambray en una de sus largas y sistemáticas jornadas.
Ella reseña algunos de los recursos más comunes que utilizan, como suturas, guantes, bisturís y se duele porque “ha habido momentos en que nos hemos visto obligados a buscar alternativas y hasta cerrar los salones, ya que todas estas cosas son importadas y nos cuesta trabajo adquirirlas y también lo que es de producción nacional, pues la materia prima viene del exterior.
“Aquí en el Policlínico Centro opera todos los días un dermatólogo diferente. Yo opero una vez a la semana. Serían para cada uno de nosotros 28 casos al mes. Además, se atiende a un promedio de 40 pacientes por consulta. Si tenemos en cuenta que cada uno de ellos requiere entre dos y tres fármacos, como tabletas o cremas que no hay, se puede colegir el daño extremo que causa el bloqueo a nuestros enfermos, cuando por su causa no contamos con los recursos necesarios para tratar y curar sus dolencias”.
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