Como cada día, noche y madrugada, nuestros galenos se mantienen en Escuintla, Guatemala, atendiendo a la población albergada, luego de los desastres ocurridos por la erupción del Volcán de Fuego.
No necesitan que los grandes medios marquen su trabajo diario, que mencionen que son los únicos extranjeros en las guardias de madrugadas sin faltar a una. La bondad y agradecimiento del pueblo es el valor más alto que pueden tener como contribución.
Seguimos como Martí, en silencio, porque hay cosas que para lograrse han de ser así. Bien reza el Apóstol de la independencia cubana: “Todo el orgullo del mundo cabe en un grano de maíz”.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.
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