Cuando Alberto* vino a saber —o más bien a admitir, quizás— que le gustaban los hombres ya se había casado dos veces, tenía tres hijos y más de un nieto. A esas alturas abandonó el hogar y se mudó, sin cavilar demasiado, para la casa de Alfredo*. Han vivido juntos cinco años, sin papeles ni firmas de por medio; solo con el acecho de las miradas de reojo de unos cuantos vecinos y a fuerza de inventarse astucias para sortear los altibajos de la convivencia.
A Iliana* la vida le dio dos madres, o dos tías o una madre y un padre; no importa. Desde los tres años y hasta hoy la criaron Olga* —su progenitora biológica— y Maida*, la compañera de su mamá. Han estado siempre: cuando el cambio de pañoleta azul a roja, cuando el regaño ante las rebeliones adolescentes, cuando el primer novio, cuando obtuvo la ansiada carrera universitaria…
Estas son escenas cotidianas, legitimadas so pena de leyes y cánones sociales. Hoy, a la luz del nuevo Proyecto de Reforma Constitucional donde se propone concebir al matrimonio como la unión entre dos personas, emergen imágenes como estas y argumentos que van desde la tolerancia hasta la inadmisión.
A propósito de los debates que ha generado el Artículo 68, Escambray toca varias puertas para enrolarse en una polémica que no tiene punto final.
¿ELLA+ELLA O ÉL+ÉL?
Elevar a rango constitucional la posibilidad de la unión matrimonial entre dos personas del mismo sexo no es una invención cubana. Antes, más de una veintena de países habían legalizado el matrimonio homosexual.
Mientras en otras naciones como la India, donde la relación entre personas de igual sexo llegó a penarse como delito, recientemente acaba de despenalizarse la ley que sancionaba estas prácticas.
Hasta ahora en la isla, según se define en el artículo 2 del Código de Familia, “el matrimonio es la unión voluntariamente concertada de un hombre y una mujer con actitud legal para ello a fin de hacer vida en común”. Es precisamente tal concepción la que viene a redefinir el Artículo 68 que actualmente se establece en el proyecto de Reforma Constitucional, el cual lo postula como la unión entre dos personas.
Y tal proposición ha desatado, tras los debates populares, las más diversas opiniones: que si es un derecho merecido, que si es un sacrilegio, que si sería prudente admitir que se casen hasta tres, que si va contra el orden natural de mamá, papá y nené, que si se trata de un modelo diabólico, que si resulta imposible explicarles entonces a los niños, que si es prudente para lograr la igualdad…
Mas, no es ahora —a luz de los progresistas preceptos constitucionales— que la institución matrimonial sufre las laceraciones de un dedo inquisidor. Ya en tiempos pasados sopesó el soslayo cuando rompió las reglas de unir a las personas de acuerdo con su linaje o cuando burló la norma de casar a blancos y negros desprejuiciadamente.
Para la jurista Luisa Elena Box Naranjo, jueza de la Sala de lo Civil, Administrativo, Laboral y Económico del Tribunal Provincial Popular (TPP), lo que la Ley de leyes pretende es más bien oficializar lo que la práctica cotidiana ha ido admitiendo. “Hoy la ley tiene una laguna porque hay relaciones sociales que no encuentran protección en ninguna norma y de hecho las uniones entre estas personas son una relación social que se están dando, lo que resta es su reconocimiento por las instituciones oficiales.
“Lo que se ha propuesto únicamente en el proyecto de Constitución es reconocer el matrimonio entre iguales y de resultar aprobado entonces se tendrá que legislar de manera sustantiva al respecto; o sea, traer eso al Código de Familia”.
Acaso porque tal reconocimiento viene a reflejar una realidad que en el entramado social cubano resulta tan cuestionada como apabullante: las familias homoparentales existen.
Maryla Pérez Bernal, jueza de la propia Sala del TPP, declaraba a Escambray que asumirlo desde la legislación garantiza tener en cuenta estos nexos filiales a la hora de la participación, el encargo social y el respaldo necesarios.
“Desde el punto de vista de la responsabilidad social que tiene el Estado con la familia y la familia como célula fundamental de la sociedad —apunta la jueza—, tú le vas a poder exigir a un compañero los deberes que tienen los cónyuges. Hoy no se los puedes exigir porque no son nada; sin embargo, una persona de esta queda desvalida, incapacitado o discapacitado y ese compañero o compañera que los acompaña tiene un deber y si tiene todas esas garantías va a poder exigírsele entonces la misma dinámica de deberes que se le exige a un esposo o esposa, que, de hecho, los cumplen, pero voluntariamente, sin derecho ninguno, sin esperar nada a cambio”.
CASARSE HOY, GARANTÍA MAÑANA
Después de ocho años de construir un hogar con su compañero, a José Antonio Díaz Gil lo menos que le preocupa a estas alturas es el romanticismo de estampar su firma en un papel. Le desvela, tal vez, el desamparo legal en el que viven las parejas homosexuales.
“Nosotros vivimos como casados y no lo estamos. Yo me casaría por el derecho legal que te da —hay muchos que no quieren casarse— y se apruebe o no se apruebe nadie va impedir que personas del mismo sexo se sigan uniendo. Al Artículo 68 le eliminaría “que los cónyuges están obligados a la formación de los hijos”, porque eso es uno de los cuestionamientos de la gente, aunque varios homosexuales están criando niños. Lo que sí reconozco es que si no se aprueba el 68 tampoco puede formularse el Artículo 40, que dice que todos tenemos los mismos derechos, porque entonces yo no tengo los mismos derechos que los heterosexuales”.
Sin embargo, Olga discrepa. Para vivir con Maida todos estos años no le ha hecho falta nada más que el consentimiento de ambas. “A estas alturas ni quiero casarme, ya todo lo que hay aquí es de ella”.
Según los juristas entrevistados por este medio de prensa, se supone que de aprobarse habrían de admitirse iguales garantías que para la unión entre hombre y mujer. Así lo cree Box Naranjo: “Sería la comunidad matrimonial de bienes, el derecho a la sucesión y nada limitaría tampoco el derecho a la adopción”.
La crianza de los niños en el seno de una familia homoparental resulta el mayor cuestionamiento de quienes se han opuesto al matrimonio igualitario. Entre los argumentos que descuellan se esgrimen desde la deformación de la conducta de los infantes hasta la inoculación de la homosexualidad desde edades tempranas.
La experiencia en consulta de la licenciada en Psicología Dachelys Valdés Moreno, terapeuta que trabaja con familias homoparentales, ha demostrado que si bien es cierto que deviene un reto afrontar la conducción de un menor desde este tipo de uniones, tampoco debe llevar de antemano el estigma de la discriminación.
En declaraciones a Juventud Rebelde decía: “Es esencial insistir en que la orientación sexual no se imita ni se hereda. Lo que se ha constatado es que los niños que crecieron con parejas homosexuales son más tolerantes y respetan más la diversidad”.
Ha sido ese quizás uno de los puntos hallados para abrir la brecha de la resistencia. No obstante, María Isabel Montelongo García, magistrada de la citada sala del TPP, aclara que los procesos de adopción son tan atípicos en nuestra provincia que anualmente, si acaso, se da un caso.
“Imagino que funcionaría igual a como actualmente se concibe por la ley. La adopción se realiza a partir de la solicitud de las partes, pero con un tribunal de por medio. Hay que acreditar varios requisitos que van desde la moralidad hasta la constancia de un vínculo laboral. Además, se precisa de un equipo multidisciplinario y se tiene muy en cuenta el criterio del menor”.
Educar a un niño va mucho más allá de una cuestión de género, de si se sigue el modelo patriarcal heredado por los siglos de los siglos o de si se hace en el seno de una familia no tradicional. La disfuncionalidad también quiebra los hogares más conservadores.
¿SÍ O NO?
Según revelaba recientemente a este semanario Edelio Torres Hernández, miembro del Buró Provincial del Partido y al frente de la Comisión Temporal para atender el proceso de consulta del Proyecto de Constitución de la República de Cuba, uno de los temas más discutidos en la provincia ha sido el matrimonio igualitario.
Escambray lo corroboraba en plena calle. Espoleados por no pocas interrogantes, algunos espirituanos aplaudían el reconocimiento a la igualdad entre todos; otros ripostaban ante lo que, a su juicio, constituye una apertura al libertinaje.
Desde el catolicismo lo apuntala Juana Julia Lorenzo: “Dios creó al hombre y a la mujer. El matrimonio entre dos hombres o dos mujeres es ir en contra de sus leyes”. No resulta un criterio aislado, otras denominaciones religiosas esgrimen iguales preceptos e, incluso, han colgado hasta de las puertas de la casa un cartel donde se lee: “Estoy a favor del diseño original, la familia como Dios la creó”.
Ha sido un asunto que trasciende más allá de credos o ateísmos; se ha colado hasta en la opinión pública internacional. Tanto que, inquirido por la cadena multinacional Telesur a propósito del tema, el propio Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, afirmó: “Yo estoy de acuerdo. Lo que creo que, sobre todo, el enfoque de reconocer el matrimonio entre personas, sin limitaciones, responde a un problema de eliminar cualquier tipo de discriminación en la sociedad”.
En esa misma cuerda hablaba Homero Acosta, secretario del Consejo de Estado, en el recién concluido Congreso Internacional Abogacía 2018, donde decía: “El constituyente de hoy estaba colocado ante la alternativa de mantener con rango constitucional el concepto de matrimonio (contenido apenas regulado en las constituciones) o apartarse de ello y dejar a la ley su desarrollo. Se optó por mantener esa configuración y asumir el reto del nuevo concepto, a sabiendas de que su inclusión podía generar discrepancias atendiendo a razones culturales, prejuicios y visiones estereotipadas que no se transforman de un día para otro. Si la Constitución proclama el reconocimiento con amplitud del derecho de igualdad, ¿por qué debe limitar que personas con diferente orientación sexual puedan alcanzar el matrimonio?”.
Por la envergadura del asunto, la jurista espirituana Box Naranjo concuerda en que no debe mirarse como un tópico de trascendencia personal. “La no regulación jurídica no va a cambiar la realidad social —sostiene la licenciada en Derecho—. Yo creo que es de interés de todos que todo tipo de relaciones sociales que tengan determinada entidad estén reguladas y que tengan protección”.
Mientras las opiniones se dividen a favor o en contra, mientras la incertidumbre de si se aprueba o no se cierne sobre unos y otros… la realidad va pesando, incontenible. Bien lo saben todos: la tolerancia ganada en tantos años ha sido a pesar de estigmas, prejuicios y discriminaciones.
Y nada trastocará la rutina de Alberto: levantarse a las seis, poner la cafetera y llevarle luego, hasta la cama, el café a Alfredo. Igual seguirá llevando en la mano derecha el anillo aquel que se regalaron a modo de compromiso cuando decidieron unirse hasta los días de hoy.
*Por respeto a la privacidad Escambray resguardó la identidad de algunos entrevistados.
«Cómo será el mundo que le estamos dejando a nuestros hijos,pero más preocupante,cómo serán los hijos que les dejamos a este mundo»,algo así dijo nuestro querido Tony Ävila.
Frase perfectamente aplicable a esta disyuntiva.
Mi voto es NO.
En total desacuerdo con la aprobación de esta ley, por motivos genético, biológicos, éticos, históricos, entre otros. Aclaro, dos personas pudieran hacer con sus vidas lo que estimen, así sea ser homosexuales, pero de ahí a legitimarlo es un gran error, si el mundo lo aprueba, (no en ni siquiera la tercera parte) no por eso cuba debe alinearse, menos preparar como dicen a futuras generaciones en el tema, lo cual creo que es una promoción a la degradación de los buenos valore y costumbres, de un pecado que no es biológico, ni genético, se es hombre o mujer, lo demás es desviación de personalidad, de aceptación, de identidad. Solo dejo algunos datos que presenta esta minoría a nivel mundial de personas homosexuales a la cual se le pretende dar derechos incluso sobre otros sectores sociales que no los tienen siendo mayor parte: comunidad gay internacional, mayor tasa de suicidio, de enfermedades de transm.sexual, de violencia manifiesta contra opositores, de vidas inestables en todos los sentidos, de insatisfacción, depresión, etc. No es una sabia desición de nuestra sociedad si se aprueba esta ley, será un retroceso y deterioro de la familia tal y como la conocemos, lo cual afectará la vida social, el lenguaje, el orden, el respeto mutuo, la familia y la sociedad. Saludos y muchas gracias
Estoy totalmente de acuerdo con el artículo 68, se trata de igualdad de derechos como se habla en el artículo 40 y no tenemos derecho a despreciar otro ser humano por cosas tan insignificantes como esas, lo que no se puede permitir y hay que recriminar es la prostitución , el proxenetismo, al abuso de mujeres, de menores, la discriminación racial, pero es inconcebible que se desprecie a una persona por su orientación sexual, yo soy heterosexual, pero conozco magnificas personas homosexuales. 100% con mi nueva constitución.
Por supuesto que no hay que preocuparse de lo que otras personas quiera hacer con su sexo, pero el matrimonio surge de la necesidad de proteger a la familia que se crea a partir de el, los homosexuales no procrean ninguna familia. Si se quiere dar protección a la Unión homosexual en cuanto a sus derechos de herencia, económicos o de convivencia utilicemos la imaginación y propongamos el diseño de leyes para ello, dejemos el matrimonio como esta. Maltrecho, aún merece que se le proteja no que se le prostituya con otras funciones distintas a las originales. Tenemos los mismos derechos pero pretender que somos iguales es una falacia. Preguntate si tu aceptarias a un general cubano vestido de travesti en su unidad militar, delante de la tropa, con aretes peluca y tacones. Cada cosa en su lugar, aunque claro nadie tiene derecho a impedir que luego se manifieste como el homosexual que es.
de toda la totalidad de paises del undo solo 23 aprueban el matrimonio gay.. Cuba como siempre arriba de lo mal hecho.
antropologicamente esto es insostenible ya que de manera natural hay dos sexos, varon y hembra, y juntos, mediante la combinacion de genes, forman a los hijos, sean varones o hembras. si la nturaleza fuera tan sabia como se dice por ahí, entoncesdos personas del mismo sexo podrían bien engendrar hijos ya que uno ocuparia de manera natural el rol de hembra y podria recibir los genes del varon y asi poder engendrar descendencia.
Acá lo que propone le proyecto es no sólo el matrimonio entre iguales, sino tambien la aceptación de su estilo de vida como algo natural cuando en realida no lo es.
Lo más triste del asunto es que si no piensas igual que ellos, aunque respetes sus decisiones, te acusan de homofobico.
No le temo al homosexualismo, le temo a las repercusiones que tendrá en nuestra sociedad si este tema se aprueba, ya que no sólo se hará publico sino que además dentro e poco te lo comenzarán a enseñar en las escuelas.
Ya hay paises, en los que se aprueban este tipo de unión, en los que voces de las esferas jurídicas, sociales y Psicológicas se levantan en contra de este tipo de relaciones y la gran capacidad que tiene de transformar, para mal, a la sociedad.
El tema de los matrimonios homosexuales, parece ser lo peor de este proyecto, pero les invito a reflexionar sobre las consecuencias de esta decisión. luego esto implica las modificaciones del código penal, código de familia, código de trabajo, código de la niñez y la juventud, la implementación de programas educacionales con enfoque de género para promover una conciencia y una educación que forma a las nuevas generaciones sin limites en los valores morales y la sexualidad. los homosexuales seguirán siéndolo hasta que un día decidan dejar de serlo, pero no es justo que se adoctrine a los niños en las escuelas para que vean todo esto como una opción más. léanse las resolución ministerial 139 del 2011 y la salida de esta en los planes de primaria y verán lo que dice. No se debe mezclar la política con la educación de la moral, ni los valores éticos de un pueblo.
Estimado Enoel, sería conveniente, por aquello de intentar ser un ciudadano informado, que antes de participar en un debate tan serio como éste, se informara un poco. Lo que usted llama «adoctrinar» yo le llamo preparar a las nuevas generaciones en la lógica de la diversidad de la vida y la igualdad de derecho. Esa es la misión social e institucional de la nueva escuela. Lo que usted tilda de «lo peor de este proyecto», yo le llamo la consolidación de la justicia social en la ley de leyes que articula el funcionamiento de la sociedad cubana. Lo que usted señala como implicaciones y describe como muchas cosas que hacer (modificaciones de varias leyes y códigos), yo le llamo actualización de la ley al Siglo XXI. También llama la atención su lógica sobre la orientación sexual; al parecer puede cambiar un día cualquiera de un mes cualquiera. ¿Sabe por qué lo vemos de manera diferente) – porque partimos de premisas diferentes. Donde usted ve miedo, yo veo justicia social y derechos conquistados, igualdad y un país que quiere reconocer los derechos de todos sus ciudadanos y resituarse en plano internacional al ritmo de este siglo. Lo vemos diferente porque usted parte de una premisa hetero patriarcal consolidada en nuestra sociedad y que mucho daño ha generado y yo, desde la perspectiva de un país que quiere avanzar y romper con las ataduras que, en el pasado, le llevaron a cometer importantes errores que le han dañado en su empeño de construir para sus habitantes, una ciudadanía culta y libre. Lamentablemente, su opinión, es la muestra más clara de la pereza intelectual que nos desborda como sociedad.
Querida intelectual, que acusa de pereza intelectual a Enoel, ya es demasiada la contaminacion homosexual en novelas cubanas, y propaganda antihomofobica que apesta. Ahora además tendríamos que soportar reportajes de bodas de homosexuales besándose en la boca, y entrevistas de como le cocina Alfredo a Alberto, si, porque los periodistas necesitan nuevos materiales para ganarse el pan. Una minoría que ya vive libremente sin trabas nos condenaria adicionalmente a estar pendientes de sus íntimos asuntos. Porque no prestamos particular asunto a otras minorias mas necesitadas de apoyo social, digamos ancianos solos, inválidos, ciegos, locos, etc. Esta gente necesita dinero, comida, amor, aseo, y necesita toda la sapiencia, agilidad y competencia intelectual de la que usted hace gala.
Señores permítanme decirles algo, no se puede tapar el sol con un dedo. A pesar de todo el trabajo intensificado por todos los medios audiovisuales y a través de múltiples comunicadores sociales homosexuales y lesbianas por radio, televisión, prensa escrita, internet y en fin por dónde se ha podido en estos dos últimos años. Ya correspondía el 24 de febrero pasado que el pueblo votará por la aprobación o no del nuevo código de la familia y aún está siendo aplazado, claro usted dirá : por la pandemia, pero desde un principio se quiso incluir en el texto constitucional al matrimonio igualitario y no se pudo, aunque se dejó una puerta abierta para el luego!!!
Que quiero decir con esto:
Señores los cubanos estamos hechos por heterosexuales de macho y hembra, que quede claro y aunque el trabajo con esta nueva ideología psicosocial por un diezmado grupo de homosexuales no podrá cambiar la ideología heterosexual del pueblo cubano,
Simplemente porque el cubano cubano que somos la gran inmensa mayoría no nos acabamos de tragar esa carnada.
Que no le quepa la menor duda a nadie.
Mi respeto para todos y a pesar de todo :
Mi familia y yo servimos a Dios( Josué 24:15)
Muy de acuerdo con usted considero q la mentalidad debe cambiar en muchas personas de este pais estamos en el siglo XXI
Con ledian estoy de acuerdo
Como dijo Mariela Castro: «Que se le otorgue derechos a quien no los tiene, no significa que quien ya los tenga los vaya a perder». Cuba es un país de iguales, donde desde pequeños nos enseñan que todos tenemos los mismos derechos y obligaciones para con la sociedad y el Estado. La limitación y el bloqueo, ahora, es mental. Creo que ir en contra de la igualdad de derechos es más un capricho de unos que una razón con justificación. En nuestro país hace falta resolver varios problemas, pero principalmente, si de derechos humanos se trata, ese es uno de los más importantes. Y bien lo especifica la constitución: nuestro país es un estado laico, lo que diga la Biblia o las iglesias debe ser solo del interés de sus fieles y creyentes, no convertirse en argumentación para aportar a la ley más importante de la nación.
Si todos tenemos los mismos derechos, debería respetarse el derecho ajeno a no estar de acuerdo. Disentir no es un ataque a otros, sino un derecho que tenemos todos los seres humanos. Los homosexuales gozan de derechos ciudadanos, menos el de casarse, porque el matrimonio está instiuido para que dos personas procreen, eso biologicamente es imposible para una pareja de homosexuales. Dios ha regido la vida de la Humanidad en toda una Era, Estados Unidos tiene en su billete: el dolar una frase que deberiamos adoptar los cubanos: «En Dios confío». No quiere decir que los Estados Unidos sea perfecto, pero estoy segura que a nosotros nos iria mucho mejor si tuvieramos todos a Dios en nuestros corazones. Y aunque nuestro Estado sea laico, creo que todos tenemos derecho a expresar nuestra opiniones…aunque estas no gusten.
Excelente artículo. Pone negro sobre blanco una realidad. Al mismo tiempo tres cuestiones:
1- La propuesta que se hace parte de la modificación del artículo existente en la Constitución actual, luego el planteamiento que hace la Iglesia es falso y manipulador. Dios, habrá hecho lo que, «según ellos» quieran, pero la Constitución no.
2- La aprobación del matrimonio igualitario no es solo una cuestión de ley, es una cuestión de justicia social.
3- ¿Qué tiene que ver el matrimonio igualitario con el salario?
La constitución no deberia oponerse a que dos personas del mismo sexo vivan juntas, pero otra cosa es legalizar esas uniones. Que se someta este asunto referendum, y verías cual es el resultado.
Antes de que se presentara el Anteproyecto constitucional en Cuba se hablaba sobre la poca elección del Matrimonio ´legalizado´por las parejas heterosexuales; muchas parejas vivían y viven en unión consensual, igual que las parejas del mismo sexo. Entonces no habían ningunas fuerzas institucionales conservadoras abogando porque se casaran más parejas hetrosexuales ante la Ley, y defender así a su «Santo Matrimonio» y «Sagrada y Única Familia». Mi pareja y yo vivimos unidos hace 10 años y hemos creado un hogar y una red familiar y de amistades. ¿Qué cuota de Humanidad nos falta, según estas personas conservadoras, para ser dignos de reconocimiento legal como pareja? Desde mi punto de vista, les falta a ellas y ellos.???️
De que va, va el 68 , así que el que se iba morir que se muera.
En mi opinión , actualmente en el país se necesitan resolver cosas que tienen en constante agobio a la mayoría de la población , ejemplo , el salario , el trasporte , los altos precios , sobre todo de los alimentos , y un sin numero mas a los cuales se le debe dar la máxima prioridad , quizás en esa lista de países que ya lo aprobaron , no existan estos problemas y por lo tanto se pueden dar el lujo de incluir estas cosas , pero en cuba , primero aprobar una constitución que este en primer lugar en función de resolver estos problemas , y quizás , en el futuro , considerar este punto , que si se aprueba , será una imposición que de seguro desaprueba la gran mayoría de la población , es mi opinión.
Estoy plenamente de acuerdo con su opinión, así lo hice saber cuando nos correspondió el análisis en mi centro de trabajo, son tantos los temas que nos preocupan a los cubanos, temas prioritarios de la vida diaria, que poner a colofón que dos personas del mismo sexo quieran llevar una vida en común, como tema principal, es para mí un desagravio. La vida de los que trabajamos con y para el estado se ha vuelto muy difícil, por la sencilla razón que ud, con su salario no resuleve los problemas de comer, construir y vestir, para no hablar de ir a algún lugar recreativo, aunque sea una vez al año, es sencillo la cuenta no da. Sobre el tema en cuestión opino que no creo que vayamos a resolver muchos problemas con la aprobación de este artículo, pero se debe respetar la individualidad de las personas, su derecho a elegir con quien hacer su vida, sin pecar de rídiculos ante la sociedad.
En efecto, hay muchas cosas importantes que analizar en la Constitución y TODAS SON IMPOSTERGABLES.
Si el artículos 68 ha tomado tanta connotación es porque los que están en contra han comenzado a hacer campañas, incluso algunas corrientes religiosas cuelgan carteles en las puertas aduciendo estar a favor del «diseño original», de la familia como Dios la creó. Sin embargo, esto no les afecta en nada, esto no cambia la realidad que se vive hoy, la Constitución es la ley de los hombres y la Biblia es la ley de Dios.
Dice Jesús en la Biblia: «A Dios lo que es de Dios, al César lo que es del César»
Coincido plenamente en su criterio
Muy de acuerdo con usted