Nicaragua aguarda hoy por el establecimiento de un diálogo nacional que devuelva la paz al país, tras semanas de violencia, enfrentamientos y vandalismo, con un saldo de muertos, heridos y daños económicos aún por determinar.
Este domingo, si bien se reportaron algunos incidentes aislados, predominó una relativa calma luego de que la jornada del sábado se tornara en una de las más violentas desde el pasado 18 de abril, cuando una propuesta de reforma al seguro social, que más tarde fue derogada, detonó en una crisis social sin precedentes en las últimas décadas.
Las familias nicaragüenses se integraron a las Caravanas de la Paz, recorriendo diversos departamentos del país y haciendo un llamado a la paz, al diálogo y al cese de las acciones violentas, que persisten aún.
De hecho, centenares de pequeños productores de toda la nación denuncian que los tranques que ciertos grupos manipulados mantienen en las principales zonas productivas, les están ocasionando grandes pérdidas económicas, reporta La Voz del Sandinismo.
Según denuncias del Ejecutivo, estas actividades han sido protagonizadas por grupos contrarios a la paz, azuzados por la ultraderecha con el fin de obtener rédito político, que de otra manera no obtendría.
En tanto, el presidente Daniel Ortega reiteró el llamado y el compromiso de ponerle fin a la muerte y a la destrucción y que no se siga derramando sangre de hermanos.
La Conferencia Episcopal de Nicaragua, mediadora y testigo al diálogo convocado, llamó a todas las partes, sin excepción, a respetar la vida, la dignidad de las personas, la libertad y la manifestación cívica, sin recurrir a ningún tipo de violencia o acto que pueda generarla, refiere Prensa Latina.
Por otro lado, el Ejército emitió un comunicado en el que respalda los esfuerzos del Gobierno en la búsqueda de una solución por la vía del diálogo y llamó a toda la ciudadanía a contribuir en esa dirección.
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