Cuando alguien hace algo que pudiera parecer extraordinario, siempre se procura entender el porqué. Las ganancias pueden ser evidentes o permanecer invisibles, como en los casos en que no se consigue nada material, pero se logra, en cambio, una paz espiritual no permutable por ningún otro bien.
Descansar la cabeza tranquilamente en la noche. Así define Yordán Díaz Gómez, un joven de Cabaiguán que se desempeña como primer suboficial de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) en Trinidad, lo que gana con su condición de agente incorruptible. Integrante de un grupo de jóvenes que a mediados de mayo de 2016 salieron reflejados en estas mismas páginas por méritos similares, de entonces a la fecha han sumado a aquella lista nuevas hazañas.
Tiene 32 años y lleva casi 14 en el ejercicio de esas funciones. Junto a él en el carro patrullero número 357 viaja, desde hace algo más de seis meses, Juan Miguel Tamayo López, oriundo de Manzanillo y algo más joven, pero con idénticos principios. Trataron de comprarlos pasada la medianoche del sábado 1ro. de abril, según cuentan con la mayor naturalidad del mundo. En un callejón oscuro cerca de la calle América, dentro del perímetro urbano, notaron que se detuvo un auto rentado con un hombre mayor de 50 años y una muchacha joven dentro. Él iba al timón, pero no poseía autorización para conducir dicho vehículo.
Mientras eran trasladados a la Unidad de la PNR el ciudadano, en el asiento delantero derecho, le ofreció 100 pesos convertibles a Juan Miguel, quien lo previno de que no lo hiciera desde que empezó a hablarle de dinero. Pero el hombre tiró sobre sus piernas el bulto. Ya con el auto detenido, Yordán, que viajaba atrás acompañado por la muchacha, le preguntó si insistía en el regalo e indagó por qué lo hacía. “Claro, y aún me mantengo diciendo que no 100, le doy 300 si hace falta, porque mi mamá me manda el dinero de ‘afuera’ para ayudarme y no se puede enterar de que yo lo gasto en esto”, alegó el infractor, residente en Placetas, aludiendo claramente a su vínculo con la otra viajera.
Aunque era la más reciente al momento de la visita de Escambray, no es ni por mucho la única denuncia del dúo, por intento de soborno; dicha violación, tipificada como delito de cohecho, puede implicar privación de libertad. A mediados de marzo pasado se les dio otro caso con alguien que viajó al extranjero y entró a territorio de Trinidad con un gran cargamento de ropa.
“La persona era de Camagüey, cuando escuchó hablar de traslado hacia la PNR para verificar la documentación, se puso nerviosa a tal punto de que al montar al carro patrullero sacó 40 dólares y me los tiró. Yo le comenté lo mismo, que no nos hablara de dinero, pero de todos modos lo ofreció y estaban los billetes como prueba. Esa persona se quedó detenida”, relata Yordán, quien ya antes había denunciado un hecho así cuando en otro trance con un cargamento ilegal quisieron comprarlo con 50 CUC.
Graduado de la escuela de La Cachurra, como su compañero de trabajo, Juan Miguel siguió los pasos del padre, retirado del Ministerio del Interior e instructor de defensa personal. Yordán, por su parte, creció escuchando las historias paternas sobre la Lucha Contra Bandidos en la Sierra Maestra, con la cual colaboró.
“Lo que hago es un aporte a la tranquilidad de las personas. Hoy se pasa mucho trabajo para adquirir algo y uno logra compensar eso al evitar un robo o restituir los bienes”, declara.
En febrero del año en curso esclarecieron un delito de robo. En medio de la madrugada, alguien se presentó a denunciar que su puerta había sido forzada. “Al llegar nosotros faltaba el televisor, un ventilador grande, un bolso con ropa nueva y 300 pesos convertibles”, rememora el manzanillero. “Indagamos y por las características del sujeto descrito comenzamos la búsqueda. Media hora después nos percatamos de que alguien con esas señas transitaba en dirección a la casa robada. Le dimos captura y conseguimos la confesión; llegó incluso a decir dónde tenía los objetos robados”, revela el propio Juan Miguel.
En su haber obran también el decomiso de más de 800 libras de camarón limpio a finales de marzo, cuando sorprendieron a dos sospechosos que viajaban en auto rentado.
Beneficio para la economía nacional y para el decoro humano son, además, las 120 libras de carne de res decomisadas en las proximidades de El Algarrobo, durante un ejercicio de montaña, cuando se intentaba desviar el producto en un vehículo de una empresa local. Otra de las historias es la referida a la captura del taxista estatal de La Habana, quien, inconforme con el pago por un servicio, se apropió el teléfono celular de dos extranjeras.
¿Qué sienten al resolver un caso? Indaga Escambray. El más joven manifiesta experimentar paz, porque la ayuda es para beneficio del país en su conjunto y porque la familia se regocija junto a él con cada paso bien dado. Su indignación es a la vez su declaración de principios: “Nos sentimos ofendidos cada vez que intentan sobornarnos, no permito que me pongan precio”.
“Muchas veces procuran comprarnos, pero tenemos los ideales de nuestro Comandante bien presentes. Lo primero que nos viene a la mente siempre que alguien intenta sobornarnos es Fidel”.
Muchos exitos en el trabajo y su vida personal a esos valiosos combatientes de Vigilancia,Patrullaje y Protección. El pueblo se siente agradecido.
Pero los camarones son hilegales en Cuba?