En disimiles momentos Fidel Castro identificó como un logro de la Revolución Cubana la creación de un sistema electoral autóctono que se base en la unidad y el respeto a los intereses del pueblo
Las elecciones en Cuba se basan en la democracia y la participación popular. Al cumplirse un año del deceso de Fidel Castro Ruz, llegan impregnadas de sus ideas y principios socialistas, donde el pueblo postula y elige quien lo representa en las diferentes instancias de la Revolución.
Sobre lo que representaba la democracia para el pueblo cubano, el 26 de julio de 1961 en la conmemoración del VIII Aniversario del ataque al Cuartel Moncada, Fidel expresó:
“Ahora nosotros hablamos de otra democracia: la democracia del pueblo, la democracia de los trabajadores, la democracia de los campesinos, la democracia de los hombres y las mujeres humildes, la democracia de la mayoría de la nación, la democracia de los que antes eran explotados, la democracia de los que antes no tenían derechos. Y esta es la democracia verdadera, la democracia revolucionaria del pueblo, la democracia de los humildes, por los humildes y para los humildes”.
En disimiles momentos Fidel Castro identificó como un logro de la Revolución Cubana la creación de un sistema electoral autóctono que se base en la unidad y el respeto a los intereses del pueblo. Siempre reafirmó que no es el partido quien postula sino el pueblo que en reuniones escoge a sus representantes.
El 26 de julio de 1974 subraya sobre las elecciones:
“Las elecciones que acaban de tener lugar en Matanzas han sido las más puras en la historia de nuestro país: elecciones sin componendas, sin fraudes, sin demagogia, sin politiquería. Nadie tuvo necesidad de aspirar, porque no fueron las aspiraciones personales las que determinaron la nominación de un candidato sino las aspiraciones colectivas. Sin campañas electorales, porque la campaña electoral aquí es la propia vida del hombre, nominado por el pueblo; su campaña electoral es su propia biografía, su conducta a lo largo de su vida, y su página de servicios a la patria.
“¡Jamás se produjeron unas elecciones con tanto entusiasmo! Jamás en Cuba –ni en la época en que votaban hasta los muertos– hubo una participación de más del 90 por ciento en las elecciones. […] Primera vez que en Cuba se celebran unas elecciones sin bayonetas y sin fusiles a las puertas de las escuelas. Y esto es lógico, porque estas no eran elecciones de rapiña, no era una pugna por repartirse un botín, sino las elecciones del pueblo revolucionario, organizadas por el pueblo revolucionario, y para el servicio del pueblo revolucionario, con la participación incluso de los pioneros. […] ¡Esas sí son elecciones!”
El 27 de diciembre de 1991 recuerda cómo surge la idea de postular a los delegados del Poder Popular:
“Tuvimos la suerte de escoger una buena fórmula desde los inicios del Poder Popular. Recuerdo como si fuera hoy el día —y hace mucho más de 15 años— en que se estaba discutiendo este asunto. Nos pusimos a pensar cómo íbamos a elegir a nuestros representantes, ¿por el sistema aquel del candidato único que conocíamos en algunos lugares? Yo sentía verdaderamente rechazo por una fórmula de ese tipo. Digo: ¿Por qué no buscamos otra cosa, no inventamos otra cosa?
Así es como surge la idea de la forma de postulación de los delegados de circunscripción. ¿Quién iba a postular a los delegados de circunscripción? ¿El Partido iba a postular? Yo defendí la tesis de que los delegados de circunscripción fueran postulados por los vecinos en asamblea, después discutimos cuántos candidatos podían ser —en total, ocho como máximo— y si nadie saca más de la mitad más uno, entonces repetir la elección”.
Sobre la fidelidad de nuestro proceso electoral, limpio de cualquier lastre Fidel plantea el 20 de febrero de 1993 en la segunda reunión de trabajo con los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional y delegados a la Asamblea Provincial del Poder Popular:
“Nosotros teníamos que crear algo nuevo, algo más justo, algo más equitativo, algo más democrático, algo más puro, porque la preocupación fundamental era preservar la pureza de nuestro proceso electoral y que no se introdujeran en el mismo la politiquería y la corrupción.”
El método empleado para las elecciones de los delegados y diputados fue eficiente dentro de la Revolución, pues con él se mantuvieron los principios socialistas. De ahí que Fidel, el 15 de marzo de 1993 expresa:
“Es una fortuna el método este que estamos usando, que es incomparablemente más democrático que el método del pluripartidismo y es la aplicación de un concepto muy revolucionario en materia de democracia: el concepto de que el pueblo postula y el pueblo elige”.
“Nuestro método ha sido, realmente, nuevo, original, y dentro del concepto de un partido. No hemos tenido que abandonar las ideas de Martí con relación al partido. Para hacer la Revolución, para dirigir la Revolución y, en este caso, para construir el socialismo en nuestro país, hemos logrado conciliar el concepto de un partido con los más profundos conceptos de la democracia”.
La Revolución es la obra y el sacrificio de todos los cubanos, y por ende será el fruto fraguado en la trinchera de ideas. De ahí que el diputado representa en primer lugar a todo el pueblo. Sobre la importancia del mismo, el 15 de marzo de 1993 en la clausura de la Sesión de constitución de la Asamblea Nacional, expresa:
“(…) lo que ha significado en el orden personal para los diputados el contacto directo con los electores, las impresiones que han sacado, la admiración que han experimentado, en un proceso donde los diputados aprendieron más que lo que enseñaron en los contactos con la población”.
“(…) un diputado debe hacer todo lo que pueda por su país en cualquier parte donde se encuentre, no puede volverse sectario, pensar únicamente en su distrito; pero el diputado debe hacer todo lo que pueda por su distrito, y cuando no pueda hacer nada, hablar con los electores cada vez que pueda y explicarles qué se hace y qué no se hace, qué puede hacerse y qué no puede hacerse. Constantemente hay que estar dando explicaciones”.
En el programa televisivo Mesa Redonda, el 19 de enero del 2003 hace referencia a las elecciones en Cuba, ofreciendo una explicación a los televidentes del surgimiento del diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular y cuál es su esencia. Fidel en la misma expresa:
“El diputado representa en primer lugar a todo el pueblo y en segundo lugar al municipio sea o no originario del municipio, sea o no delegado de circunscripción, su principio está muy claro”.
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