No se ha visto todavía el primer desliz conceptual de José Martí, el genial revolucionario padre de la independencia de Cuba, pues sus juicios fueron certeros siempre, como cuando expresó en 1893: “La independencia en los Estados Unidos vino cuando Washington; y la Revolución cuando Lincoln” (*).
Pero, ¿qué quiso decir con ello aquel hombre iluminado? Sencillamente, que para el Apóstol había diferencias bien ostensibles entre ambos conceptos, por cuanto la expulsión del dominio inglés del territorio original de las Trece Colonias en el nordeste del territorio que hoy ocupan los Estados Unidos no significó la abolición de la esclavitud, a pesar de que en la Declaración de Independencia del nuevo país se proclamaba la “igualdad entre todos los hombres”.
De ahí que para Martí disminuya el mérito de lo logrado por el hombre cuyo rostro aparece en todos los billetes de a dólar y que dio nombre a la capital del imperio y a un estado federal, pues debió pasar casi un siglo y una Guerra de Secesión (1861-1865) para que la atroz institución fuese eliminada por ley durante la administración de Abraham Lincoln al costo de un millón de muertos.
Lo cierto es que aquella Constitución adoptada por la incipiente república oficializó la esclavitud con el fin de preservar la unión de las colonias devenidas estados y Martí, que la estudió a fondo, la tildó de “pacto” y fue más allá al hacer suya la expresión del abolicionista Wendell Phillips cuando llamó a esa Ley Suprema “Pacto con el infierno”.
Según el eminente jurista y diplomático doctor Ángel Domingo Ferrás Moreno (**), en la versión original de esa Ley de leyes no se dedicaba ni una sola frase a los derechos del hombre, y no fue hasta dos años más tarde, en 1789, que bajo la presión popular se le incorporó la Declaración de Derechos (Bill of Rights), que comprende las 10 primeras enmiendas, en una misma fecha, de un solo golpe, como si fuera un documento único.
Para Ferrás el procedimiento constitucional que se llevó a cabo en el entonces incipiente país hace 231 años debe ser objeto de estudio por parte de las capas humildes de todos los pueblos y los hombres progresistas, porque un análisis de sus antecedentes “demuestra, de manera muy clara, lo que fue capaz de hacer en un momento histórico dado la alta burguesía (…) de ese país, en su propio beneficio y contra los intereses de su propio pueblo”.
Prueba de lo anterior es que constitucionalmente, con la conquista de la independencia, los obreros de las manufacturas, los artesanos y los esclavos no lograron sustanciales mejoras en sus condiciones de vida.
Es una verdad a ojos vista: la Constitución que casi dos siglos y medio después sigue rigiendo los destinos del actual imperio tiene un carácter arbitrario y antidemocrático.
Ferrás Moreno, pertinaz estudioso del tema, lo demuestra. Según el especialista lo prueban cinco hechos fundamentales: en primer lugar, la forma sigilosa en que las legislaturas estatales seleccionaron a los delegados a un Congreso para revisar los artículos de la Confederación y que una vez reunidos sobrepasaron dicho mandato, se convirtieron en Convención Federal Constituyente y elaboraron una constitución que garantizara la defensa de los intereses de los ricos; esto es, la alta burguesía comercial e industrial norteña y los plantadores esclavistas del sur.
En segundo término, las extrañas reuniones que en forma privada sostuvieron los delegados de los llamados estados grandes para ponerse de acuerdo antes de que comenzara la Convención Federal, lo que significa que la cuestión estaba preparada de antemano.
En tercero, porque, a pesar de haber sido considerada una Constitución progresista en una época en que predominaban las constituciones feudales de las monarquías absolutistas, mantuvo como una vergonzosa mancha la esclavitud de los negros y la más violenta discriminación contra el indio norteamericano, autóctono habitante del nuevo continente.
En cuarto, porque no es posible encontrar en la historia del constitucionalismo burgués la discusión de otro texto constitucional en una forma tan secreta, bajo palabra de los delegados de no comentar ni difundir lo que se discutiera a puerta cerrada, y que solo hasta poco más de medio siglo después de haber concluido la Convención fue que la opinión pública pudo conocer las características de las deliberaciones y ello casi por azar.
Y, por último, porque si poco democrático fue el procedimiento para la discusión llamada “democrática”, mucho más lejos de los métodos justos y equitativos estuvo el proceso de ratificación por el pueblo.
Una aberración de lesa democracia es que, en los tiempos de la revolución norteamericana, en Massachussets y otras colonias el derecho al sufragio estaba condicionado a la clase y cantidad de bienes que tuviera el votante. Para ocupar cargos importantes, tanto más rico se requería ser. De acuerdo con el historiador Harold Underwood Faulkner, “durante el período de la Revolución, de cada 100 blancos de las colonias, solo seis tenían derecho a votar” (***).
Para Ferrás, la Constitución norteamericana, con sus defectos y sus virtudes, es un documento típicamente yanqui, resultado —como diría Morison— del primer “trust” de cerebros norteamericanos ricos (****), porque de 74 delegados seleccionados por las legislaturas estatales, solo 55 se presentaron a la Convención y de ellos, al final, solo la firmaron 39.
Un análisis más profundo de aquella Carta Magna arroja que en realidad solo alrededor de una docena de los 39 firmantes tomaron parte activa y legislaron en representación de los algo más de 4 millones de habitantes de las 13 colonias recién liberadas, y lo que hoy más impacta es que las condiciones de entonces no se parecen en lo más mínimo a las actuales, después de la Guerra de Secesión, dos guerras mundiales, e infinidad de transformaciones internas y conflictos en que ha intervenido este país, que hoy cuenta con alrededor de 321 millones de habitantes distribuidos en 50 estados.
Pero una cosa si queda clara, como expresa la investigadora Mayra Vilasís (*****), y es que “el tiempo ha sido la mejor prueba de que la Constitución respondía fundamentalmente a los intereses manufactureros, comerciales y agrícolas de la burguesía”. Sus firmantes pretendieron proteger sus privilegios de clase, aunque ocurriesen cambios sociales, bajo la protección legal de este documento, y la vida demostró que lo lograron.
(*) Martí, José: Obras Completas, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, t. II. p. 196.
(**) Ferrás Moreno, Ángel Domingo: “La bicentenaria Constitución Norteamericana”, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1990.
(***) Underwood Faulkner, Harold y otros: “Vida del pueblo norteamericano”, t. 1, p. 31.
(****)Eliot Morison, Samuel: “Historia de los Estados Unidos”, p. 274.
(*****) Vilasís, Mayra: “Valoración de Independencia de XIII Colonias” Colección Historia, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1985.
No me interesa debatir en un sitio como este donde en Cuba con su socialismo todo es bueno y en uSA con su capitalismo todo es malo. Como se podria conversar con un regimen donde la maxima es que el que piensa diferente es asalariado, burgues , gusano y apatrida.
Como diria marti «Por el derecho de todo hombre a ser libre , a buscar su verdad y enarbolarla en medio de otros hombre que se la respeten» Por favor aprendan de marti .!!!!!!!
Epicuro se le acabaron los argumentos que necesita del ataque personal?.Debiera agradecerme que critique lo mal hecho algo a lo que UD no se atrevería por conservar la internet gratis..Me vigila en el boulevard??Es parter de su trabajo o lo hace voluntario..Tiene opinión propia que necesita de la mía para mostrar su cubania..Le recuerdo que en este país a libertad de opinión aunque no coincida con la suya… aparentemente
No bremee, José Luis. No me atribuya a mí lo que ha hecho usted indignamente en los últimos años. No me haga decirle cosas en público, usted no es un crítico bien intencionado de la sociedad, usted es un asalariado vulgar de la Usaid y está bien que se busque su dinerito y que venga a Cuba, «su país de nacimiento», pero no intente hacernos bobo que no lo somos. Mis saludos. Vamos a hacer las paces que le conviene.
UD es adivino que conoce mis intenciones..Sepa que sus amenazas solo demuestran su impotencia y me tienen sin cuidado.Conozco a los de su tipo los hevisto en Miami hechando peste de la revucion que decian defender
Sófocles mezcla guayabas con aguacate y sus argumentos no me convencen..Cite un solo golpe de estado o porque no dice como un presidente,por mentiroso y ponerse por encima de la constitución tuvo que renunciar o como Washington a pesar de que todos se lo pedían no se eteernizo en el pider.Conflicto y asesinato han habido en todo el mundo pero allí jamás hubo un gobierno militar
Creo, señor José Luis, que existen suficientes elementos tanto en el artículo publicado como en la respuesta. Aprovecho para responderle a su segundo mensaje de que quien mezcla guayabas con aguacates es el sistema imperante en el Congreso yanqui, al unir proyectos de leyes y enmiendas de diferente contenido en una sola votación para que las medidas impopulares o peliagudas tengan que ser aceptadas y pasen por las dos cámaras. En cuanto a Nixon, el presidente a que usted alude, el cual renunció para no ser defenestrado, había sido una aberración incluso que un tipo tan sucio como él llegara a la presidencia de su nación. Por algo le decían Dirty Dick o el sucio Richard. En cuanto a que jamás en Estados Unidos ha habido un gobierno militar le pregunto si no sabe acaso que es precisamente la cúpula militar representada por el Pentágono y el Complejo Militar Industrial (CMI) los dos factoresde poder decisivo junto con las transnacionales estadounidenses y el Lobby judío. Ejemplo de ese poder es que cada año el presupuesto militar crece más y es con el objetivo de imponer a las demás naciones por la fuerza, los intereses de la abusiva superpotencia. Gracias.
Más que una respuesta argumentada,su opinión me parece un panfleto propagandístico de lo peor de la guerra fria,por lo que no me molestaré en responder.
Los 231 años nos demuestra su vigencia,en todo ese tiempo solo ha habido un conflicto armado interno y jamás ningún presidente alcanzó el poder por otro medio que no fueran las elecciones.En todo este tiempo solo se le han hecho adiciones o amedmant ampliando derechos civiles…Que otro país del mundo presenta algo semejante??Si los lectores no pueden acceder a una copia de la constitución americana no pueden juzgar por si mismo
Señor José Luis, le agradezco la oportunidad de recordarle que, en realkidad, en Estados Unidos han existido cientos de conflictos internos y externos, como son las guerras contra los indios, la guerra de despojo contra México, la nueva invasión del territorio actual de ese país en 1916, los levantmaentos de negros en California (Watts) y otros lugares, las represiones y caza de brujas contra los sectores progresistas de la población durante el gobierno Eisenhower, etc., etc.
Digo más. En los Estados Unidos han habido al menos cinco magnicidios contra presidentes del país, el último de los cuales fue el ejecutado contra Kennedy el 22 de noviembre de 1963, en Dallas, Texas, pero además mataron a su hermano Robert, candidato a la Casa Blanca, pocos años después, y al pastor Martin Luther King, líder estadounidense por los derechos civiles, que conmovió al país con sus marchas multitudinarias. Estados Unidos es el pais donde en el Congreso se aplica el absurdo sistema de convoyaje de leyes y enmiendas, donde pueden mezclarse temas tan distantes como partidas adicionales para el presupuesto de defensa (agresión), con sanciones contra determinado país y la aplicación de una nueva línea de impuestos. ¿De qué derechos civiles habla usted, en un país donde la llamada Ley Patriota, adoptada en tiempos de W. Bush, limitó drásticamente las libertades ciudadanas? Gracias
Sófocles: A usted le faltó decir algo, decirle a estos adoradores de la Constitución norteamericana -y también adoradores de todo lo que no sea su patria- que gracias a algunos de sus preceptos en aquel país existen millones de armas en la calle, el tiro al blanco en las escuelas se da como en los videojuegos y miles de sus ciudadanos han pasado al más allá antes de que les correspondiera su turno biológico, entre ellos el propio Lincoln y JFK. Gracias José Luis por sus lecciones, pero de aquella Constitución no tenemos nada que aprender para escribir la nuestra.
231 Años y jamas ha habido un partido por encima de ella,que se alternan en el poder y se pueden postular independiente,es verdad pero esa constitución ha cumplido su objetivo sagrado de estar por encima de gobiernos y gobernante y que todos y todo se tiene que someter a/ella,tendrá defectos,pero nadie puede ponerse encima/de ella
Esa constitución, señor Kamilo -parece que sus padres erraron al ponerle el nombre- es en la práctica un comodín que ha servido para perpetuar durante cerca de 11 generaciones de norteamericanos, los intereses de los ricos y cada vez más ricos en detrimento de los pobres y de las minorías explotadas y a veces aniquiladas, como ocurrió con los indios. Ese ha sido su único y capital objetivo, perpetuar el dominio de los poderosos y no se cambia porque el llamado stablishment no permite llamar a una asamblea constituyente del pueblo norteamericano y al que se le ocurra proponerla, probablemente lo maten más rápido que a Kennedy, que cuando empezó a rectificar sus gruesos errores politicos, lo quitaron del medio de forma expedita. Ah, a propósito, aprovecho para aclarar que en EE.UU. sí han habido golpes de estado, pero encubiertos. ¿Un ejemplo? Los que asesinaron a Kennedy, quien estaba tratando de retirar las tropas de Vietnam, mejorar las relaciones con la URSS y entrar en negociaciones con Fidel Castro y su gobierno socialista, sabían que, de acuerdo con la Constitución de EE.UU., si el presidente quedaba incapacitado por cualquier motivo, el vice asumía automáticamente el poder hasta terminar el mandato. El vice en aquel momento era el reaccionario Lyndon Baynes Johnson, un ultraderechista que aunque pertenecía al partido demócrata, pensaba como los más reaccionarios del partido republicano, así que ya tenían el motivo y la solución y por eso se coligaron la mafia, el Pentágono, la CIA, los cubanoamericanos; en fin, una canalla multicolor que a través de un magnicidio coronó un golpe de estado, quizá un tanto diferente del de Pinochet en Chile en septiembre de 1973, pero golpe al fin, cuartelazo, etc., como le quiera llamar. ¿Satisfecho?
Es como lo cuenta ,pero las democracias permiten corregirse..Conoce el amedmant 25 a la constitución vque surgió de esta situación y que pudiera aplicarse a Trump??Creo que el antinorteamericanismo está tan enraizado en ciertas personas,que como lo escribiera el apóstol, solo le ven las manchas al Sol ni siquiera agradecen a los cientos de Miles de cubanos que vivimos,trabajamos y nos retiramos en ese país enviamos y gastamos Miles de millones en nuestro país de nacimiento contribuyendo significativamente a la economía de la patria
Tengo muchos familiares en EE.UU. y es cierto que la mayoría ayuda a su familia o a sus deudos más próximos en Cuba, a algunos, de forma más bien simbólica. Gracias por ello. De otro lado Martí fue el primero que nos alertó de forma muy gráfica del peligro que representan para Cuba los Estados Unidos, a quien calificó del «norte revuelto y brutal que nos desprecia». Si se llega a aplicarle un impeachment a Trump, no será por su política reaccionaria, sino porque por su rumbo errático e impredecible pone en peligro las bases del imperio y eso no se lo pueden eprmitir, nunca por espíritu democrático. Curiosamente, cuando el abominable hombre de la Casa Blanca adopta medidas hiper reaccionarias, lo apoyan, y c uando parece que recoge cabo, lo atacan. Ejemplo: el anuncio de Trump de que quería retirar las tropas de Siria, que recibió un montón de presiones y críticas y lo hicieron dejar las tropas en el terreno, contra la lógica y el derecho internacilonal, lo que pñone al mundo al borde de una guerra, pues Rusia e Irán no puede ceder so pena de perder la cara y muy `pronto tener en su flanco sur a los terroristas que han asolado a Siria, Iraq y a otros países.
José Luis: Le agradezco mucho su sinceridad: «…enviamos y gastamos Miles de millones en nuestro país de nacimiento». En realidad usted usa muy bien el término «nuestro país de nacimiento» porque desde hace rato usted no se siente cubano, no solo porque defienda la Constitución de aquel país tanto o mejor que el propio Washington, sino porque su cubanidad se murió. La de Heredia y la de Martí, verdaderos desterrados, viven todavía, pero la de usted al parecer era verde… y pasó alguna chiva. Bueno que Dios me perdone, que hago yo comparando a Heredia y a Martí con alguien tan distante. No hay más que verlo a cada minuto buscando la recontrapelusa de la realidad para comportarse como lo que realmente es: un cubano de nacimiento, que aunque esté en el bulevar día y noche, le lleve flores a Serafín y cante Pensamiento en la Casa de la Trova se comporta como un auténtico anticubano.