La Conferencia Episcopal aceptó el papel de mediador y testigo del diálogo propuesto por Ortega, frente a la situación de violencia vivida en el país
El texto, leído por la vicemandataria, Rosario Murillo, también comparte plenamente la propuesta de sectores que podrían participar en las sesiones del diálogo nacional, al cual se sumarían otros.
‘Nuevamente nuestra gratitud, en nombre de las familias nicaragüenses y del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, por su disposición de participar como mediadores y testigos en estos importantes eventos de la historia presente de Nicaragua’, subraya el mensaje.
Previamente la Conferencia Episcopal había aceptado en un comunicado el papel de mediador y testigo del diálogo propuesto por Ortega, frente a la situación de violencia vivida en los últimos días en el país.
El mandatario invitó el domingo al cardenal Brenes y a una delegación de obispos a acompañar el diálogo, al anunciar la derogación de las reformas al seguro social que, según dijo, sirvieron de detonante para los hechos violentos.
Nicaragua vivió en los últimos días jornadas de gran tensión social, sin precedentes en más de una década.
Todo comenzó cuando las protestas contra las citadas reformas fueron infiltradas por presuntos grupos criminales y vándalos azuzados por la derecha para general zozobra e inestabilidad en el país, acorde con denuncias.
En una comparecencia ante el pueblo, Ortega reconoció el derecho de la minoría a criticar, pero no a conspirar para destruir, promover la violencia y peor aún buscar en Estados Unidos a los grupos políticos más extremistas y racistas para que financien planes de desestabilización.
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