Los precios de la comida siguen disparados mientras productores y comercializadores buscan soluciones
De la tarima al plato (+fotos)
Intentan ponerle cascabel a los precios
Cualquier análisis que se arrime al escenario agrícola espirituano en los últimos tiempos no puede obviar el paso de Irma por esta geografía ni el régimen de lluvias imperante después. Antes de septiembre no todo estaba color de rosa, pero la presencia de alimentos en los mercados y placitas era más estable, aunque los precios desde hacía rato ponían mala cara.
Del huracán hacia acá el vacío de las tarimas, sobre todo las pertenecientes a la red estatal, constituye una real fotografía de la huella del ciclón en el surco, como también está archivada en la retina del espirituano la especulación particular desatada desde entonces a la vista de todos, que estiró precios, aprovechó y aprovecha todavía cuanto filón deja el desabastecimiento.
El domingo 11 de febrero en la feria de Cabaiguán un plátano macho costaba 3 pesos; en la de Sancti Spíritus, un macito de lechuga, 6 y en la calle te pedían por una col hasta 15 y 20 pesos.
¿Hay de verdad control de las existencias de los cultivos que se salvaron y de lo que se sembró después? ¿Acaso son de otras provincias las viandas que vendían y venden los particulares en ferias y otros espacios? ¿Qué justifica que en Taguasco Acopio pague el tomate a un productor a 1.10 pesos la libra y después lo venda en su mercado a 4.20? Si la yuca se produce en el territorio, ¿por qué la tienen por estos días solo los puntos de la Agricultura Urbana y no la red de Acopio?
Parece que en esta escasez de alimentos agrícolas Irma es la mala de la película, pero no la única culpable. ¿Hay de verdad control de las existencias de los cultivos que se salvaron y de lo que se sembró después? ¿Acaso son de otras provincias las viandas que vendían y venden los particulares en ferias y otros espacios? ¿Qué justifica que en Taguasco Acopio pague el tomate a un productor a 1.10 pesos la libra y después lo venda en su mercado a 4.20? Si la yuca se produce en el territorio, ¿por qué la tienen por estos días solo los puntos de la Agricultura Urbana y no la red de Acopio?
Puede ser la comida el asunto que más desvela hoy a la familia y también el que más indigna cuando no queda otra opción que pagar a 5 pesos la libra de malanga a un particular en la feria espirituana, por cierto, el precio que aprobó en enero el Consejo de la Administración Provincial (CAP) en busca de estimular la entrega del producto al Estado.
Preocupa el fenómeno del impago, por ejemplo, un campesino de Taguasco cosechó y entregó el boniato a Acopio en noviembre; en esa misma tierra plantó tomate, ya está floreciendo y, el 31 de enero todavía no le habían pagado el boniato.
En los análisis de la Agricultura aparecen y se admiten irregularidades que pasan de un año a otro: la mala contratación, el descontrol, violaciones de precios, la calidad que no cuenta, la historia de un precio en la tablilla y otro en el mostrador, multas que no eliminan la ilegalidad, producciones que no se recogen, campesinos que no declaran todo lo sembrado…
Cualquiera dirá que nada de esto es nuevo ni desconocido, incluso, casos iguales o parecidos se han expuesto en estas páginas en los últimos años. En los análisis de la Agricultura aparecen y se admiten irregularidades que pasan de un año a otro: la mala contratación, el descontrol, violaciones de precios, la calidad que no cuenta, la historia de un precio en la tablilla y otro en el mostrador, multas que no eliminan la ilegalidad, producciones que no se recogen, campesinos que no declaran todo lo sembrado, desvío de comida, insumos que no llegan, pagos que se atrasan…
Se sabe que Sancti Spíritus es un territorio con alto potencial agropecuario y cumplidor de importantes compromisos estatales para el llamado programa de sustitución de importaciones. Ahora mismo se pueden enumerar diversos renglones donde los niveles productivos son superiores a otros tiempos, pero las propias estadísticas del sector no siempre se corresponden con la realidad en el surco o el mercado, mucho menos con la opinión popular.
Aunque constantemente hay que recurrir a los números para planificar, distribuir recursos y tener una expresión del resultado, no son las cifras las que llenan tarimas y platos, ni tampoco por grandes que estas sean deben llevar a la complacencia y el conformismo, sencillamente, porque según el sistema de balance y distribución establecido, ningún plan satisface la demanda.
De acuerdo con datos oficiales, la provincia alcanzó una producción total en el 2017 ascendente a cerca de 506 000 toneladas de productos, el 105 por ciento de lo planificado. A todas luces, el golpe de las 28 000 hectáreas de cultivos varios dañadas por el huracán se sintieron solo en el mercado y en la mesa del espirituano, no en las cifras del plan.
De acuerdo con datos oficiales, la provincia alcanzó una producción total en el 2017 ascendente a cerca de 506 000 toneladas de productos, el 105 por ciento de lo planificado. A todas luces, el golpe de las 28 000 hectáreas de cultivos varios dañadas por el huracán se sintieron solo en el mercado y en la mesa del espirituano, no en las cifras del plan.
Siguiendo el hilo de las estadísticas encontramos una realidad más aterrizada al entendimiento de los consumidores y que, por cierto, fue evaluada con objetividad en un reciente Consejo de la Administración Provincial.
En el 2017, a través de toda la red comercial de la provincia, en la que Acopio atiende 84 unidades el 12 por ciento, se comercializaron con destino a la población 252 980.9 toneladas de productos, de ellas viandas 93 265.7, hortalizas 117 442.1, frutas 21 913.6 y granos 20 359,5. O sea, de esa abultada producción anual, la mitad fue destinada al pueblo según las cifras de la red comercial. ¿Alguna estadística medirá qué rumbo habrá tenido la otra parte, más allá de lo comprometido con la sustitución de importaciones, la semilla, el autoabastecimiento familiar y el consumo animal?
Para entender la Agricultura fuera del papel, veamos que Acopio, la red estatal preferida por el pueblo, vendió el año anterior apenas 47 175.1 toneladas, el 19 por ciento de lo que se comercializó a la población. Y, como se razonó en el CAP, si a esa cifra se le restan los granos —arroz y frijoles— se deduce que la vianda vendida por esa vía fue poca.
Para entender la Agricultura fuera del papel, veamos que Acopio, la red estatal preferida por el pueblo, vendió el año anterior apenas 47 175.1 toneladas, el 19 por ciento de lo que se comercializó a la población. Y, como se razonó en el CAP, si a esa cifra se le restan los granos —arroz y frijoles— se deduce que la vianda vendida por esa vía fue poca.
Más allá de las ofertas agrupadas en los días finales del año, a cinco meses del huracán todavía se vive el desabastecimiento y suplir ese vacío puede demorar semanas o meses. Desde el campo hay otras realidades imposibles de obviar: cultivos afectados por la continua humedad, plagas, enfermedades y hasta atrasos en la siembras a causa de no poder roturar los suelos.
En medio de la apertura de nuevos polos productivos, el territorio da pasos para introducir, al igual que en todo el país, el autoabastecimiento municipal, estrategia que comenzaría a regir a partir de julio y ello supone sembrar, contratar, producir, organizar la comercialización y la red de venta.
Pero, más que introducir nuevas fórmulas, se necesita mayor acercamiento al hombre que trabaja la tierra, establecer una contratación válida, no para que exista en un papel, sino que se exprese en la entrega real de comida; se precisa atender el fenómeno del bajo rendimiento de los cultivos, pues resulta increíble que un cosechero logre más de 50 toneladas de tomate por hectárea y la media provincial sea de 14.
Si la producción no supera la demanda, si se llega al nuevo esquema del autoabastecimiento territorial con los eternos problemas de la red comercial, si se sigue tolerando que los mejores productos solo se oferten en la red particular, si el pago en tiempo no se vuelve ley y se corta el dañino desvío, si el control al surco y a la comercialización no es permanente para saber las necesidades del cosechero y el verdadero destino del alimento, si no se fomenta una disciplina compartida entre productores y representantes del Estado en vez de tenderle cercos a la comida, si las hectáreas y toneladas no se traducen en mercancías en los mercados y placitas…, se puede malograr la intención que se persigue y la despensa familiar seguirá divorciada de las cifras oficiales.
Es verdad que el mejor camino para bajar los precios es incrementar la producción, pero no pensemos que esa lógica de la economía universal resolverá por sí sola el dilema de adquirir alimentos a importes razonables. Hay demasiados problemas, vicios y distorsiones en la cadena productivo-comercial, que entonces la comida tiene muchos dueños.
Es verdad que el mejor camino para bajar los precios es incrementar la producción, pero no pensemos que esa lógica de la economía universal resolverá por sí sola el dilema de adquirir alimentos a importes razonables. Hay demasiados problemas, vicios y distorsiones en la cadena productivo-comercial, que entonces la comida tiene muchos dueños.
Ahora mismo casi sobra el tomate, se pasa de maduro, los hay de todos los tamaños y es una rareza que en alguna venta estatal o privada aparezca un precio inferior al de 4.20 pesos la libra. ¿Hay que esperar por el aumento productivo para que en Sancti Spíritus se respeten establemente las reglas y normas del comercio?
Para corresponder al reciente reclamo de la dirección del Partido en la provincia de “producir los alimentos del pueblo en las cantidades que la población y el consumo social necesitan”, no bastará con elevar las existencias de cultivo, aplicar la ciencia y la técnica, aumentar el riego, introducir mejores semillas y contabilizar hectáreas, toneladas y planes, hace falta convertir la satisfacción de la demanda, el precio y la calidad en los verdaderos medidores de un sector diseñado, en primer lugar, para responder a la necesidad alimentaria del espirituano.
En este pais con la cantidad de tierras que se han entregado fuera para que estuviera la comida a pululu, pero lo que tambien hay que tener en cuenta es que a un campesino acopio le compra el producto y se demora mesess para pagar, eso con respecto a las viandas, granos y hortalizas pero asi mismo es con la leche, el ganado. Un campesino me comento que en diciembre de 2017 le habian pago la leche de septiembre y octubre y que su sustento era ese, vive de sus vaquitas y de lo que siembra, y ahora me pregunto ¿Por qué esa demora con un dinero que es mio y que me hace falta para sustentar a mi familia?, ha y si te pones a vender la leche por la izquierda o hacer algun quesito y te cogen te buscas un problema. Entonces de que eficiencia estamos hablando, de que crecimiento en la agricultura, como dijo Marta Marron Por favor, a otro con ese cuento.
No se rompan mas la cabeza, haga lo que hacen otros paises menos desarrollados que Cuba, que no tienen «acopio», «Minagri» y todas esos organismos inservibles y parasitos que no resuelven nada. Me da risa cuando oigo que Cuba mandan especialistas en la agricultura para mejoras los cultivos. si yo fuera autoridad a los cubanos nos los dejaba bajarse del avion, los mandaria de vuelta al pais del descontrol y la ineficiencia.
Realmente uno lee esas mismas cosas en cualquier periódico de cualquier provincia en Cuba y en todos los lados es la misma situación, si pasa un año vuelves a leer lo mismo y uno lo que se pregunta es, hasta cuándo va a ser esto? Algún día tendrá solución
Reconozco todo lo que la dirección del país ha hecho por solucionar este problema, pero delante de las autoridades día a día se viola todo lo establecido y nadie hace nada, los inspectores son los primeros amigos de los vendedores o revendedores que abusan del pueblo, entre ellos todo está arreglado y eso todo el mundo lo sabe
El Estado ha ha invertido en tractores ( que por cierto son unos cuantos) equipos de riego, implementos agrícolas .¿ Dónde esta el fruto de la inversión?, sinceramente yo cuestiono la cantidad de directivos ,especialistas y técnicos que existen en la Delegación de la Agricultura y Empresas del MINAGRI para que al final no se coja ni una calabaza, las que antiguamente se daban en los potreros ,ha raíz de pasar Irma se decía que en tres meses se garantizarían las producciones de ciclos corto, pues ya pasaron los tres meses y nada. Para que hablar de los impagos a los productores , aumentos de precios , violaciones por los vendedores, falta de de suministros,problemas en la distribución, si esa canción la hemos oído infinitas veces. Esto no se resuelve con fertilizantes, sino con un poco de voluntad
Esta vez fue Irma, pero pudo haber sido cualquier otro huracan con otros nombres, entonces???? Dada la situacion geografica del país, estaremos siempre en la mira de los huracanes, eso significa que casi nunca tendremos comida, poque siempre se espera la ocurrencia de cualquier evento meteorologico para cargarle las culpas, hasta cuando estaremos escuchando…no hay por culpa del….bloqueo, de los tos precios en el mercado international, de la sequia, de los huracanes, caramba entonces algo hay que hacer,o que si no debe faltar es la comida pata el pueblo, y estoo dijo Raul, que era una cuestion de seguridad nacional, entonces???
Felicidades al autor. Hay que leer este análisis para saber o para convencerse, mejor dicho, de que las reuniones distan mucho de resolver los problemas de la gente.
¿Se sobrecumplió el plan de producción de renglones agrícolas provincial en 2017? Por favor, a otro con ese cuento. Si Irma sirve de pretexto desde que pasó por el norte de Cuba para cuanta carencia tenemos, ¿cómo es que permitió llegar a ese 105 por ciento?
Que los jefes bajen a la base y constaten todo cuanto dice este periodista, esa es la necesidad real. Y después dicen que son Fidel. Vergüenza debería darles, Fidel sí estaba junto al pueblo en cada contingencia, lo escuchaba, le creía, no lo engañaba con cifras y planes para después dejarlo sin lo que necesitaba.
Bien se ve que a Escambray, por más que se habla de su calidad, no le hacen mucho caso. Penoso.
Me parece este un excelente trabajo, va al fondo del asunto, cuestiona la credibilidad de los papeles y planes, donde a menudo todo anda bien.
¿Quién va a cerer, después de leer esto, que en la provincia se sobrecumplió el plan de producción de alimentos agrícolas el pasado año, tras el paso de Irma que está sirviendo de excusa para todo? O el plan fue mínimo, o hay mentira en el ambiente.
Por favor, que la gente no se chupa el dedo. Si usted sale y no haya comida a precios que le resulten asequibles, si son malos y no les bajan el precio, si se ven pocos incluso caros. ¿Por qué se le miente al pueblo?
Reconozcamos la verdad y solo entonces podremos resolver el problema real, no el