Ante la preocupación que predomina hoy en la comunidad internacional por la detención y separación de sus padres de niños migrantes en Estados Unidos surgió un pedido en ONU para conocer las condiciones de esos lugares.
El relator especial de ONU Felipe González pidió al gobierno de Estados Unidos visitar ese país, con el fin de comprobar cómo se encuentran los migrantes detenidos.
Asimismo, recordó que Naciones Unidas ha señalado en numerosas ocasiones que se viola el derecho internacional al detener a menores por razones migratorias.
En su opinión, la inmigración ilegal nunca debería ser considerada un delito y la detención solo puede plantearse solo como un último recurso en el caso de los adultos y nunca para los niños.
González consideró que es muy grave la separación de los pequeños de sus familias, así como la detención de niños y niñas por razones migratorias, lo cual viola el derecho internacional.
Espero poder visitar esos lugares y evaluar la situación de los niños detenidos y de los migrantes en general, con el fin de publicar un reporte al respecto e informar al Consejo de Derechos Humanos, dijo al sitio oficial de noticias de la ONU.
No se justifica la detención de niños por razones migratorias, son personas que no han cometido ningún delito y a las cuales se encarcela, insistió el experto independiente de la ONU.
Esas detenciones resultan una clara violación de los derechos de los niños y causan un daño irreparable que puede equivaler al de las torturas, advirtió.
González también ofreció detalles de una visita anterior a centros de detención de menores en Estados Unidos durante su etapa como relator en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Son realmente muy parecidos a las cárceles donde están los adultos y quedan lejos de las ciudades, con lo que se limita la provisión de servicios legales y se dificulta que los cónsules puedan visitar a los niños y comprobar sus condiciones, indicó.
Alrededor de tres mil menores fueron separados de sus padres desde abril cuando intentaban entrar de manera ilegal a Estados Unidos por la frontera con México.
Esto ocurrió bajo la política de tolerancia cero contra migrantes, promovida por la actual administración de la Casa Blanca. La medida fue suspendida a mediados de junio, pero el destino de muchos de los niños detenidos es todavía incierto.
Un juez federal estadounidense determinó a finales del mes pasado que la administración norteamericana debía reunificar a las familias y dio 14 días de plazo para cumplir con la sentencia en el caso de los menores de cinco años y 30 días para aquellos que sean mayores de esa edad.
Cuando se cumplió el plazo este miércoles, 38 de los 102 niños menores de cinco años habían sido entregados a sus padres.
Según informaciones de prensa, las autoridades no han entregado a los 64 restantes por la imposibilidad comprobar la relación de parentesco a tiempo.
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