La Empresa Militar Industrial Francisco Aguiar, que nació en 1963 en calidad de talleres para vehículos militares del centro de Cuba, hoy logra satisfacer demandas de la economía del país
Todavía Alberto Pereira Mesa se ve, jovencísimo, llegando a los Talleres del Ejército del Centro, donde a finales de 1961, por imperativos de la situación política del país —acababan de acontecer la invasión y posterior victoria de Playa Girón— se asumió la reparación de los vehículos militares de unidades pertenecientes al citado mando.
Llegó con el grupo de reclutas del primer llamado al entonces Servicio Militar Obligatorio y se sumó a las labores de reparación de vehículos ZIL 157, ZIL 164, GAZ 51 y GAZ 63 que despegaron tan pronto se terminó el acondicionamiento de las instalaciones. “Yo los recibí aquí”, aduce Jesús Argudín Sosa mientras ambos recorren, junto a un equipo de Escambray, las amplias instalaciones de la actual Empresa Militar Industrial (EMI), enclavada en la ciudad de Sancti Spíritus.
Fundadores ambos y reincorporados tras una jubilación más bien formal, son en esa entidad una especie de memoria viva y disfrutan al narrar cómo nació y ha ido progresando todo. Pereira se superó y actualmente se desempeña como técnico de nivel medio en Diseño Mecánico. Argudín se adiestró por espacio de dos años en la antigua Unión Soviética y domina hasta los más insospechados detalles de la técnica especializada en reparaciones automotrices.
“La transformación ha sido extraordinaria, la empresa ha crecido tres veces en relación con lo que era cuando se fundó y en estos 55 años el desarrollo que hemos tenido ha sido inmenso, reconocido por nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias y por el país”, sostiene Pereira.
EL ESPÍRITU DEL CORONEL FRANCISCO AGUIAR
No fue desde su nacimiento oficial, el 18 de abril de 1963, que el nombre del Coronel Francisco Aguiar Rodríguez se ligó a la EMI, subordinada a la Unión de Industria Militar del país. Miembro del grupo inicial, el hombre relativamente joven que hoy mira, gallardo, desde una fotografía ampliada en la Sala de Historia, alcanzó a presenciar en 1966 la primera visita del Ministro de las FAR, General de Ejército Raúl Castro Ruz. Estaría incluso en un segundo momento del mismo tipo en 1980, pero no en el encuentro de junio de 1985, porque falleció casi dos años antes en plena faena productiva.
Su espíritu emprendedor y su ímpetu parecen haber sido heredados por muchos otros jóvenes, que hoy integran no menos del 50 por ciento de la plantilla laboral. De ellos se dice que son, junto a experimentados veteranos y a la cohesión de las organizaciones del centro, el motor que mueve la industria.
Las rústicas naves que antes eran dormitorios de soldados se erigen hoy en modernos talleres o almacenes. El tapizado y la fabricación de biodigestores con moderna maquinaria china son algunas de las actividades que allí cobran vida desde bien temprano en la mañana.
Pero la EMI no es únicamente la amplia y acogedora sede principal a la que los espirituanos suelen llamar Unidad Militar, y que aglutina a la mayoría de sus 697 trabajadores. La integran también la fábrica de muebles de Trinidad, de cuyas producciones se nutre buena parte de las instalaciones turísticas de esa villa; y los Talleres Integrales en Villa Clara, cuyos hombres se afanan en devolver vida a tractores y agregados.
Quizás como una manera de estar en sintonía con el mundo moderno y sus crecientes necesidades, surgió en el pasado año la más reciente unidad productiva. Es la denominada Fábrica de Materiales Compuestos, ubicada a un costado de la Circunvalante Norte de la cabecera provincial, donde, entre el olor a pintura y resina, de manos y mentes predominantemente jóvenes (son 23 quienes allí trabajan), nacen piezas para usos disímiles.
Cuentan que en la arena internacional el material resultante de lo que allí hacen se denomina plástico reforzado con fibra de vidrio, pero al equipo de Escambray le consta, porque presenció parte del proceso y porque quienes lo hacen lo dejaron muy claro, que se trata en realidad de capas de fibra de vidrio —aseguran que en un 30 por ciento— unidas, sucesivamente, con una resina compuesta por dos tipos de poliéster.
Aunque todavía les restan dos etapas constructivas, en las cuales ampliarán el área e incorporarán nuevas prestaciones, entraron en funcionamiento en el último trimestre del 2017 y hoy fabrican 51 tipos de piezas, que van desde pizarras para triciclos, asientos para ómnibus Diana, techos y partes traseras o delanteras de ómnibus hasta tejas traslúcidas con diferentes valores de uso. Recientemente recibieron capacitación de la misma firma mexicana que le dio la puesta en marcha a la fábrica, apunta el jefe de la unidad.
ABRIRSE MÁS A LA ECONOMÍA
El ingeniero mecánico Sergio Conrado Duardo, director general de la EMI, describe el objeto social o misión de la entidad de esta forma: garantizar la reparación de la técnica automotriz y producir muebles para la economía nacional. Para ello, acometen los procesos de reparación, fabricación, modernización y desarrollo de dicha técnica, así como asumen otras producciones y servicios a las FAR —básicamente relacionados con los vehículos destinados a la defensa del país— y también, de manera amplia, con destino a la economía cubana.
De acuerdo con los registros de Conrado Duardo, las ventas en el 2013 eran de 10.6 millones de pesos y ya en el 2017 sobrepasaron los 27 millones. Tocante a las utilidades, asegura que ascendieron de 0.7 millones de pesos en aquel año a 6.4 millones en el recién concluido. Significativas son, apunta, las alzas de la productividad y del salario medio mensual: la primera se triplicó y este último creció a más del doble durante esos cuatro años.
Con ocho áreas de regulación y control, cuatro de apoyo y 12 unidades productivas, la empresa asume mayormente la reparación general de carros ZIL, GAZ y UAZ, así como de sus agregados; la fabricación de equipos de carga y de transporte personal. Todo, para una amplia diversidad de empresas u organismos. También se encarga de otros servicios a estatales además de los ya mencionados, como carpintería y serviciado de carros.
Al recorrer las naves repletas de ruidos y de carros armados o en partes, puede verse en pleno apogeo a hombres en overoles y embarrados de hollín o de grasa que sueldan, engranan, montan, alzan o revisan la colocación de cada pieza. Pugnan por concretar producciones como ómnibus rurales sobre chasis de ZIL 130, autobuses de otros tipos —entre ellos los Diana— y semiómnibus. También, triciclos donde viajarán, según el tipo, personas, alimentos refrigerados y piezas o cargas.
De mucha perspectiva es, significan en la EMI, la fabricación de biodigestores de más de 20 metros cúbicos, destinados en lo fundamental a campesinos y que se comercializan a través de la ANAP.
NACE UN POLÍGONO DE FABRICACIÓN
Un propósito cardinal es el Polígono de Fabricación que ahora se gesta en la zona sur de Sancti Spíritus, justo donde comenzó en la década de los 80 el montaje de la Fábrica de Cerámica Blanca, cuyas acciones se paralizaron con la llegada del período especial. Según el Director general, allí se asumirán en mayor escala producciones ya existentes, como las de ómnibus urbanos y rurales, triciclos y furgones isotérmicos, además de incorporar la fabricación de estructuras metálicas y el ensamblaje de autos rurales.
En la obra, ahora en fase de preparación, intervienen entidades como Recursos Hidráulicos, Empresa Eléctrica, Sistema de Seguridad y Protección, Geocuba, Etecsa y Vialidad, entre otras. Acciones a ejecutar son la reparación de un tramo de vial doble con 2 kilómetros de longitud, que incluirá un puente para el paso de vehículos de hasta 40 toneladas; la reconstrucción de la infraestructura y el techado de las naves, así como el montaje de redes hidráulicas y eléctricas y la rehabilitación de redes de alcantarillado. De acuerdo con la información de Conrado Duardo, dicho Polígono será incluido en el plan del 2018 y se prevé concluirlo entre finales del 2019 y comienzos del 2020.
En la ya lejana década de los 60, cuando Girón obligó a pensar en talleres para vehículos militares del Ejército del Centro, los fundadores ni imaginaron un espectro de posibilidades tan amplias como las que ahora se abren ante la EMI y, más que ello, desde la propia EMI para la nación, con predominio del territorio espirituano. Pereira y Argudín, aunque no son los únicos, se regocijan mientras ven empinarse a los más jóvenes y los ayudan con su experiencia. Les gratifica que se honre allí, con más y mejor trabajo cada día, la memoria del coronel cuyo nombre adquirió la empresa, para ser fiel a su legado.
como pudiera comunicarme con esta empresa para reparar un equipo de mi empreasa
Soy un fans de estos equipos rusos. Como se puede comprar uno de esos camiones o jeeps en Cuba?