El político socialdemócrata Pedro Sánchez prometió este sábado su cargo como nuevo presidente del Gobierno de España ante el rey Felipe VI
En una ceremonia en el Palacio de la Zarzuela, sede de la jefatura del Estado, Sánchez se convirtió oficialmente en el séptimo mandatario de la democracia española, un día después de desbancar a su antecesor, el conservador Mariano Rajoy, a través de una moción de censura en el Congreso de los Diputados.
El líder del principal partido de la oposición, el Socialista Obrero Español (PSOE), logró la víspera los apoyos parlamentarios necesarios para sacar adelante su iniciativa contra Rajoy, acorralado por los escándalos de corrupción que salpican al Partido Popular (PP).
En presencia del gobernante saliente, Sánchez tomó posesión con la mano derecha sobre la Constitución y no sobre la biblia, al optar por la retirada de los símbolos religiosos que tradicionalmente presidieron este acto.
Rajoy, cuyo segundo mandato comenzó en 2016, fue depuesto por la Cámara baja, que por abrumadora mayoría -180 de sus 350 escaños- aprobó este viernes una moción de censura en su contra, tras los múltiples casos de corrupción en el derechista PP.
Fueron precisamente esas tramas corruptas, además de su mal manejo del conflicto secesionista en Cataluña, las que precipitaron la caída del político de 63 años, que en 2011 llegó por primera vez a la primera magistratura, tras dos intentos anteriores fallidos.
‘Dimita, señor Rajoy, y todo terminará, podrá salir de la presidencia por decisión propia’, manifestó Sánchez al defender la propuesta del PSOE para desalojarlo del gubernamental Palacio de La Moncloa.
Es la primera vez, en casi 40 años de democracia española, que en el Congreso prospera una moción de censura, tras presentarse durante ese tiempo cuatro iniciativas de ese tipo, dos de ellas contra el ya defenestrado jefe del Ejecutivo.
Sánchez subrayó que la moción de los socialdemócratas nació de la incapacidad de Rajoy de asumir sus responsabilidades políticas tras la sentencia del caso Gürtel, la cual, advirtió, en otras democracias hubiera precipitado su dimisión.
El secretario general del centenario PSOE aludió a la resolución de la conocida causa, considerada una de las mayores tramas de corrupción en la historia reciente del país europeo.
El demoledor fallo condenó el 24 de mayo a penas que suman 351 años de cárcel a 29 de los 37 acusados en el juicio por una red de financiaciones, pagos y adjudicaciones ilícitas, que salpicó a una decena de antiguos altos cargos de la otrora formación gobernante.
La sentencia concluyó que la actividad de la citada trama produjo ‘beneficios cuantificables al Partido Popular’, y consideró que la formación conservadora ‘debe ser condenada como partícipe a título lucrativo’.
Además, acreditó la existencia de una contabilidad paralela o ‘caja B’ dentro del PP, a través de la cual financió ilegalmente actos y campañas electorales.
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