«(…) La informática se convertirá en una poderosísima fuerza científica, económica
e incluso política del país (…)».
Fidel Castro
El 18 de abril de 1970 fue presentada la primera computadora cubana, la CID 201. Desde hacía cinco meses atrás, jóvenes ingenieros, físicos y matemáticos de la Universidad de La Habana se habían encaminado en el empeño de diseñar y construir el equipo, un reto a gran escala, pues cualquier ayuda del exterior para adquirir las partes y piezas necesarias era truncada por el bloqueo del Gobierno norteamericano.
No obstante, se hizo. Y detrás del hito estaba la figura de Fidel Castro, nuestro Comandante en Jefe, quien con su mirada visionaria comprendió desde bien temprano la necesidad de impulsar el desarrollo de la informática y la industria electrónica en Cuba. Tal empeño permitió, además, utilizar el modelo inicial de la primera computadora en áreas clave para la economía del país, en aquellos años, como la zafra azucarera y el control de ferrocarriles.
Así recordó este jueves Melchor Gil Morell, miembro del Consejo Nacional de la Unión de Informáticos de Cuba, en una de las sesiones de la Feria y Convención Internacional Informática 2018, que hasta hoy sesiona en el Palacio de Convenciones de La Habana y en el recinto ferial Pabexpo.
A partir de los resultados que fueron alcanzándose, el líder de la Revolución Cubana estimuló el potencial de los especialistas y técnicos cubanos, y para la década de 1970 cerca del 90 % de la capacidad de cómputo del país estaba soportada en la producción nacional, comentó.
Pero no solo había que producir –dijo Gil Morell–, Fidel sabía de la importancia de la universalización del conocimiento y del acceso masivo a la computación, de ahí que impulsara el surgimiento de los Joven Club de Computación y Electrónica y fue el artífice de otro gran proyecto: la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), que se creó en el 2002.
La UCI, según sus propias palabras, se trataba de un centro de nuevo tipo, de alcance nacional, de tareas concretas en el proyecto de la informatización de la sociedad cubana y con énfasis en la producción de software. Debía convertirse en el motor impulsor para el desarrollo tecnológico en Cuba, rememoró el especialista durante el encuentro.
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