La joven periodista de Radio Sancti Spíritus, Escambray y Juventud Rebelde se convirtió en la primera Doctora en Ciencias de la Comunicación de la provincia
Para la ciencia espirituana es un privilegio; para el periodismo, también. Cuando hace solo unos días Lisandra Gómez Guerra presentaba su Modelo de análisis para generar un periodismo impreso con perspectiva de género. Estudio de caso: suplemento cultural Vitrales, ante un riguroso tribunal de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, escribía su propia noticia.
Aunque falten algunos rigores burocráticos para “oficializarlo”, la joven periodista de Radio Sancti Spíritus, Escambray y Juventud Rebelde se convirtió en la primera Doctora en Ciencias de la Comunicación de la provincia, una rama de muy reciente inserción en el mundo académico espirituano.
De la mano de su tutora, la Doctora en Ciencias Literarias Yanetsy Pino Reyna, Lisandra concluyó una etapa de estudio riguroso y alto sacrifico personal
“En el 2008 se abre la Maestría en Ciencias de la Comunicación, un peróodo largo por múltiples razones, y tras concluir la Doctora Hilda Saladrigas, una de las voces más autorizadas de Cuba en esta materia, apuesta por que un grupo de los egresados podamos incursionar en un doctorado”.
“El primer paso fue presentar el tema en el Departamento de Periodismo, luego al Consejo Científico de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana y de ahí a la aprobación del tema por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, que te otorga cinco años para desarrollar el doctorado, pude hacerlo en dos y lo que me agilizó el proceso fue el empeño que le puse, comenzamos a realizar diversas pruebas, publicaciones, después la pre-defensa que resultó muy oportuna para hacer un producto más acabado”.
¿Por qué estudiar la temática de género si en realidad en Cuba no es tan novedoso?
“Cuando indagué este tipo de estudio de Género y Comunicación tiene muy pocos antecedentes, solo una tesis de la Doctora Isabel Moya, referente nacional en la materia. Es ahí donde está la cuestión, las preguntas de la oponencia versaron sobre eso: por qué si es tan necesario, no se comprende y por qué hay que seguir apostando y ese fue el sabor que quedó al final de la defensa.
“Vivimos en una sociedad anclada en estructuras fijas de la ideología patriarcal, pues aunque en Cuba desde 1959 se ha apostado por eliminar toda forma de discriminación, ello está presente en el subconsciente, tanto en lo micro como en lo macrosocial, donde perdura o se perpetúa, se legitima ese tipo de discriminación, de violencia hacia la mujer por ser considerada sexo débil, desde el 90 se comenzó a estudiar el tema pero siguen esas estructuras y expresiones vivas y no nos podemos cansar”.
¿Y hasta dónde la ciencia puede enfrentar el fenómeno?
“Creo que es necesario buscar alternativas, para cambiarlo o erradicarlo, se precisa de muchísimo tiempo, sobre todo de educación en género y que las personas poco a poco desde diferentes sectores comiencen a adueñarse de esas herramientas. Los medios de comunicación a lo largo de la historia han demostrado que son una vía más para educar, orientar y cuestionar fenómenos y que luego la gente saque sus propias conclusiones, pero para eso los periodistas debemos estar preparados y por ahí viene mi propuesta”.
¿Pudieras argumentar un poco más tu propuesta?
“Se trata de dotar de herramientas, de conocimientos, de nuevos saberes, nuevos comportamientos a las periodistas y los periodistas, en mi caso en la prensa escrita, pero que se pueden adaptar perfectamente al resto de los medios para que cuando hagan los productos comunicativos y las personas los consuman digan: Bueno, es verdad que este fenómeno está sucediendo. ¿Por qué a una mujer que maneja una maquinaria, a una cortadora de caña en el central Uruguay la consideramos una supermujer?, ¿cuál es la novedad de que lo pueda manejar?, o que sigamos pensando que el problema de la baja natalidad en Cuba es por culpa de las mujeres, sino que implica a muchos factores y es una responsabilidad de pareja, o que hallemos normal la violencia psicológica a grupos más vulnerables como los homosexuales o transexuales que hoy no encuentran normas jurídicas que los amparen a la hora de apostar por un trabajo en el sector estatal, que tropiecen con tantos obstáculos.
“Creo que a nivel de país se precisa de una política más coherente, más de conciencia, que no sean voces aisladas para poder ir trasformando lentamente, porque se precisarán muchos años, pero hay que educar en género, tiene que partir desde la familia, desde los libros de texto de la enseñanza primaria que todavía perpetúan esas diferencias entre hombres y mujeres y a los medios de comunicación les toca ya ir asumiendo esa perspectiva de genero aunque aun en el sector choquemos con todos esos estereotipos y marcas”.
Un gremio que sigue pensando que lo del género se limita a decir “los y las”…
“Sé que muchas personas en el gremio no le dan valor a esta investigación porque piensan que es solo decir “los y las”, pero la Agenda Género que debe estar incorporada a la política editorial es mucho más que eso, es tratar de analizar, de reinterpretar la sociedad a partir de las diferencias de la diversidad que existen entre los mundos masculino y femenino.
“El propio lenguaje, que es una de las tantas particularidades que entran en el tópico género, es tan rico que no hay que utilizar el “los y las” para enfocar el tema. Se trata de emplear un lenguaje de género no sexista, no discriminatorio hacia las mujeres. ¿Qué pasa?, que no tenemos las herramientas, los conocimientos, que no sabemos cómo hacerlo; entonces hay que comenzar primero a concientizar en que yo quiero cambiar, quiero que mi periódico Escambray, Radio Sancti Spíritus o Centrovisión se parezca más a esa multiplicidad de mundos y esas representaciones emergentes que surgen, que no nos acordemos solo de la mujer el 8 de marzo o de las madres el segundo domingo de mayo o el 17, de los homosexuales, sino que estén incorporados siempre y no solo en esas fechas que a veces se abordan mal y perpetúan todas esas expresiones de la cultura hegemónica patriarcal que predomina. Tenemos que parecernos a nuestro contexto, un contexto que está cambiando y tienen que cambiar mucho más, los pensamientos, las subjetividades porque es la evolución propia de la vida”.
¿Hasta dónde resultó definitoria la elección de Yanetsy como tutora?
“Ella es una excelente tutora, me acompañó en todos los procesos, desde la elección del tema, el tránsito por los mínimos, las publicaciones, siempre estuvo dispuesta a aclararme todas las dudas, me sugería autores que no me podían faltar. Confié en ella desde el primer momento por su talento, su inteligencia. Ella había hecho su tesis de género y literatura y durante un entrevista que le hice cuando se graduó como doctora en 2014, le pregunté cómo podía hacer todo eso siendo mujer y ella me dijo que esa pregunta no se debía hacer y me explicó por qué. Después me di cuenta de que tenía los conocimientos para poderme guiar, sin ella no hubiera logrado esta quimera”.
¿Por qué una periodista radial enrumba estudios hacia la prensa escrita?
“Mi tesis de licenciatura y de maestría fue sobre el suplemento cultural Vitrales, llevo tiempo estudiándolo, me pareció oportuno que si ya dominaba el escenario en el que iba a trabajar, por qué no asentar mi investigación allí; me llamo la atención que Vitrales es reconocido entre los mejores del país y me dije: si pesan más las glorias en este producto, vamos a hacer el estudio con lo espejuelos de genero puestos, como dice la profesora Isabel Moya, y vamos a ver qué devela, y me confirmó las premisas que yo tenía, que sí, es un buen producto comunicativo, cuando lo analizas desde el uso de las técnicas periodísticas, la utilización correcta de las estructuras gramaticales, del lenguaje, pero cuando lo ves desde la perspectiva de género te das cuenta de que tiene las mismas particularidades que el resto del prensa del país y por ahí viene la selección”.
¿Qué implica investigar sin dejar a un lado las rutinas productivas?
“Mucho esfuerzo, no dejé de trabajar, cuesta mucho, es agotador ir y regresar muchas veces el mismo día, transitar 336 kilómetros que ya me los sé de memoria, pero al final ahí tú dices: desde Sancti Spíritus también se puede hacer ciencia, los periodistas podemos apostar por una investigación científica. Creo que esta tesis va a cambiar un tanto a la hora de mirar desde La Habana, a veces creemos que la ciencia solo puede hacerse desde las escuelas, las universidades, hay mucha gente que puede investigar, hacer aportes a la ciencia. Cuesta también por la burocracia, son muchos papeles, presentaciones, sin perder la perspectiva que no puede hacerse masivo, pero sí se debe abrir un poco el diapasón y eso va a fortalecer el territorio en todos los sentidos”.
¿Cómo respiras con el traje de doctora?
“Aún estoy como que me falta algo, que después de tantos días de estudio, de tanta tensión, preciso hacer cosas como trabajar porque eso me desestreza, me ocupa la mente, quiero dar clases en la Universidad, quisiera seguir investigando mi tema porque me apasiona, me ha hecho ver la vida diferente, no criticar, no cuestionar ciertas posturas; mi tutora siempre me inculcó eso.
“Creo que este doctorado me hizo mejor persona, quiero llevar el estudio a las rutinas productivas, no solo de Radio Sancti Spíritus, para que la tesis no se quede engavetada como tristemente pasa en Cuba con la mayoría de las investigaciones”.
Felicidades Lisandra, ojalá y otros de tus consagrados colegas tomen tu ejemplo y se superen para que el periodismo espirituano y cubano se levante de esa monotonía y hagan un periodismo más dinámico, objetivo, ágil e inmediato, acorde a las dinámicas del mundo actual, desterrando el triunfalismo y en el otro extremo el hipercriticismo superficial del periodismo actual. Reitero FELICITACIONES.