Ni el más arriesgado de los pronósticos hubiese acertado. ¿Gallos en el tercer puesto de la tabla al término del primer tercio? Pues sí. Los primeros 15 partidos de la fase inicial de la Serie de Béisbol en su versión 58 ya son historia y Sancti Spíritus, en medio del “nudo”, cerró ahí.
Fieles a la predicción de su mánager y de espaldas a la de otros, como Escambray que, al decir de Leo Pizarro, “los cuqueó” para bien, los espirituanos hicieron una hombrada, por más que se les achaquen a esta campaña deudas con la calidad, ausencias notorias de figuras contratadas en equipos favoritos y hasta cansancio de quienes empataron una lid con otra, pasando por la infructuosa Serie Especial.
En cualquier caso, los Gallos tienen también sus ausentes. Por eso, nada demerita lo realizado en un primer tramo marcado por la paridad, la rivalidad y el cachumbambé entre los elencos. Su balance de nueve victorias y seis derrotas supera el de la campaña precedente en igual fecha (6-9). Ese resultado lo ha conseguido a fuerza de jugar una pelota con ganas y garra, entrega, cohesión y, sobre todo, dinamismo de un grupo de muchachos que en su mayoría han apostado al juego colectivo como mejor concepto de liderazgo.
Así trocaron aquella nefasta barrida inicial y se convirtieron en otro equipo, al punto de ganar cuatro subseries consecutivas, una de ellas con pase de escoba a Matanzas. Incluso sus derrotas, descontado el nocaut de los Azules en el “Huelga”, no han creado aspavientos. Agreguemos también su capacidad para remontar diferencias, como en el propio partido que sucumbieron en regla IBAF ante Granma o el segundo ante los Industriales.
Y eso que les ha tocado una arrancada de las más exigentes. Todos los equipos enfrentados se ubicaron entre los ocho primeros en la serie 57, incluido el bicampeón nacional que, con todo y su pálido inicio, tiene esa casta. Digo más, tras salir de Las Tunas, subcampeón actual, se las verá desde el lunes en su cuartel general con Ciego de Ávila y Villa Clara, dos de los ubicados en la pelea, mucho más los Tigres, que lideraron el primer tercio.
Conocedor de sus carencias, José Raúl Delgado ha seguido de manera fiel su diseño anunciado. Aunque ha mantenido bastante estable la alineación, ha trocado puestos y ha cambiado hombres según dicte el día. Lo mismo ha hecho con los lanzadores. Así, en un juego sobresale un jugador, que puede cambiar de nombre al siguiente encuentro. Con esa fórmula, salpicada con una mayor velocidad sobre las bases, ha fabricado las carreras necesarias. Asegura el director que, a falta de fuerza al bate, correrían más. Y lo ha cumplido. Su bateo de 294 parece no explicarse con la nómina que tiene. Fíjense si habrán corrido que Sancti Spíritus fue el tercer equipo con menor cantidad de extrabases (22) y casi a fuerza de líneas y piernas anotaron unas nueve carreras por partido, en lo que han influido también los robos (terceros con 10 al cierre de este primer tercio) y los toques, por más que se diga que es esta una opción en desuso mundial.
Entre los nombres que resaltaron está Daviel Gómez con 333 de average y el de más carreras producidas en el elenco con 25; seguido de Yunier Mendoza (407 y 19) y Geysel Cepeda (362 y 16. Otros también se destacaron con el madero en mano, como Orlando Acebey (294), Albertico Rodríguez (323) y Yoandy Baguet, quien ha aprovechado los turnos que le han concedido al batear de 12-6.
Mas, si en un departamento los Gallos mejoraron fue en la defensa. Después de aquellos 11 errores vs. Artemisa, cometieron apenas cinco en 12 juegos; su combinación de doble play es de las más productivas con 21 y su receptoría, la más eficiente con 11 cogidos robando y solo dos estafas.
Así han podido amainar los vaivenes del pitcheo que, con 4.52 PCL, fue el penúltimo, aunque, para el staff inscrito la faena ha sido buena, con la excepción de Pedro Álvarez, urgido de voltear la hoja, so pena de cambiar de rol o de puesto porque fue el que más limpias permitió con 17.
En el reverso de la moneda está el zurdo Javier Vázquez, quien fue la revelación al no admitir ninguna anotación en 15 entradas y dos tercios. Meritorias actuaciones registraron también Yuen Socarrás, Yamichel Pérez, Ángel Peña, Humberto Delgado y Yanioski Duardo.
Pero lo hecho hasta aquí es apenas el comienzo. En esta impronosticable serie, donde los que barren hoy son barridos mañana, nada es lo que parece. Falta más de lo que se ha jugado y ya les hablé del “nudo” en la tabla. Ningún equipo logró escaparse, varios cerraron con igual promedio de ganados y perdidos y diferencias muy escasas, al punto de que el lugar 14 se quedó apenas a dos juegos y medio de la zona de clasificación.
Está el trauma de los partidos suspendidos y que se recuperan al final donde cada año suele cambiar la suerte de la tabla. Si se guía por los nombres y la historia, a los Gallos les deben quedar rivales más “accesibles”, pero, confiarse en el papel podría ser fatal. Seguir jugando de la manera que lo hicieron en el primer tercio y con reserva de gasolina para el final, parece ser la única clave para continuar desmontando pronósticos.
Deben tomar en consideración el pelotazo que le dio Vladimir García de Ciego de avila en el juego de ayer 4/9/2018 a Acebei, porque después del pelotazo se acerco a buscar la pelota y se agarro los pantalones entre las dos piernas, como objeto de prepotencia aunque no es la primera vez que el demuestra su prepotencia, yo no diría prepotencia sino impotente debe controlar sus acciones o dañaría a un jugador de cualquier equipo y después las complicaciones
Muy temprano para vanagloriarse,,el tiempo dirá la última palabra si los gallos mantienen disciplina, espíritu guerrero y sacrificio, pudieran clasificar
Que alguien diga si angel peña se reincorporara al equipo