Lo más seguro es que Marta E. González Betancourt, con sus 76 años de edad, todos los días pida a San Pedro que no ocurran fuertes lluvias ni que el viento sople mucho más de lo normal ante la amenaza a que está sometida su vivienda en la calle Camilo Cienfuegos No. 29G, en Yaguajay.
“Mi casa está ubicada al lado de la pista Tres Palmas. Como el mismo nombre lo indica, en ese lugar hay tres palmas muy altas, una de ellas se secó por la parte de arriba, lo que incrementa el peligro, ya que en cualquier momento puede caerse, motivo por el cual cada vez que ha habido ciclones y han pasado por este territorio tenemos que abandonar nuestra vivienda, a pesar de ser de mampostería y placa, solo por la razón y el miedo a que el viento las derribe y nos derrumben la casa. Este lugar es una zona muy baja y cada vez que llueve mucho ocurren inundaciones que penetran en varias viviendas, por lo que el peligro de que se caigan es mayor ante la gran humedad a la que están sometidas”, explica la remitente en la misiva dirigida a nuestra Redacción.
Marta señala además que en dicha pista semanalmente (los sábados) realizan discotecas para la juventud y los domingos se llevan a cabo las ferias agropecuarias, por lo que la cantidad de personas que se agrupan en ese lugar corren el mismo peligro que su casa, ante la amenaza de las susodichas palmas.
Según ella, quien vive allí con su esposo de 86 años, el potencial peligro de esas palmas ha sido planteado reiteradamente en las reuniones de rendición de cuenta del delegado a sus electores, es de conocimiento del presidente del Consejo Popular y de otras autoridades del territorio, incluso antes del ciclón Irma; sin embargo, la respuesta siempre ha sido que el caso se encuentra dentro del plan de riesgos.
Si desde antes del citado huracán se conoce el peligro, razón tiene Marta al preguntarse: “¿Tengo que esperar a que se caigan y acaben con mi hogar o quién sabe que más pudiera suceder para después lamentar lo que se pudo haber evitado durante todo este tiempo?”.
Escambray solo sugiere no olvidar que ya estamos en la temporada ciclónica en Cuba y que la etapa primaveral ha llegado con abundantes precipitaciones; entonces, ojo con esas palmas peligrosas.
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