Carlos Ariel Zerquera, del barrio La Popa, en Trinidad, estaba antes de las 7:00 am en su colegio electoral para custodiar las urnas
Carlos Ariel Zerquera Ramírez durmió intranquilo ayer. Dice que desde las 5:00 am la cama le quedaba chiquita y sentía cosquillas en el estómago. “Lo mismo me sucedió en noviembre, cuando tuve que custodiar la urna electoral de mi colegio”, confiesa con la inocencia de sus 12 años.
Vestido con el uniforme de Secundaria Básica, este estudiante del barrio La Popa, en Trinidad, estaba antes de las 7:00 am en las puertas de la casona colonial, arropada hoy con banderas y boletas, porque “estar aquí es una responsabilidad y los pioneros también aportamos nuestro granito de arena en este proceso para elegir a quienes serán nuestros líderes en los próximo años”.
¿Qué experiencias como joven pionero cubano se viven un día como hoy?
Aprendemos de cerca lo que es la democracia.
¿Te imaginas que algún día tu nombre esté escrito en una de esas boletas?, pregunta Escambray.
“Bueno… tanto como que esté ahí… no me lo imagino, pero puede pasar. Eso es una de las cosas buenas que tienen las elecciones en Cuba: que cualquier persona que cumpla con los requisitos establecidos puede representarnos dignamente. Aquí uno tiene el derecho a elegir y a ser elegido”.
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