Si los peluches cuelgan ufanos hasta en las sombrillas que cubren los canapés; si los mismos estropajos que se venden en las shoppings usted los halla, sin pudor, en las mesas de cualquier bulevar; si hay especies de tiendas enteras —y no ya simples puntos— para comercializar desde un tubo de pasta Colgate hasta un desodorante Dove… no es porque la supuesta manufactura por cuenta propia haya alcanzado la perfección industrial ni porque haya firmado contrato permanente con las importaciones; sucede porque, al parecer, la impunidad también se comercializa como si nada.
No lo digo yo que estupefacta me quedo ante tanta baratija encarecida y en venta —y que más de una vez, admito, hasta he comprado un tubo de cola loca—; lo reconocen asimismo las autoridades: la indisciplina anda con patente en el sector no estatal.
Tanto que según recientes reportes del Grupo Provincial de Atención al Trabajo por Cuenta Propia las violaciones se dan gratis en varias de las actividades autorizadas y van más allá del expendio de covers para celulares. De acuerdo con las inspecciones de los organismos competentes, entre las indisciplinas detectadas se hallan: ejecución del ejercicio sin autorización; utilización de medios, equipos y materias primas de procedencia ilícita; empleo de trabajadores sin licencias ni contratos; importación de mercancías para uso comercial; evasión fiscal…
Se sabe y se sigue infringiendo, pese a que los chequeos periódicos no se realizan solo en papeles, a que se ha pasado del llamado de atención al retiro de la licencia, a que las multas han pesado en los bolsillos.
Solo el Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología había impuesto más de un centenar de multas en los primeros meses del año y había paralizado 11 licencias por incumplimientos de las normas sanitarias y la Dirección Integral de Supervisión había detectado más de 500 infracciones. Son apenas unos ejemplos, por no mencionar igualmente las fiscalizaciones del Ministerio del Transporte o de la Oficina Nacional de la Administración Tributaria a sus contribuyentes.
Cuando el Consejo de la Administración Provincial (CAP) ponía sobre la mesa tantas inquietudes, un asunto también trascendía: el trabajo por cuenta propia ha crecido sustancialmente en el territorio; pero además se han multiplicado, en algunos casos, las transgresiones de la ley.
Al respecto Teresita Romero Rodríguez, presidenta de la Asamblea Provincial del Poder Popular, alertaba: “Hay que revisar también el ciento por ciento de las personas que se dan baja del trabajo por cuenta propia y hay que ver lo que están haciendo porque existe un número que lo sigue ejerciendo de forma ilegal. Hay que ser más ágil en el enfrentamiento y la gente tiene que verlo. El año pasado se dio una preparación a los trabajadores por cuenta propia y se les informó lo que no se podía permitir; la gente está advertida lo que tenemos es que enfrentarlo más.
“Aquí todo el mundo inventa; nosotros tenemos que ser también inventores, pero del cumplimiento de la legalidad —apuntó Romero Rodríguez—. Hay que ir buscando de qué forma disciplinamos a la gente con medidas enérgicas. Tiene que haber más disciplina”.
No es un fenómeno espirituano. Los descarríos del sector no estatal los ha venido advirtiendo hasta el propio Raúl Castro, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la Asamblea Nacional: “No vamos a retroceder ni a detenernos, ni tampoco permitir estigmas y prejuicios hacia el sector no estatal —aclaraba el mandatario en julio del pasado año ante el Parlamento—, pero es imprescindible respetar las leyes, consolidar lo avanzado, generalizar los aspectos positivos, que no son pocos, y enfrentar resueltamente las ilegalidades y otras desviaciones que se apartan de la política establecida”.
Para ir frenando indisciplinas se han probado no pocos resortes como la justificación del 50 por ciento de la materia prima ante la Declaración Jurada o las periódicas fiscalizaciones a no pocos oficios. Y hasta este minuto, me atrevo a decir, han sido insuficientes.
Lo sostengo, porque ninguno de los almendrones circula con diésel de los Servi-Cupet —y no es secreto—, porque los caballos pastan libremente entre los edificios multifamiliares, porque ningún mercado al por mayor existe para vender materia prima a los cuentapropistas; porque comercializar brillos labiales es tan natural como vender jarros de aluminio.
Será que las patentes ya nacen torcidas; de lo contrario, ¿cómo explicar que los vendedores ambulantes se estacionen en puntos fijos o que las modistas o sastres vendan zapatillas Adidas? O la legislación vigente ha sido cambiada, y solo los cuentapropistas se han enterado, o lo artesanal en estas tierras pudiera ganar cualquier premio de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores. Ya una vez las casas-shopping tuvieron su ultimátum y en esa ocasión, hace años, Escambray hiló puntadas al respecto. Pero aguas pasadas no mueven molinos, a juzgar por el statu quo imperante.
Mientras en oficinas se perfecciona el trabajo por cuenta propia y se delinea punto a punto hasta el alcance de cada actividad, en la calle sigue desandando la misma impunidad de siempre. Porque nadie vende a puertas cerradas y, que yo sepa, a punta de agujeta no se tejen las blusas con etiquetas que se exhiben en los percheros.
Que contradicción se puede hallar en este periódico. Por un lado y no en no pocas ocasiones se hacen análisis a los llamados «Cuentapropistas» (que por cierto ese tipo de calificativo no muestra una identificación real del trabajo que con tanto esfuerzo se realiza. Bien pudiera llamarse Empresarios, Comerciantes, Sociedades Mercantiles u otro tipo de denominación ya existente desde los albores de la civilización y no estar inventando nombres despectivos). Quería referirme a este artículo que cita la periodista y contradictoriamente con el otro que aparece titulado; ¿Por dónde le entra el agua a la leche?. Las irregularidades en la calidad y distribución del producto desandan por un obsoleto equipamiento y la falta de control desde el campo hasta que llega al consumidor. Escrito por la periodista Carmen Rodríguez.
Por un lado se reprende el trabajo por cuenta propia, al que se le achacan disímiles problemas de diversa índole y en el otro artículo se trata el tema del agua en la leche o «el robo» a productos lácteos que brinda una industria estatal al pueblo.
¿Quien puede dar ejemplo?
Buen día, felicidades a Dayami por la propuesta realizada, creo que va más allá de lo argumentado o comentado, expongo mis consideraciones: Hace un llamado que para actualizar el Modelo Económico y lograr avanzar lo primero y más necesario es el respeto del propio gobierno a lo que legisla, sin respeto no se puede lograr nada y a estos les corresponde velar porque se cumplan las leyes, sean estas más o menos justas, después se modificarán. También creo que existe un reclamo por la estabilidad y sistematicidad en las tareas de control que también le corresponden al propio gobierno garantizar, no trabajar por impulsos o ciclos garantizando así que no se incrementen ni crescan problemas de legalidad,¨atajando el problema pequeño nunca se pondrá grande¨. Otro aspecto y que coincide con algunos criterios es si estamos bloqueados y con problemas financieros porque evitar que las personas importen mercancias para comercializar dentro de los limites aprobados por la Aduana, para eso cuando entran y salen del país ya están dejando su aporte en los aereopuertos, aduanas etc, haaa pero ello conlleva también a un mayor control y respeto a las leyes por la ONAT, e inspectores para que se reduscan las subdeclaraciones, otro problemas que exisiten en el país y que creo que es el peor de todos porque propicia entonces que la medida sea BOTAR EL SOFA. Esto último lo digo porque para nadie es un secreto que la ley tributaria es bien rigida y limita con medidads físcales el incremento del capital a las personas, esta es muy ambiciosa y como dije anterirmente no se respeta ni por lo que tienen que cumplirla , ni por los que son responsables de hacerla cumplir.
Por que estos vendedores de ropa, hoy ilegales, tienen que comprar mercancia fuera del pais? Muy sencillo, no hay mercados mayoristas en toda Cuba para poder comprar esa ropa y luego generar una ganancia al venderla al publico. El estado, enves de comprender ese impedimento y facilitar la importacion, cobrando aduana, of course, hace lo contrario, opta por medidas represivas, como confiscar el bulto que no es droga, ni explosivos, ni armas, sino ropa de mejor calidad que las que ofertan en las usureras TRD. Esto huele a una confabulacion entre la aduana, que hace el trabajo sucio y las TRD, para quitar del medio a la competencia.
no se como con tantos periodistas serios que tenemos en nuestro pais se prestan para estas cosas, sabiendo que ellos son el pueblo tambien y que su salario no supera los 800 pesos y que no le alcanza para nada, lo que hay que hacer es perfeccionar las industrias cubanas que ninguna sirven, buscar que los cuentapropistas puedan importar y desarrollarse para que los precios de los producto bajen el costo y sirvan de trabajo para el pueblo que tanto necesita y dejar esta caseria de brujas absurda contra quiene trabajan honestamente con su propio dinero sin robarle a nadie.
Eso si, estoy en contra de quien roba y de quieres gastan los recursos que asigna el estado en cosas que no son necesarias en los momentos que vive en el pais, pero tambien con los oficiales del la aduana que te piden sobornos al descaro cuando te encuentran algun detalle corregible entre los documentos, contra quienes piensan que para retirarse del trabajo hace falta esperar a los 65 años de edad y contra todas las medidas totalitarias que no responden a las peculiaridades de cada localidad
Comencemos el análisis preguntándonos: Por que surge el cuentapropismo en su más extensa gama? Por necesidades existentes y crecientes en la población e incapacidad del estado de resolverlas. Surge como una muy oportuna y conveniente solución a esa demanda. En toda sociedad hay muchos trabajos, sobre todos de servicio, que los acometen pequeños empresarios, esos que hoy se les nombra “cuentapropistas”, ingeniándoselas por su cuenta, sacrificándose, trabajando incansablemente y saltando disimiles obstáculos que van desde conseguir la materia prima debidamente justificada hasta lidiar con cuanta regulación y tramites se les establecen.
Se sabe que es un sector que tiene un mayor ingreso que la media, pero lo perciben trabajando y prestando un servicio al pueblo, enhorabuena. Han cumplido su cometido y lo siguen cumpliendo con creces, hoy juegan un papel más que importante en el desarrollo de la sociedad cubana, sin ellos hoy todo sería muy diferente, entonces por qué verlos como la piedra en el zapato, como el malo de la película.
Veámoslo como algo más que necesario, positivo y que llego para quedarse. Con ellos se beneficia el pueblo ya que resuelve sus necesidades y se generan empleos, además se beneficia el gobierno pues recauda impuestos y puede dedicarse a tareas y metas mayores en de índole económico y social toda vez que los cuentapropistas asumen muchas de índole menor con probado éxito.
Ellos son parte del pueblo, se trata de ayudarlos, organizarlos y permitirles que se desarrollen y crezcan.
Cierro con una pregunta: Recuerdan los 90’s sin cuentapropistas?
El estado, a mitad de partido cambio las reglas del juego y esto es jugar sucio. Despues que se concedieron miles de licencia para vender ropa, cuando vieron que habian mermado las ventas en las TRD, no hicieron competencia limpia, que era bajar los precios y mejorar la calidad. No, optaron por cerrarlas y dejaron tambien a miles con inventarios de ropa que no pudieron vender legalmente. Ni siquiera 90 dias para que pudieran salir del inventario. Esto es JUGAR SUCIO. Ahora estos mismos vendedores trabajan desde la ilegalidad: ni pagan licencias ni impuestos. El estado no salio ganando.
totalmente con usted, buscando las personas que trabajan para ganarse la vida mientras el estado sigue revendiendo y encareciendo los precios al trabajador, y todo legalmente
Si vamos a hablar «de encarecimiento», primero empecemos por casa: LAS TRD . Precios de usura y trapos que a la primer lavada, hay que tirarlos a la basura o cogerlos para limpiar el fogon. Eso si es estafa !
Toda esta gente que hoy venden ropa desde la ilegalidad, tenian licencias y pagaban impuestos. Pero las «Trapi-shopping» protestaron porque a penas vendian sus trapos y enseguida llego la represion del estado cerrando locales y multando al que osara violar la ley. Muy de acuerdo que se viole la ley porque fue muy injusto lo que hizo en gobierno.
Y porque el Estado no importa toda esa baratija y la vende. Son como el perro del hortelano , que no come ni deja comer.