Un espectáculo deportivo de altos kilates, eso fue lo que vivió el “Huelga” la noche de este jueves cuando el béisbol ganó otro escaño en el corazón de la gente.
A la hora en que comenzó el partido entre Leones y Gallos ya el graderío estaba totalmente compacto. Solo minutos después se encontraba literalmente desbordado más allá de su capacidad normal con filas abultadas en todos sus pasillos, sus asientos apretados y también lleno el espacio tras las cercas del jardín izquierdo.
No sé exactamente como hicieron para apretujarse unos encima de los otros, pero todos cupieron. Dicen los números que se vivió una noche de récord, al menos en la recaudación con nueve mil 903 pesos, una cifra jamás lograda en el coloso de Los Olivos, a pesar de que los niños y estudiantes del sector están eximidos de pago.
Dicen los números que este récord ya venía caminando cuando en la subserie vs Las Tunas se recaudaron más de siete mil pesos dos veces. Y es que era de esperar a juzgar como están los Gallos en la Serie y el imán de Industriales, esa cota histórica fuera destrozada como sucedió
Dicen los números que la capacidad del estadio es de siete mil 505 aficionados cómodamente sentados, según las mediciones internacionales. La noche de este jueves, esos dígitos reventaron al estilo de los años en que lanzaba Maels Rodríguez con sus ponches míticos o cuando los Gallos iban a play off, como recordaron muchos.
Llegaron de todas partes de la geografía espirituana, en ómnibus camiones, máquinas, carretones, mototaxis, o a pie. Y la multitud multicolor, multidiversa y multietaria deliró, cantó, bailó y aplaudió cada jugada de los suyos. Hizo la ola humana para colmar el éxtasis de la alegría, la diversión y la algarabía a la manera más sana en que se pueda concebir un espectáculo, que se encendió y grabó en los celulares que hicieron también su sintonía.
La conga, que recorrió kilómetros desde el fondo de Mayajigua, en Yaguajay, siguió los compases del público durante las más de tres horas en que el “Huelga” brilló más que el propio alumbrado artificial que no ha podido tener mejor reestreno
Fue un espectáculo de lujo donde esta vez, menos mal, no se escucharon los coros ofensivos hacia los árbitros, que hace unos días mancharon el estadio espirituano a la hora en que parte de la afición protestó decisiones de los oficiales del encuentro. Resultó entonces un espectáculo permeado por una disciplina exquisita, pues tampoco hubo que lamentar ningún hecho anormal.
Y el suceso se siguió más allá de los mares. Y por esas conexiones emotivas que suele lograr la pelota, miles de espectadores siguieron las vivencias del juego por el audio real de Radio Sancti Spíritus o por las redes, como Orlando Torres que desde Islas Canarias seguía el partido a las tres de la mañana, o Ignacio González que lo hacía en Canadá, o un aficionado de Kentucky que bajo una tormenta de nieve que lo dejó sin luz eléctrica, se calentó con los compases del encuentro. Desde varios países llegaron mensajes similares. Cubanos todos que sienten al béisbol desde la sangre y la piel de su país.
Soy Miguel Angel Toboso Cruz del municipio yaguajay, colaborador de la educacion cubana en sudafrica y sigo el beisbol con amor,,mis respetos a Elsa Ramos,,una comentarista que da gusto ver la objetividad y la elegancia en sus comentarios,,valiente en sus criterios sostenidos,,,es un honor para nuestra provincia contar con
usted,,,gracias.
Nehorabuena para nuestros gallos. Han hecho un buen papel rompiendo todos los pronósticos mediáticos.
Ahora vamos por el título, si no es este año… pronto será! Ya ustedes son Campeones