La pérdida, fluctuación y movilidad del personal calificado lacera la calidad de las obras que en muchos casos presentan atrasos en su cronograma por falta de brazos
“Aquí me dan merienda, comida, ropa, jaba dos veces al año y, la verdad, me siento bien atendido, pero cuando termino de pagar la corriente, el agua, la electricidad y compro la comida lo que me quedan son 200 pesos, así no hay quién sobreviva, en un trabajo tan fuerte y de tanto sacrificio como es la construcción”; palabras como estas se repiten infinidad de trabajadores que, solo a fuerza de sentido de pertenencia, aún permanecen dentro de un sector estatal duramente castigado por los bajos salarios.
Otro es el criterio de Mario Emilio Rodríguez, quien hace cinco años dejó de pertenecer al Ministerio de la Construcción (Micons). Su maestría y experiencia como albañil calificado la entrega ahora a edificaciones de cadenas del Turismo por la sencilla razón de que gana más, tiene mejores condiciones de trabajo y hasta recibe divisa.
Las razones del éxodo de fuerza de un sector tan imprescindible van más allá de una rigurosa atención al hombre y tienen que ver, entre otros asuntos, con lo que ofrecen entidades y organizaciones más atractivas como las cooperativas y corporaciones que otorgan llamativos salarios y dan la posibilidad de ejercer por cuenta propia un oficio donde prevalece la ley de oferta y demanda.
Las cifras lo dicen todo: la fuerza de trabajo directa la conforman 1 155 trabajadores y como promedio la fluctuación de la fuerza en los últimos cinco años es de más del 4 por ciento, de manera que cualquiera de los colectivos asimilaría hoy más trabajadores, si se tiene en cuenta, además, que por momentos las obras presentan atrasos en su cronograma por falta de brazos.
“El problema es que todavía se cobra por normas que se implementaron hace 40 años”. “No hay quién resista el horario de trabajo: no existen sábado, domingo, ni feriados, porque cuando no hay que trabajar aprovecho para algún trabajito particular y ganar unos quilos”. Opiniones como estas refuerzan el criterio de Guillermo Cañizares, director de la Empresa de Construcción y Montaje de Sancti Spíritus cuando asegura que ni siquiera los cursos de capacitación ni el refuerzo de las FAR o del Minint resuelven un problema que centra su mayor argumento en el sistema de pago existente, que contiene, asimismo, penalizaciones por diferentes causas e incumplimientos.
En ese sentido, desde el 2016, con el fin de aumentar la productividad, lograr estabilidad de los trabajadores, recuperar fuerza calificada y optimizar su empleo comenzó a regir en el país la Resolución No. 15, que hoy solo se aplica a quienes trabajan en obras del Turismo, de manera que la nueva regulación está lejos de atraer la atención de quienes buscan vías más lucrativas.
Por otro lado, los constructores se enfrentan al desafío de capacitarse conforme con los requerimientos de un sistema inexplorado para ellos; otros suman años sobre sus espaldas y sufren los bajos salarios “que empeoran cuando nos paramos porque no hay recursos” y nadie los quiere contratar por viejos.
Lo cierto es que en cualquier obra quedan operarios con manquedades en el oficio porque en la provincia no se elabora un plan de capacitación en correspondencia con el déficit de fuerza.
A favor del reclutamiento de brazos frescos para la construcción vale destacar que durante el pasado año el plan de capacitación se sobrecumplió con la formación de 183 operarios de oficios básicos, quienes a la larga a otros trabajos después de graduados en busca de otros beneficios. El hecho es que muy pocos se quedan en una entidad que paga 6.32 pesos por enchapar un metro de superficie cuando de forma particular se cobra a 200 pesos.
La necesidad de emprender la construcción y remodelación de habitaciones para el Turismo es inmediata; pero si no se especializan, ¿cómo insertarse en ese creciente mercado y con qué fuerza se pretende levantar en los próximos años las más de 7 000 habitaciones que se integrarán al polo turístico de Trinidad?
Precisamente la pérdida, fluctuación y movilidad de personal calificado ha sido apuntada como causa principal de los problemas de calidad que todavía arrastran las brigadas constructoras, asunto que sigue siendo el punto débil, sobre todo en la edificación de viviendas, y que tiene que ver con el déficit de fuerza productiva y también de hombres calificados.
Se sabe que las obras se preparan con tiempo y lleva un equipo de técnicos que igual se trasladan a otros puestos porque no cobran hasta que la obra no esté en ejecución. Pero también renuncian los mandos medios y así la mayor empresa constructora del territorio se ha visto privada de los mejores ejecutores, que también están incluidos en el grupo de trabajadores a los que, según la Resolución No. 15, no se les aplican sistemas de pago a destajo, como a quienes laboran en obras turísticas, sin dejar de mencionar al personal administrativo, técnico y de servicio y los proyectistas.
A pesar de la prioridad que tiene la llamada industria del ocio, las actividades de construcción civil, equipos y producción industrial son las que mayor fuerza efectiva requieren, de modo que, por lógica, se requiere incrementar la formación de operarios montadores, que figura como la actividad de menor potencial y, al mismo tiempo, necesita más obreros para acometer los programas constructivos del 2018.
El Micons ha logrado avanzar en cuanto a los convenios de trabajo con diferentes organismos en aras de garantizar mano de obra para el sector y la Resolución No.15 vino a incrementar la productividad, la eficiencia y los salarios en muchos lugares, pero es algo que todavía no logra equilibrar la balanza entre miconeros y partiulares. Con miras al futuro, todo dependerá de que se logre un plan de formación de operarios de oficios básicos en correspondencia con la demanda, que los instructores contratados impartan los cursos con calidad a fin de lograr la formación adecuada a los operarios graduados en la escuela y, por supuesto, remunerar como se debe la construcción, un sector por el que en muchas partes del mundo se mide la capacidad de desarrollo.
Les diré que el día 21/1/18 cumplí 46 años de servicio en este sector y nunca lo había visto en tan mal estado como el actual; es cierto que se pasan dificultades y todo en la vida no puede ser glorias pero a mi parecer han sido más los puntos subjetivos que los reales los que han llevado el Organismo ha la depresión en que se encuentra.En primer lugar les comentaré que basandome en el planteamiento de la compañera periodista sobre la necesidad de la formación de nueva fuerza de montadores para ejecutar las tareas que se plantean y que por experiencia sé que es primordial ha sido producto de una mala decisión tomada por la Dirección de la misma, tomada en un momento determinado en que nunca se analizaron las consecuencias que acarrearian la disolución de la Brigada ya existente en aquellos momentos que dicho sea de paso generaba una de las mayores producciones a nuestra Empresa, en estos momentos es dificil la creación de una similar ya que como la misma ha planteado en su comentario, la mayoría de la fuerza fluctua hacia otro lugares mejores renumerados y con mejores condiciones de labor; solamente hay que pararse a pensar como esta la situación económica en estos momentos para darse cuenta de la realidad, si no se les paga a los trabajadores acorde a la situación real que se esta viviendo las fluctuaciones van a continuar y no solo en las ramas anteriormente mencionadas sino en sentido general;en todos estos años acumulados de trabajo que he pasado jamás me he visto en una situación tan difícil para sobrevivir y eso que soy ingeniero mecánico que se supone devengue un salario justo y suficiente, casí me encuentro a punto de jubilarme y en vez de mejorar mi retiro cada día empeora más producto de esta calamidad, llueven las penalizaciones por no cumplimiento y eso dicho en buenos términos es muy perjudicial para todos, es aconsejable que el Gobierno tome partido en cuanto a estos planteamientos que enajenan la salud del MICONS en CUBA y aboguen por mejoras salariales y de trabajo para los constructores pues va a llegar el día en que no contarán con ninguno, equiparen los salarios acorde a la realidad que se está viviendo y verán mejores resultados y menos fluctuaciones así como un mayor incremento en nuestras producciones.
está bueno el articulo por su actualidad, necesito saber si el 2do apellido de la periodista es penton, porque si es asi, somos familia de aqui de ciego, yo sy la esposa de su primo avileño, puedes escribirme