Hasta este sábado sesiona en Sancti Spíritus la I Bienal Transformar para educar en familia
Expresiones de desunión, manifestaciones de violencia, preocupaciones monetarias para llegar a fin de mes, tradiciones descontextualizadas en casa… son algunos de los tópicos hilvanados entre talleres, paneles y conferencias que por estos días analizan en Sancti Spíritus a las familias cubanas desde la perspectiva cultural.
Así, mediante experiencias que nacen del día a día y la cientificidad, se ha podido evaluar cuánto se hace y lo que resta por fortalecer al núcleo central de la sociedad, una tarea casi quimérica porque esos grupos emparentados por lazos sanguíneos o afectivos constituyen micro-escenarios socioculturales y filtros a través de los cuales llegan a sus integrantes muchas de las tradiciones, costumbres y valores.
Suficientes razones estas para que la I Bienal Transformar para educar en familia, rectorada por la Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez y con el coauspicio de otras instituciones y organismos, haya demostrado que el tema precisa de un llamado de atención, así como una interpretación integral de todos los procesos que intervienen en la construcción que sistemáticamente hacemos.
Es por ello que Marta Cuéllar, una de las organizadoras de la cita y que ha puesto a disposición de los asistentes de una decena de provincias del país al Museo de Arte Colonial como escenario, opina que el evento ha logrado desnudar a las familias desde el mismo momento de apropiación de contenidos y procedimientos que llevan en su interior la impronta de la cultura.
“Como célula básica nos tiene que preocupar todo lo que hoy incida en la familia y sus expresiones. Por eso, el programa ha contemplado visiones diversas que van desde lo que hacemos, por ejemplo, el plato que inventamos para llevar a la mesa, hasta las prácticas, cómo esa receta es mejorada en fechas especiales y lo que creemos de esa acción. En fin, es reconocer qué está pasando en el núcleo familiar, que en definitiva es un contexto que media en el resto de nuestros comportamientos”, añadió la directora de una de las instituciones culturales más importantes de la ciudad del Yayabo.
Esta I Bienal, resultado del encuentro de la Asociación de Pedagogos de Cuba del 2016 en predios yayaberos, ha sido imprescindible para la comprensión de que la sociedad y la familia se retroalimentan. Ha asumido así que la primera aporta un conjunto de premisas socioculturales, condiciones económicas, normas y valores que indiscutiblemente acotan la manera en que la segunda aprovecha para narrar su propia historia y su comportamiento.
Uno de los retos, desde la responsabilidad gubernamental, es la conducción hacia caminos más certeros y seguros de aquellos grupos que hoy manifiestan expresiones y conductas divorciadas de nuestra identidad.
Sería un delito olvidar que la familia es el núcleo básico de los procesos, tanto de mantenimiento como de cambio cultural de los patrones sociales. En su interior se concretan los sistemas de creencias y valores que se transmiten de una generación a otra y de esa forma influyen en gran parte de la construcción de sus contextos.
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