El rayo es uno de los fenómenos naturales más antiguos observados en la Tierra. Se ha visto en erupciones volcánicas, incendios forestales muy intensos, detonaciones nucleares en la superficie, fuertes nevadas, huracanes y, obviamente, en tormentas eléctricas.
Al impactar un objeto de manera directa puede provocar su destrucción total. A veces, la potente corriente ingresa en un edificio y se transfiere mediante cables y tuberías, dañando casi todo lo que encuentra a su paso. En la etapa más húmeda y calurosa del año, varios electrodomésticos son afectados en Cuba debido a la actividad de rayos.
Si te encuentras en la casa durante una tempestad y necesitas comunicarte, ¡no lo intentes con el teléfono fijo!
Agarra el móvil
Como el cableado y los tubos proporcionan un camino para que la corriente del rayo entre a una estructura cerrada, resulta muy peligroso utilizar un teléfono fijo. Sin embargo, el celular es perfectamente seguro, pues no hay cables a través de los cuales puedan fluir las cargas eléctricas.
La idea de que los rayos son atraídos por las ondas de radiofrecuencia (RF) y el metal de estos dispositivos carece de fundamento. Por cierto, un teléfono inteligente puede contener hasta sesenta y dos tipos de metales, pero en cantidades insignificantes.
En exteriores, las posibilidades de que un móvil sea alcanzado por un rayo son bajas. John Jensenius, un experto del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos dijo que “los celulares, pequeños artículos metálicos, joyas, etcétera, no atraen los rayos. Nada los atrae. Tienden a golpear objetos más altos.”
“Las personas son afectadas porque están en el lugar equivocado en el momento equivocado. El lugar equivocado es cualquier lugar afuera. El momento equivocado es cuando hay una tormenta cerca”, puntualiza.
Es decir, que si alguien está hablando por celular en la calle, una cancha o un campo de golf, y un rayo le afecta… la utilización del teléfono no sería el gran error: probablemente la persona haya sido uno de los puntos más sobresalientes en el terreno, o haya estado próxima a un poste, un árbol, una torre.
En una página de la NOAA dedicada al tema encontramos: “la altura, la forma puntiaguda y el aislamiento son los factores principales que determinan dónde caerá un rayo. La presencia de metal no hace ninguna diferencia. Las montañas están hechas de piedra, pero son golpeadas por estos fenómenos varias veces al año.”
Cuando los rayos amenazan, protégete inmediatamente y no pierdas tu tiempo quitando metales. Aunque estos no atraen rayos, sí conducen la corriente; aléjate de cercas, barandas y gradas.
Si en medio de una tormenta eléctrica quieres hacer una llamada, hazla con el teléfono celular y siempre bajo techo. Después de escuchar el último trueno, espera media hora antes de abandonar el local. Cuida tu vida.
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