Sin todo el andamiaje mediático que debía sustentarlo, el equipo masculino del baloncesto de Sancti Spíritus concretó una proeza: clasificar por segunda vez en la historia a la Liga Superior en el básquet tradicional y por primera vez en la modalidad 3×3 en el mal llamado Torneo de Ascenso, con sede en Camagüey.
El elenco ganó los boletos en el grupo más complicado de Cuba: Villa Clara (actual campeón), Ciego de Ávila (subcampeón y la selección con más títulos nacionales) y Camagüey, varias veces medallista. Lo hicieron con el elenco más joven: 18.9 de edad promedio y sin su líder Yoanki Mencía, contratado en Argentina.
Pronósticos en contra, los yayaberos desbancaron a los mismísimos avileños con balance de 4-4 para avanzar entre los dos mejores terceros y convertirse en los “eléctricos” de la lid, un término con el que no concuerda Wilfredo Fernández, el director: “El pasado año el equipo “enseñó” que tenía calidad, nos quedamos por solo seis puntos; esta vez tuvimos las mismas victorias, pero nos favoreció el gol average. Nadie contaba con este resultado, pero nosotros sí, porque se hizo una preparación muy buena, se usaron las pesas como deporte auxiliar en el gimnasio del estadio y las sesiones de entrenamiento a veces pasaban las seis de la tarde.
“Es un equipo con resultados en categorías inferiores, nunca se habían creído que podían, pero esta vez hicimos un trabajo muy fuerte con la psicóloga y se convencieron. Lo lograron sin Yoanki, pero llegamos en condiciones físicas excelentes para una competencia muy dura, casi definimos en la primera vuelta, al acumular 3-1, solo perdimos con Villa Clara. También la puntuación de cada partido nos ayudó, incluso la de Ciego de Ávila, al que le sacamos nueve puntos y eso nos clasificó al final”.
Para él, como para Pedro Herrera y Michel Díaz, entrenadores auxiliares, el líder verdadero fue el equipo, “su disciplina táctica, su cohesión y su sed de baloncesto. Un día aportaba Josué Hernández con 18 o 19 puntos por juego; otro, Mario Luis Troyano, como defensa organizador, o Luis Ángel Castillo y Adrián Valdés Delgado.
Cada cual supo aportar al colectivo, hasta los jugadores del banco”.
Lo del 3×3 fue aún más aplastante al ganar invictos en cuatro salidas en otro torneo extenuante jugando todos los días durante 12 jornadas y con una alimentación pésima, según Wilfredo.
Con estos dos boletos, el baloncesto local escribe otra proeza mayor porque se unen a las clasificaciones de las hembras en las dos modalidades, lo cual lleva a este deporte a la élite de Cuba, al decir de Carlos Plascencia, comisionado provincial, quien no escondió sus lágrimas por la alta conquista: “Estos muchachos se adelantaron a su edad, lucharon hasta el último juego, como una guerrilla, con mucho amor por la camiseta. Es de lo más grande que se ha vivido aquí y muestra lo logrado en todas las categorías”.
Para la Liga Superior, que empieza en enero, Sancti Spíritus se reforzó con los avileños Dariel Castellanos (pivot) y Yosvani Hernández (base organizador).
Desde dentro, el impacto lo suscribe, Mario Luis Troyano: “Después de obtener dos medallas en ligas superiores, no puedo estar más orgulloso de clasificar con mi equipo. Agradezco a quienes confiaron en nosotros, a pesar de la juventud. Es muestra de que cuando se trabaja duro se ve el sacrificio. En nombre del equipo, una dedicatoria especial a nuestro entrenador, ya fallecido, Gabriel Alexander Álvarez. Ver a los equipos clasificados era uno de sus sueños”.
Tras el triunfo, los muchachos del básquet con sus profesores llevaron hasta su tumba un ramo de flores. Y en el gesto iba otra respuesta que dice el porqué de esta proeza, de lo que es una real familia.
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