El elenco aspira a crecer con los refuerzos que se integran al equipo en la segunda fase
Con los cinco nuevos miembros de la valla, los Gallos entraron en acción en la segunda fase del béisbol cubano. Dejadas atrás todas las emociones merecidas del reconocimiento por incluirse casi como los intrusos del selecto sexteto, ahora todo es borrón y cuenta nueva.
Como el resto de los cinco contendientes, Sancti Spíritus es ahora otro equipo, aunque mantenga su base. Ya que rompió pronósticos con un elenco del que no muchos esperaban tanto, cuanto haga de aquí en adelante es sobrecumplimiento, con las mismas opciones de entrar en el grupo de los cuatro como de no hacerlo.
Con sus pro y sus contra, cada equipo se armó con lo que le pareció mejor y solo la práctica dirá a cuál las cosas le saldrán mejor.
Si de refuerzos se trata, la experiencia de esos formatos ha dicho que emerge con mayor suerte aquel cuyos nuevos miembros son capaces de atemperarse, motivarse y rendir para la causa de una “provincia prestada”. Por tanto, más que nombres o encumbrados, que por lo general funciona menos, importan la actitud, la disposición y la entrega.
En Sancti Spíritus, la elección abrió varios bandos entre seguidores, inconformes, conformes, complacidos… Todo cuanto hay que ver ahora, que ya empezó la ronda de 45 partidos decisivos, es cómo José Raúl Delgado moverá las piezas nuevas y las que tiene a partir de su elección, signada por la diversidad geográfica, la versatilidad de buena parte de los escogidos y la mezcla de juventud y experiencia.
Tal como lo previó, el mánager yayabero buscó tres lanzadores para un staff que, sin grandes figuras, fue el segundo de la primera fase. Por lo que adelantó a Escambray, el joven Yariel Rodríguez, de Camagüey, reforzará el cuerpo de abridores. De él solo podemos adelantar que con 21 años está considerado uno de los principales prospectos del pitcheo cubano, con lanzamientos por encima de las 90 millas que le hacen estar en la mira del club japonés Halcones de Softbank.
Ubicado entre los mejores tiradores de la primera vuelta Alberto Bisset, el santiaguero de 34 años, puede ser polifuncional (abridor, relevista intermedio o cerrador) por lo que debe decidirse en cuál le es más factible. Y algo muy especial debe tener este lanzador para ganar nueve, salvar dos y terminar con un promediazo de limpias; de él se sabe que es hombre de tirar strikes y de coraje probado. Hay que vigilar, no obstante, si el rigor de otros 45 juegos no le pasa la cuenta a su brazo, que se ha resentido más de una vez por lesiones. Por lo demás, todo el mundo sabe que José Ángel García, de Artemisa, vendrá para apoyar a Yanieski Duardo en los cierres de partido, en lo que es un verdadero maestro, a pesar de sus 37 años y sus 21 series. Es el líder en juegos salvados del béisbol cubano y el único que rebasa la cifra de 200 en ese indicador (salvó cinco en la primera fase).
El azar o los nervios o lo que priorizó en el “orden al bate” a la hora de pedir no le permitió a José Raúl ser consecuente con uno de sus anuncios: solicitar un jardinero natural, aunque opciones quedaron. Pero cuando se pronunció por el granmense Guillermo Avilés, en la segunda opción, evidenció que no quería dejarlo escapar, aunque se le juntaran dos primeras bases de lujo, si consideramos que Yunier Mendoza es un dueño casi por derecho.
Eso sí, al margen de lo que el mánager espirituano decida juego a juego, está claro que ganó un bateador de fuerza, un buen corredor, un excelente defensor del primer cojín y un tercer bate ideal.
No tuvo estadísticas tan exuberantes con los Alazanes en la primera fase, pero fueron meritorias. Recordemos que resultó el jugador más útil de los play off cuando su equipo se coronó por segunda ocasión y también está en la mira de Los Halcones de Softbank.
El quinteto lo completa el artemiseño Dayán García, un hombre que se mueve por todo el cuadro con excelentes manos, al parecer, si tomamos como argumento sus tres errores cometidos en la primera fase, aunque estuvo más tiempo en segunda. Tras su regreso al país, se consolidó como un buen bateador al ubicarse en el decimoquinto escaño entre todos los bateadores de la primera vuelta.
El sexto gallo es Yurisbel Gracial, de Matanzas, una petición perfecta por la versatilidad y la calidad del pelotero. Ahora, que pueda volcarse en favor de los Gallos dependerá de en qué termina el conflicto abierto entre Alfredo Despaigne y la Comisión Nacional de Béisbol tras la ubicación de un post en Facebook donde anunció su negativa de jugar como refuerzo y detalló lesiones de Gracial, quien milita con acierto en su propio club. Habrá que ver con qué disposición regresa el matancero.
Sobre este lamentable suceso, un aparte. Con el avance de las tecnologías y la comunicación no entiendo por qué dirimir este diferendo como si fueran dos partes extrañas a través de la frialdad de Facebook. La Comisión debió llamar y consultar antes de poner a estos jugadores en las peticiones. También los atletas cubanos en Japón debieron llamar antes que escribir en una red social.
Mientras se despeja dicha situación, que ojalá no hiera más esta pelota nuestra, concentrémonos en lo que más interesa: la arrancada de la segunda vuelta que envió a los Gallos fuera de fronteras: hasta Holguín este fin de semana y luego a Ciego de Ávila.
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