Establece el Consejo de la Administración Provincial —solo para los Mercados Agropecuarios Estatales— nuevos costos para la malanga y el tomate
Que los carretilleros estén en veda en no pocos parajes de la geografía espirituana, que los inspectores anden de tarima en tarima y que los carros policiales se aposten frente a cualquier punto de venta de productos del agro no es casual; aseguran que se trata de otro apretón a la tuerca de los precios.
Según exclusiva a Escambray de Deivy Carrera Calderón, jefa de grupo de la Dirección Integral de Supervisión (DIS), desde fines del pasado año la presidenta del Consejo de la Administración Provincial hizo válida la Decisión No. 1 que establecía el incremento del precio de la malanga de 3. 50 a 5 pesos, exclusiva para los Mercados Agropecuarios Estatales (MAE).
La propia autoridad gubernamental dio a conocer, además, la Decisión No. 2, de similar fecha, la cual dispone que el tomate se puede vender a 4. 20 pesos la libra —igualmente solo para los MAE— hasta el 31 de enero. Mas, son las únicas modificaciones, pues para el resto de las personas que comercializan productos agrícolas —léase trabajadores por cuenta propia, puntos de la Agricultura Urbana…— continúa rigiendo el tope de los costos establecido en la Resolución No. 908 del 2017.
“A los trabajadores por cuenta propia que han violado los precios topados o han incurrido en otras contravenciones, se le han aplicado 2 602 multas de acuerdo con el Decreto Ley No. 315, cifra que ha redundado en un importe de más de 2 millones de pesos”, aseguró Carrera Calderón.
No han sido las únicas coyundas: la Policía Nacional Revolucionaria ha decomisado productos de no pocas casas-almacenes en tierras cabaiguanenses, se han procesado nueve personas por los tribunales debido a afectaciones a los consumidores, se han retirado patentes…
Según informaba a este semanario la dependencia de la DIS en Cabaiguán, allí ninguno de los 59 trabajadores acogidos a la Agricultura Urbana —y que más que hortalizas vendían hasta garbanzos en las carretillas— tiene actualmente autorización para vender por violar los precios establecidos para los productos del agro.
La dirección de ese órgano de supervisión en la citada localidad municipal anunciaba que hasta el momento se habían retirado alrededor de 15 licencias.
Asimismo, en Fomento, Jatibonico, Trinidad y varios sitios de la cabecera provincial se ha supervisado con rigurosidad los costos de los alimentos que se comercializan en las carretillas y se han impuesto multas ante similares indisciplinas.
Al cierre del 2017 la DIS había recaudado 4 254 960 pesos y casi la mitad de dicha cifra recayó en las violaciones del sector por cuenta propia.
Que tales medidas pudieran no bastar para sofocar la asfixia de los precios es, acaso, una verdad de Perogrullo; pero, al menos, resultan un eslabón más para tirar de esa cadena. Habrá que esperar a que no caigan en saco roto y que, a la postre, el producto de tanto gardeo llegue por fin a la mesa.
Los precios solo bajan aumentando las producciones, no hay otra manera de que eso suceda. Hay que bajarle los precios a los insumos que el estado le vende a los productores. Hay que comprar más fertilizantes y pesticidas en el extranjero. Hay que modernizar la agricultura con tecnología de punta. Hay que asignar más petróleo para la agricultura en Cuba. 800000 y pico toneldas asignadas para éste año (80 litros aproximadamente por habitante). Sólo cuando esas cosas se hagan, aumentarán las producciones y bajarán los precios.
Solo de Malanga y tomate no se alimenta una familia ¿y para el resto de los productos que política de pecio se va a adoptar?
En trinidad los mercados por cuenta propia superan con creces los mercados agropecuarios estatales; y los cuentapropistas venden al precio que a ellos les da la gana y nadie le pone freno. Nada que se acaba un año y empieza otro y seguimos con los mismos salarios y los precios en curva ascendente. ¿Y a quién le importa?
Amigo, alegrese, ya avanzamos algo en casi 60 años. Otro poquito más de medio siglo y saldrá el Decreto Ley para el arroz y el bistec.