Aunque compitió con todas las de la ley, para Lisbet Hernández el más reciente Torneo élite de tiro deportivo con sede en su natal Sancti Spíritus fue la oportunidad de calibrar mejor su fusil para su primera gran competencia: los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, Colombia, en julio próximo.
Ante la ausencia de la estelarísima Eglys de la Cruz Farfán, quien interviene por estos días en la Copa del Mundo de Munich, Alemania, Lisbet tomó la batuta de la provincia y logró halarla hasta un meritorio cuarto puesto, de un primero el pasado año.
La muchacha se llevó a su pecho una medalla de plata en el fusil a 10 metros, dos de bronce (en el fusil tendido y el 3 x 40) e inspiró a muchachas con talento como Roxana Díaz, ganadora bronceada en pistola a 25 metros, y a otras como Yéniffer Ramírez y Claudia Miranda, quienes alcanzaron decorosas ubicaciones en varias modalidades. “Me sentí bien aunque uno nunca está conforme con las puntuaciones, pues siempre se aspira a más. En el 3 x 40, por ejemplo, la modalidad de pie, no salí como yo esperaba”, explica a ráfagas Lisbet como si estuviera ahorrando las palabras lo mismo que las balas.
Al campo de la EIDE Lino Salabarría, desde que subió al equipo nacional hace ocho años, llegó con una buena preparación, sobre todo por su incursión en el Grand Prix de El Salvador, donde obtuvo dos de oro en el por equipos a la distancia de 50 y 10 metros, junto a Eglys y Dianelis Pérez, y bronce individual en el fusil de tres posiciones a 50 metros.
“Fue una buena oportunidad para prepararnos porque además de medirte a tiradoras de nivel, de competir en un campo de excelentes condiciones, cada batalla te va creando más confianza para cuando llegue la principal”, aseveró la tiradora espirituana.
Para Julio Hernández, comisionado nacional de la disciplina, “los disparos de Lisbet están en el orden de lo programado para esta etapa, tal como lo ha hecho en las competiciones donde ha participado a pesar de que acá se tiró con balas de mediana calidad, pues tratamos de preservar las mejores para los entrenamientos de cara a Barranquilla”
Asistir a sus primeros Centroamericanos con 26 años es algo que completa la carrera de quien ha tenido el privilegio de foguearse escoltada por Eglys de la Cruz, un nombre que se escribe con letras mayúsculas en el mundo del tiro mundial. Con Eglys ha sido rival de evento y también complemento como equipo. A ella le ha ganado incluso, como cuando el año pasado se tituló en el Torneo Élite.
“Competir junto a Eglys es lo mejor que me ha pasado, eso me ha ayudado a esforzarme un poco más, me da más confianza, me enseña”.
De esa afinidad da cuenta también el comisionado nacional. “Aunque a veces compiten una contra la otra, no hay celo, ni recelo. Para Lisbet ha sido muy importante esa relación, tienen mucha afinidad y con su experiencia Eglys le da consejos, le corrige cosas, realmente se llevan como familia”.
Sin quitar el dedo del gatillo, la tiradora espirituana se siente constructora de su propia historia, en la que se inscriben varias medallas en lides nacionales, en centroamericanos de la especialidad y otros eventos: “Siempre ayuda tener a alguien que te acompañe, pero en el terreno él no es mi papá, es el comisionado”.
Como parte del grupo de los 18 atletas con boleto a Colombia, Lisbet parte hacia El Salvador para participar en otro Grand Prix, y luego a una base de entrenamiento para ir aclimatándose a las condiciones del campo donde tirarían en los Juegos Centroamericanos.
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