Sentada junto a su padre en uno de los bancos del parque, simétrico y monocromático en demasía, Diana pregunta mientras observa el desplazamiento de un grupo de hombres. Quiere ir hasta allí, hasta donde ellos van; quiere saber de bombas y detonaciones que acaba de escuchar y que, lejos de asustarla, han despertado su curiosidad. Sabe, porque lo ha visto por el televisor, que las bombas “tienen candela” y “matan al que está abajo”.
Recién salida del refugio adonde corrieron todos ante la voz de alarma aérea por el altoparlante, la avispada niña pide a su padre, encarecidamente, que la acompañe a la escuela Rafael Trejo, donde estudia. En minutos cerrará allí, con un acto de matiz político y cultural, el Día Territorial de la Defensa de la Zona de Defensa (ZD) de Perea, que tuvo también, este domingo, una réplica en Jatibonico. Y va, y escucha palabras que no entiende, pero que sabe optimistas y sosegadas. Disfruta, junto a centenares de personas, de bailes y canciones, de compromisos, del canto de una guajira que pone a gozar a los lugareños con su carisma.
La mañana empezó a las 5:00 horas para muchísimos involucrados en el ejercicio donde se simuló un ataque aéreo de fuerzas enemigas. “Enterado” de la situación extraordinaria, Isael Camacho Martín, el presidente de la ZD en tiempo de guerra, y de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Isidro Piñeiro, en tiempo de paz, imparte órdenes y se ocupa de que todo continúe funcionando con la mayor normalidad posible; que los alimentos imprescindibles salgan, como siempre, de los centros de producción; que las clases se sigan impartiendo; que los servicios funcionen para bien del pueblo. Y, muy importante, que se protejan los bienes materiales y el ganado, sin hablar de los pobladores, que son el bien más preciado de aquel poblado sui géneris. Eso, sin dejar de colocar el ojo sobre cada elemento disociador de los que, ante un ataque enemigo, se podría esperar cualquier cosa.
Isael se estrena hoy en las funciones inherentes al cargo que lo responsabiliza en tales circunstancias. Tiene solo 35 años, pero es osado y desea aprender. Al exponer lo sucedido en la demarcación desde que le dieron el de pie hasta pasadas las 8:00 horas ante integrantes del Consejo de Defensa Provincial, se traba por un momento, pero todas sus decisiones han sido correctas. Así lo anuncia el general de brigada Omar Pérez Ledo, jefe de la Región Militar Sancti Spíritus, quien, muy a su estilo campechano y transparente, especifica cuestiones a tener en cuenta para próximas vivencias como esta.
Pérez Ledo insiste en que no se debe preparar nada para que los jefes de más arriba vean; subraya que como regla ni siquiera se asistiría a las actividades allí, porque en una situación real resultaría imposible, y procura que tanto Isael como su plana de mando y jefes de grupos y subgrupos entiendan lo que les corresponde ser este día y en otros similares: un Comandante en Jefe. Así nos lo legó Fidel, recuerda.
Presentes están también en las actividades del día las máximas autoridades políticas y gubernamentales del territorio, en la persona de Deivy Pérez Martín y de Teresita Romero Rodríguez, presidenta y vicepresidenta, respectivamente, del Consejo de Defensa Provincial. Ambas igualmente aportan sugerencias y departen con los participantes.
Y el pueblo asiste a la maniobra en la que surgen focos de incendios que son aplacados con prontitud, y en la que sobrevuelan los aviones. Participa de las exposiciones en cada área donde se garantizan los aseguramientos principales: alimentos; salud; educación, cultura y deporte; comunicaciones…El pueblo, incluso, concluido el acto de cierre de la jornada, hasta ve realizado uno de sus grandes anhelos: la apertura de una tienda recaudadora de divisas con todas las de la ley. Es atractiva y confortable y en ella se podrán adquirir artículos disímiles, sin excluir los destinados a la alimentación que ahora sí se podrán conservar en una nevera.
Sentada sobre el banco metálico, Diana pregunta a su padre, que es trabajador por cuenta propia y muestra un gran aplomo en las respuestas. Conversa con la reportera que se ha sentado a su lado. La interroga también a ella, porque nota que es muy curiosa. Cuando sea grande quiere ser, dice, bailarina.
La reportera ha conversado antes con un grupo de niños del colegio local, al que alguna vez calificó, en estas mismas páginas, como “un diamante en Perea”. Le consta que son niños buenos, de esos que quería José Martí para Cuba, y esta mañana los vio exponer vivencias de pioneros exploradores, demostrar habilidades, entre ellas, hacer nudos de diversa índole.
En un aula de quinto grado, Cristian dijo que quería ser campesino; Reinel y Ángel, que aspiran a convertirse en vaqueros, al igual que Alex y José Carlos; en tanto, Raquel y Niubis, hermanas gemelas, lo mismo que Rut, desean verse algún día en calidad de maestras. Ninguno de ellos tiene los suficientes conocimientos o la madurez necesaria para entenderlo ahora, pero lo que ha sucedido este domingo en Perea tiene mucho que ver con la garantía de sus sueños. También con los de Diana.
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