Luego de la entrada de las materias primas importadas que se emplean en la fabricación de almohadillas sanitarias y que a inicios del año presentó dificultades, la industria espirituana logra estabilizar sus producciones y, por ende, reiniciar el abastecimiento a los territorios del centro del país.
En declaraciones a Escambray Ángel Pozo González, jefe de Producción de la Unidad Empresarial de Base Mathisa dijo que a partir del mes de mayo activaron los dos turnos de labor, lo cual ha posibilitado asegurar el funcionamiento continuo de las tres máquinas de proceso y alcanzar la cantidad de 1 500 000 paquetes mensuales, aunque se espera incrementar otros 200 000 por mes en el trimestre que resta de este año.
Significativo resulta, además, la instalación de nuevas tecnologías, las cuales junto a las maquinarias existentes y a los denominados marcadores de canales favorecen la calidad del producto a partir de un nuevo diseño de la almohadilla que resulta mucho más adecuado y muestra mejores características de absorción.
“Ahora trabajamos en la fase de prueba de una contadora automática —explica Pozo— que facilita el llenado de los paquetes, con muy poco margen de error y humaniza la tarea de las operadoras. De probarse su efectividad, se generalizará en la totalidad del proceso productivo”.
La industria espirituana, una de las tres existentes en la isla, surte de almohadillas sanitarias a Matanzas, Cienfuegos, Villa Clara, Ciego de Ávila, Camagüey y nuestro propio territorio, pero este año le incorporaron también una parte de Las Tunas; no obstante, el colectivo compuesto por 126 trabajadores asegura que, pese a la paralización sufrida a inicios de año, no renunciarán al plan: 14 500 000 paquetes.
Los obreros de Mathisa también fabrican almohadillas que se comercializan en el mercado interno en divisa —unos 350 000 paquetes que se expenden bajo la marca Pétalos—, surtido que ostenta el sello de calidad y resulta de gran demanda en las cadenas de tiendas recaudadoras de divisa de todo el país.
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