Escambray Periódico de Sancti Spíritus
El centro primario Pepito Tey vivió la primera parte de su reparación total. Se suman dos nuevas etapas en las que el ejecutor principal es también la Oficina del Conservador de Trinidad
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“Si con Dennis no se derrumbó, no creo que ahora lo haga”, afirmaba el director Lázaro Yhanes Alcuria. En pleno ajetreo debía, con el apoyo de todo el personal, resguardar bajo llave cada equipo, libro o material de la escuela. Eso sí, el huracán Irma con sus vientos y lluvias no podían echar al suelo la cara nueva de la escuela primaria Pepito Tey que recién estrenaba look el día 4 de septiembre del 2017.
La sentencia se hizo realidad: ni una teja rota. El mismo “hotel”, sito en la calle Maceo No. 378, entre Colón y Smith, en el Consejo Popular Monumento de Trinidad, y que habían visto los padres, alumnos y trabajadores el primero día de curso, seguía con una imagen de cinco estrellas.
LECCIÓN 1: RECONSTRUCCIÓN DE EXCELENCIA
Cuando aquel 26 de octubre del 2016 comenzaba desde cero la reanimación capital del centro, a cargo de la Oficina del Conservador, todavía eran frescas las imágenes de las filtraciones, el deterioro de puertas y ventanas y los anhelos de algo más que un retoque por aquí o por allá.
Y los más de 300escolares debieron mudarse. Locales de la Casa de Cultura, el estadio Rolando Rodríguez, el palacio de pioneros, la biblioteca municipal Gustavo Izquierdo y otros organismos sirvieron para continuar el curso lectivo. “Los padres nos ayudaron a trasladar sillas, mesas. Hay que reiterar las gracias a los directores de esas instituciones porque sin ellos no pudiéramos haber terminado”, confiesa Lázaro Yhanes.
“Esta fue una escuela nacida en el año 1935, pero eran diferentes centros, con el triunfo de la Revolución se unificaron y pasó a llamarse Pepito Tey”, afirma quien ha visto renacer la imagen del plantel en el que estudió durante la Enseñanza Primaria.
En una primera etapa, concluida en el mes de julio del 2017, se realizaron varias reparaciones: el cambio de los techos, aunque se mantuvieron las tejas originales; la modificación de las puertas y las persianas, hechas de madera para mantener el estilo original; además de la inclusión de un área deportiva y un pequeño parque. Los pisos originales y una ambientación en la entrada al estilo de una casona de aquella época llaman la atención de algunos visitantes, quienes desde fuera intentan llevar en el lente de sus cámaras fotográficas un recuerdo del lugar.
Los arreglos, al fin y al cabo, hicieron sonar la caja contadora de la Oficina del Conservador hasta alrededor de 381 209 pesos en moneda nacional y 115 563 pesos en moneda libremente convertible. Igualmente, la dirección de Educación en la provincia desembolsó 3 500 pesos para la renovación del mobiliario y las pizarras, así como el bebedero y el archivo para los documentos de los educadores.
“Ahora —explica el director—corresponde un segundo momento en el que se demolerán los locales que están cerca del área deportiva, y en la que deben ubicarse las cuatro aulas del segundo ciclo, quinto y sexto grados, que están hoy en el palacio de pioneros”.
Y después, llegará el tercer período que incluirá los talleres de Educación Laboral y Ciencias Naturales, el laboratorio de Computación y la biblioteca.
LECCIÓN 2: HORARIO DE CLASES
Miriam Arrechea Heredia todavía conserva la foto de cuando llevaba uniforme en la Pepito Tey, hoy es maestra de preescolar y su periplo por el sector educacional suma 38 años.
Similares motivaciones acompañan a Dania Naranjo, Maidelín Pablo, y María Caridad González, quienes hacen de un día de clases un espacio de encuentro con los conocimientos. “Ver como un niño aprende no tiene comparación, y donde quiera que esté te saluda, te agradece”, comenta esta última en su aula de primer grado.
Silvia Arrechea Rojas, secretaria docente, dice que Lázaro Yhanes ha pensado en “abandonar” la escuela, pero no están dispuestos a dejarlo ir: “Si deja de ser director, en la casa lo que va a hacer es cuidar el nieto y hacer frijoles porque le quedan riquísimos”.
“Estoy jubilado, pero me reincorporé cuando las autoridades de la provincia visitaron la escuela y me dijeron: ‘Usted lleva 44 años aquí y vio el centro en otras condiciones, cómo va a irse ahora que quedó como nuevo”, agrega Yhanes Alcuria.
En tantos años de trabajo, ¿qué ha sido lo más difícil y lo más fácil?, inquiere Escambray.
“Lo más difícil es el trabajo de dirigir, hay llevar lo mejor de lo que uno aprendió, tanto a los maestros, a los alumnos, a la familia. Lo más fácil es que no he tenido miedo, me he enfrentado a la tarea como director y como delegado”.
No puede apartarse de la historia de cómo se formó como maestro, primero en Minas de Frío, Sierra Maestra —hoy perteneciente al municipio de Bartolomé Masó, Granma—, después en Topes de Collantes y luego en Tarará.
Cuando empezó frente a un aula era muy joven, ¿lo subestimaron por eso?
Empecé con 19 añitos. Mi primer año de maestro fue en la escuela Tania la guerrillera, en Yaguanabo Arriba —hoy localidad de Cumanayagua, Cienfuegos—. Después me acerqué a Sancti Spíritus, estuve en la comunidad Santiago Escobar, luego en el centro Frank País, donde está la Casa de la Cultura del municipio en la actualidad. La directora de esa escuela me vio la actitud y me propuso para director en República de Bolivia. La directora municipal al ver aquello me dijo que iba en el 1973-1974 para la escuela primaria Pepito Tey, y aquí estoy todavía.
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Escambray / ISSN 9664-1277
Que bueno es ver renacer la escuela donde estudié la enseñanza primaria hace ya casi 10 años. Hace dos años que no estoy en Cuba y me alegra que la Oficina del Conservador halla cumplido el anhelo de muchos de los que estudiamos allí y de los que estudian en estos momentos de que la escuela fuera reparada. Una gran felicitación a todo el colectivo de de los que un día fueron mis maestros.