A juicio del organismo, los desastres naturales, el crimen, la violencia y las epidemias, representan un desafío considerable para la población vulnerable, sobre todo en el actual contexto de bajo crecimiento económico y aumentados déficits públicos.
Pese a los grandes avances en términos de prosperidad durante los últimos años, ‘muchas personas en América Latina y el Caribe están tan sólo a un desastre de regresar a la pobreza’, dijo el vicepresidente del BM para la región, Jorge Familiar.
En opinión del experto, ‘los países deben prepararse mejor y fortalecer su resiliencia ante los choques, para así no perder en un día lo que les tomó años construir’.
Cálculos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) señalaron que en 2016 la pobreza alcanzó al 30,7 por ciento de la población y el porcentaje se mantendría estable este año.
El informe de la Cepal, publicado en días recientes, corroboró que la pobreza y su expresión extrema aumentaron como promedio regional en 2015 y 2016, luego de más de una década de reducción en la mayoría de las naciones.
Según el documento, en 2014 el 28,5 por ciento de la población se encontraba en situación de pobreza (168 millones de personas); la proporción subió a 29,8 en 2015 (178 millones) y a 30,7 en 2016 (186 millones).
Mientras la pobreza extrema pasó del 8,2 por ciento en 2014 (48 millones de habitantes) al 10 por ciento en 2016 (61 millones).
No obstante, el resultado fue positivo desde una perspectiva a mediano plazo, pues la pobreza se redujo 15,2 puntos porcentuales de 2002 a 2016, planteó el informe Panorama Social de América Latina 2017, presentado por la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena.
Durante ese período también mermó la disparidad de ingresos: el coeficiente de Gini pasó de 0,538 en 2002 a 0,467 en 2016 (en ese cálculo cero representa ausencia de desigualdad y uno la desigualdad máxima).
Para Bárcena, ‘la experiencia reciente nos indica que el aumento de los ingresos en los hogares de menores recursos ha sido imprescindible para la reducción tanto de la pobreza como de la desigualdad de ingresos’.
A ese crecimiento, evaluó, contribuyeron las políticas distributivas y redistributivas de los países, como reformas tributarias, salarios mínimos, pensiones y transferencias vinculadas a las estrategias de reducir la pobreza y expandir los sistemas de protección social.
El llamado, expresó, ‘es a fortalecer las políticas laborales y de protección social, más aún en períodos de bajo crecimiento económico, y a implementar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible a partir de un cambio estructural progresivo’.
Acorde con los datos de la Cepal, los más perjudicados continúan siendo los sectores de siempre: En 2016, ejemplificó el reporte, la pobreza afectaba al 46,7 por ciento de los niños y adolescentes entre cero y 14 años de edad y la extrema pobreza al 17 por ciento.
En casi todos los territorios, añadió el análisis, las mujeres en edad de retiro tienen menores niveles de cobertura en los sistemas de pensiones, y las brechas monetarias en las prestaciones que reciben superan los 20 puntos porcentuales en 10 de 17 países analizados, pudiendo alcanzar los 40 puntos porcentuales.
Por su parte, el BM aseguró que ‘prácticamente cuatro de cada 10 hogares siguen siendo considerados como económicamente vulnerables, corriendo el riesgo de volver a la pobreza’.
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