El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, condecoró este 28 de abril al Historiador de La Habana, Eusebio Leal, con la Orden Nacional Juan Mora Fernández en el grado de Gran Cruz Placa de Plata.
La Orden Nacional Juan Mora Fernández, en sus diferentes grados, es una distinción costarricense destinada a personalidades extranjeras y fue instituida por los otrora presidente Rafael Ángel Calderón y el ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Bernd H. Niehaus, el 11 de julio de 1991.
Tras entregarle la alta distinción y colocarle la banda con los colores patrios de Costa Rica, Solís señaló que ‘nuestro país le da la bienvenida y lo recibe con máximos honores por su contribución a la pacífica convivencia de las comunidades humanas. También por su sencillez, que es el atributo mayor de las almas virtuosas’.
Lo hago con la satisfacción que el pueblo de Costa Rica lo recibe, señaló y le deseó a Leal éxitos, de forma tal que continúe desplegando por muchos años la misión que se ha impuesto en beneficio de la patria cubana y también de la patria americana.
Por su parte, el Historiador de La Habana apuntó: ‘con profunda gratitud visto los colores de la República de Costa Rica, es un honor para mi’, y añadió que las condecoraciones no se piden, se aceptan siempre con humildad.
Es un acto de distinción y un dado gratuito que viene del amor y el reconocimiento a lo que uno ha podido hacer en la vida que acerquen a los pueblos americanos, sostuvo.
Aseveró que se alegra profundamente de hacerlo en esta casa, donde además de estar la sede presidencial, están los retratos de los hombres que hicieron posible la existencia misma de la nación en años que fueron para muchos de ellos angustiosos y difíciles.
Un lugar privilegiado que -entre esos padres- se encuentra el retrato del lugar teniente general del Ejército Libertador de Cuba, Antonio Maceo, en quien brillan cualidades excepcionales, como varón de justo propósito, como hombre que hizo de la autosuperación y del ejemplo el timbre de su personalidad.
Leal valoró la acogida que le dieron los costarricenses a Maceo y otras familias cubanas, así como a José Martí en sus dos visitas, y de quien dijo fue el creador de la unidad nacional.
Destacó la devoción con que los costarricenses cantan su himno y aseguró que eso es fruto de la escuela, es el fruto de la educación. Asimismo encomió la vocación pacifista de Costa Rica, que abolió su ejército.
Resaltó al presidente de Costa Rica y le manifestó que ‘Cuba aprecia profundamente su amistad, su cariño, su valentía política, su desafío de las presiones. Somos un pueblo, somos una nación, somos una familia. Quizás lo que muchos desconocen son las profundas raíces que ha dejado esa familia en Costa Rica y en Cuba’.
El historiador cubano se encuentra en San José desde el jueves, invitado por la presidencia tica, y antes de recibir la alta condecoración ofreció la conferencia magistral Desafío de una utopía. La Habana Vieja, crónica de la obra en restauración, con la cual cautivó a un nutrido auditorio en la josefina Escuela Buenaventura Corrales (Edificio Metálico), Patrimonio Arquitectónico de Costa Rica.
A esta actividad asistió el presidente de Costa Rica y varios de sus ministros, así como profesores de la enseñanza general y miembros del cuerpo diplomático acreditado en este país.
De igual manera estuvieron presentes diputados, integrantes del Movimiento de Solidaridad con Cuba, cubanos en misión estatal y residentes en Costa Rica, especialistas de diferentes ramas de la cultura, estudiantes y profesores universitarios, entre otros.
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