El vilipendio a la figura de Héroe Nacional cubano en una película en proceso condujo a la presidencia del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) a no autorizar su exhibición en el programa de la XVII Muestra Joven que culmina este domingo
En una escuela de tabla de palma y techo de guano, de paredes blanquísimas —quizás no tanto como el alma de Lolo, mi primer maestro— conocí a Martí. No diría tanto. Mejor, supe de ese hombre que nos miraba desde aquel retrato, con su frente profunda y rostro de preocupación. Y en aquella escuela de Bacuino también aprendí que la decencia no es como la camisa que usted hoy la pone a airear en el perchero y mañana la viste de nuevo.
Casi nunca quienes injurian disfrutan de la decencia. Ni hablar si se vilipendia al mismísimo Héroe Nacional de Cuba. Por ello, resulta comprensible, por juiciosa y ética, la decisión de la presidencia del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) de no autorizar, en el programa de la XVII Muestra Joven que culmina este domingo, la exhibición del filme Quiero hacer una película (QHUP), de Yimit Ramírez, obra financiada mediante la plataforma europea Verkami, una de las más reconocidas en el ámbito del micromecenazgo.
En un acto de responsabilidad institucional y porque las especulaciones medrarían, la dirección del organismo emitió una declaración que sostiene que, luego de cerrada la selección de las obras para el evento, los coordinadores de la cita solicitaron al Icaic presentar este largometraje fuera de concurso como película en proceso.
La presidencia del ICAIC no borró de golpe y porrazo la propuesta cinematográfica, y ofreció la posibilidad de visionar la obra en una sala más reducida en cuanto a lunetas, y analizarla con su equipo de realización para confrontar los puntos de vista. “Sin esperar a este debate conjunto, el filme fue retirado de la Muestra por sus creadores”, alega el texto.
Ipso facto comenzó a rodarse la otra película predecible: la satanización del Icaic por la prensa de siempre (¿cuál si no?) y el reality show —lodo de blasfemias y pirotecnia verbal— en las redes sociales con protagonismo para el perfil de Facebook de la comunicadora Marta María Ramírez, administradora del muro de QHUP.
“No les cuento la peli —aduce Ramírez— y en este post, como siempre le pasa al pobre Apóstol y como le gusta a la censura, dejo este diálogo descontextualizado e inconcluso. (Pido esperen a verla para entenderlo en su contexto).
Esta es la escena de marras:
Tony Alonso Ramírez (TAR): José Martí es un mojón, Neysi. José Martí es un mojón, de verdad.
Neisy Alpízar (NA): ¿Verdad, papi?
TAR: José Martí es un mojón. José Martí no se reía, mi’ja.
NA: ¿Qué tú sabes?
TAR: José Martí es… era maricón.
NA: Está bien. Y, ¿por qué no?
TAR: Pero… no lo conocimos. Estuvo en otra época. Es como Borges. El poema ese. Todo está confundido y la gente dice que eso lo dijo Martí. “Hay que sembrar árboles”, eso lo dice mi tía… Yo no creo en Martí. Yo no soy martiano…”.
Admitamos que analizar una secuencia fuera del discurso narrativo cinematográfico completo se vuelve riesgoso y controversial. Admitamos que desde la pluralidad de perspectivas se construye el consenso real, no fabricado; incluso, admitamos que usted puede disentir del discurso político oficial. Aceptemos todo ello y más. Pero de ahí a ultrajar al Maestro en nombre de la sacrosanta libertad de creación es tratar de derramar estiércol sobre la dignidad de un hombre, de un símbolo.
A la hora cero y en el clímax del debate, el director de la película en proceso trató de justificar su enfoque al exponer que QHUP “no va de Martí, va de una historia de amor entre dos jóvenes aparentemente muy diferentes y aparentemente muy raros que superan sus diferencias y se aman”.
Gracias a su “redescubrimiento” del Apóstol, el realizador constató que este no era un “cielo”, un “globo”, un “santo”, y, en fin, decidió dejar la escena de la película porque “sentía que atacarlo (a Martí) era, dadas las circunstancias, el mejor cariño. La pedrada necesaria para bajarlo del pedestal y traerlo al barrio, a la gente, al amigo sincero. Y eso está pasando ahora mismo con todo este movimiento. Martí tiene que estar gozando”.
Poner a caminar al Maestro entre nosotros, dejar de declamar de carretilla sus frases como disco en un gramófono, o sea, desacralizarlo no debe comulgar con el irrespeto al patriota, a la mayoría de la sociedad, que lo acogió como a uno de sus mejores hijos.
Desmitificar a Martí no debe conducir al agravio. No solo las artes plásticas cubanas han asumido ese desafío ideoestético; el propio cine, también. Los desmemoriados podrían revisitar —si es que lo hicieron alguna vez— Páginas del diario de José Martí (1971), de José Massip, y Martí, el ojo del canario (2010), de Fernando Pérez. Por esos andares va el auténtico redescubrimiento del Héroe desde el arte.
Quienes le endilgan al Icaic el papel de villano en esta historia olvidan que esa institución ha sido la patrocinadora principal de la Muestra Joven, que si por algo se ha distinguido ha sido por la mirada problematizadora de buena parte de las creaciones audiovisuales, ancladas en zonas poco o nada abordadas de nuestra variopinta realidad.
Apelar al “espíritu inclusivo” del evento no debe erigirse en patente de corso para injuriar a Martí, quien —recuerdo— suscribió: “El más punible de los delitos es aquel que lastima, o trata de oscurecer, una fama o una pureza útil a la Patria”.
Para mí, se torna, cuando menos, sospechoso que uno de los integrantes del susodicho filme gritara a los cuatro vientos en Facebook que no fue precisamente el azar el que llevó al equipo de realización de QHUP a escoger la fecha del 10 de octubre, en este caso de 2016, para iniciar en Verkami la campaña de crowdfunding o de financiamiento colectivo de su proyecto, bajo el lema “Viva la Independencia!!!”.
Y al leerlo, se me dibujó de nuevo en la cabeza la imagen de mi maestro Lolo, de la humilde pared de tabla de palma de la escuelita de Bacuino desde donde nos miraba Martí con cara de preocupación porque a él la Patria sí le dolía.
Usted puede estar de acuerdo o no con actitudes o frases martianas, incluso puede dudar de la veracidad de alguna de ellas. Usted puede chismear sobre su vida personal, que si la niña de Guatemala, la cual no era tan niña. Cotilleos históricos son los que refieren sus malentendidos con Maceo o Gómez, muy gustada es la versión de su muerte en estado de embriaguez; pero no permitiré jamás que lo llamen como lo hicieron unos realizadores en la más reciente muestra de cine joven.
Llamar a Martí, al único Apóstol como dijo Leal, al del busto de la escuela, al que el niño en el huracán recogió después del vendaval, al que Buena Fe corona en sus canciones, coño al mío, a ese que estaba a mitad del aula en el poema de Ferrer, es una irresponsabilidad mayúscula. A Martí no se denigra, ni en Cuba, ni fuera.
Los párrafos anteriores son un fragmento de mi artículo publicado en la plataforma de los Joven Club Cubava.cu
http://elobservador.cubava.cu/una-diana-llamada-jose-marti/
Soy el especialista en Comunicación del Centro Provincial de Cine en Sancti Spiritus y hace unos días estuve por La Habana en funciones de trabajo….Visité la Mestra Joven y valoré con calidad estética algunos materiales que apenas alcancé ver en la gran pantalla. Confío en la joven generación de cineastas que, en algún futuro cercano, ocuparán las sillas de los Grandes del Cine Cubano,…pero también me duele que otros, ignorando nuestra historia y la contribución que han aportado los Hombres de Grandes de la historia al bienestar social que con trabajo y orgullo hemos alcanzado, lse expresen así de ellos…Martí ni Fidel, ni otros tantos son hombres comunes…Esa condición la perdieron con el tiempo. Ellos merecen, y merecerán por siempre, el respeto de este pueblo que agradece por siempre…Me molesté mucho con esa historia descabellada y muy mal contada. A esos apátridas les digo que si quieren hacer una película que se busquen otra idea, otra sala de exhibición y otro público que aquí en Cuba martiana no los va a encontrar…
Que me perdone todo el que quiera y el que no, que no lo haga, pero el irrespeto es enorme. Vivo fuera de Cuba y ni acá permito que me hablen mal de ciertos héroes de mi Patria, Martí, Che, Fidel incluido. Afirmar que «Martí tiene que estar gozando» es una desvergüenza total. ¿Quién se cree este tipo que es pa andar insultando así a nuestro héroe? Martí, si de verdad viera lo que están diciendo y poniendo en esa película lo que debería estar es apenado de que haya algún cubano con la baja moral de hablar así de él.
Es más, que profundisen en eso porque lo que debe haber ahí es un plan de tumbar el proceso cubano, desde el cine y la cultura.
Martí es el más grande de todos los cubanos, y por ello merece el respeto de todos, martí es patria y ofender a Martí es ofender a la patria, no es necesario tratar de desmitificarlo con insultos y ofensas, el arte es más grande que eso y un buen artista puede recurrir a no sé cuantas formas para poner a «caminar» a Martí entre nosotros, creo que fue una sabia desición del ICAIC retirar el filme de la muestra, y esto no tiene nada que ver con libertad de expresión. es solo defensa de la patria
Por mucho argumento que presente el «Director» no hallo razón para recurir a la injuria y la descalificación para reflexionar sobre Marti o «redescubrirlo», si ese era el objetivo no hacia falta mas que leerlo, con sus tildes, puntos y comas, ubicando su texto en su tiempo. Tanto la exaltación desmedida y poco objetiva de sus méritos, al punto de idealizarlo o mistificarlo, como el desacredito, el insulto y la desautorización, persiguen el mismo objetivo, falsear la realidad para que deje de ser considerada como verdadera y autentica. Este es un recurso que no pocas veces hemos visto se emplea sobre lideres destacados, y dentro de nuestra cotidianidad es un modus recurrente por quienes pretenden negar, desacreditar y descalificar, a otra persona. La libre y necesaria creacion no puede ser una excusa, para enmascarar objetivos tan ruines. Mas peligroso que el audiovisual en si, lo es el discurso disfrazado que se pretende dar, ¿Cual es el objetivo del «Director», que pretende cuestionar o comunicar?; hoy se vilipendia a Marti, mañana quien sigue?, a quien de desacreditara o pretenderá quitar toda autoridad y merito.
Educar, enseñar la Historia con sus contradicciones (la nuestra, no la de ellos), propiciar y enseñar a formar un pensamiento propio, es lo que toca, y a los vilipendiadores, cortarles la intensión con elegantes estocadas de razón y dignidad.
Para quien no conozca a Marti, debe saber que no solo fue un hombre que escribió bonito y bien, el organizó la guerra del 98`, busco, gestiono y administro el financiamiento con la ayuda de otros patriotas las expediciones que reiniciaron las guerras por la independencia, burlo durante mucho tiempo el servicio de inteligencia de la Colonia Española y el de EEUU, fundo el Partido Revolucionario que unifico las ideas y la determinación de muchos cubanos con características y caracteres diferentes, por esto y otras cosas le dieron el merito de líder. Y todo eso alejado de su Madre, de su hijo y esposa, trabajando en lo que se presentara para poder vivir, arriesgándose a caer preso o muerto. Antes de alzar cualquier injuria, Piense Ud. si es capaz de unir y convencer a tanta gente para algo bueno, o de hacer sacrificios de tal índole. Si tomo vigirita, vino o ron de caña, no debe ser tema de cuestionamiento. El supo defender con dignidad el ideal de una Nación, esa que hoy es Nuestra, con defectos, si, pero Nuestra, con nuestras virtudes.
Estoy de acuerdo con la decision de ICAIC, la figura de nuestro Heroe Nacional es sagrada y nadie tiene el derecho de irrespetarla,pues creo que hacerlo es no tener el menos sentido de lo que representa la palabra Patria y los simbolos de la patria no pueden entrar en el jueguito de algunos que se llaman jovenes creadores y que nada aportan a la sociedad que con tanto sacrificio se ha logrado desde 1868 fecha de inicio de las luchas libertadoras y donde desde esta fecha han sido muchos los muertos para lograr nuestra independencia.
No autorizar..En mi opinion es mas sencillo escribir prohibir,censurar
.y es mas corto..Aunque opino que el apostol es el mejor fe los cubanos de todos los tiempos,tambien se que las prohibiciones solo producen el efecto contrario del deseado..Despierta la curiosidad y el interes por lo prohibido