Desde antes de poner un pie en Artemisa —por cierto el izquierdo— y hasta cuando cargaron una suculenta barrida, la pregunta del título de este material ronda entre quienes siguen la suerte de los Gallos en esta recién estrenada Serie Nacional en su versión 58 y no la han podido apagar ni los dos triunfos en línea ante Pinar del Río que hoy los sitúa con balance de dos éxitos y cuatro reveses.
Y aunque para responderla con exactitud habrá que esperar el decurso de 45 partidos, ciertas claves pueden ayudar a despejar algunas incógnitas. Para evitar el suspenso, respondo: no creo que Sancti Spíritus pueda regresar al selecto grupo de los ocho, de donde ha estado ausente en las últimas cuatro temporadas.
Créanme. No tengo en cuenta la barrida inicial pues, a mi juicio, no marca tendencia ni para los Gallos, ni para ningún elenco apenas comenzada la campaña. Además, como se sabe, así mismo arrancaron el pasado año vs. Las Tunas, e incluso perdieron en línea un cuarto desafío y al final, pese a no lograr el boleto, levantaron al punto de irse de la pelea en la última subserie, más por carencias propias que por empuje villaclareño, su rival de cierre.
De querer, desde mi palco de aficionada, desearía que los Gallos siguieran, mas, mis deberes profesionales me exigen ser objetiva, no pesimista como algunos leen. Lo hago a partir de los fríos sustentos de una nómina y de unos números que tampoco dicen la última.
Para poder acceder al grupo de los ocho, Sancti Spíritus está obligado a jugar muchísimo mejor que la serie pasada, cuando quedaron en noveno puesto, y eso resulta difícil. ¿Por qué? De golpe perdió a sus dos principales toleteros y comenzó el campeonato sin un líder de staff bien definido.
Frederich Cepeda no estará con los Gallos, pues apenas viajó a Artemisa se concretó el contrato con los mexicanos. Sin él, quien se ha ausentado otras veces por similares compromisos, Sancti Spíritus se quedó sin su alma ofensiva y sin su líder natural por más criterios que le cuestionan el seguir jugando con 38 años. Considero que el “24” aún puede rendir, y su falta sería menos sensible si no se hubiese marchado también Eriel Sánchez, la otra columna de la nómina espirituana.
¿Quién y cómo compensar las carreras que en la pasada campaña empujó ese dúo histórico? Pues le respondo: entre todos deberán repartirse esas carreras por cualquier vía. Por eso la dirección no tiene otra opción que apelar a similares variantes del pasado año, cuando el elenco promedió un excelente 307, a partir, sobre todo, de un juego táctico que puso en el centro el corrido de bases, los toques de bola y los robos.
Esa mayor rapidez concreta también otras acciones como el adelantar una base más o anotar desde segunda con un hit, estrategia que ahora deberá multiplicarse. Resulta plausible la entrada de Luis Dariel Serrano; solo que habrá que esperar que en el juego a juego, el trinitario vuelva a empatarse con la forma que tenía al irse de la nómina donde se instaló, básicamente, a fuerza de jonrones.
En lo que Serrano responda —y le será más complicado desde una posición tan presionante como cuarto bate—, otros deben hacerlo como Orlando Acebey, luego de una excelente campaña 2017 (32 impulsadas) que lo llevó merecidamente a Industriales y al “Cuba” de Holanda; Yunier Mendoza, que, pese a su bateo sobre 300 todos los años, debe mejorar su productividad por encima de las 33 carreras impulsadas que lo situaron como el mejor del equipo en ese indicador; lo mismo que Dunieski Barroso, con solo 16 empujadas en la pasada campaña.
A esa escuadra más experimentada deben ayudarla jóvenes pujantes como Geisel Cepeda, ahora mismo el mejor prospecto que le veo a Sancti Spíritus, cualidad ya demostrada en el Sub-23; Rodoleisis Moreno, que debe explotar más su capacidad corredora, al igual que Albertico Rodríguez y Daviel Gómez, para imprimirle la velocidad que pierde con el trío que les mencioné en el párrafo anterior.
No tiene este equipo —desde el papel— tanto banco para donde mirar; de ahí que la perspectiva de su mánager de poner a jugar a quien mejor lo haga es obligada y en eso tendrá que fijarse para ir rotando a todos, incluso a sus receptores, todos noveles.
Es la ofensiva la que deberá echarse, otra vez, el peso del elenco. Aunque José Raúl Delgado confía en su staff y es lo que le toca, a mí me despierta dudas y certezas, como que eso de llevar 19 lanzadores, me huele a conciencia colectiva de que habrá que empatar brazos, entrada a entrada, para completar nueve innings. Con casi los mismos nombres, en la pasada campaña ese cuerpo fue el tercero peor de la contienda con 5.45.
Ahora, sin Ismel apto para lanzar, si la tríada de Yuen Socarrás, Pedro Álvarez y Yamichel Pérez no lidera, como le toca, a ese grupo tan “verde” de lanzadores le será muy difícil avanzar. En la lid precedente, apenas ganaron siete juegos, a razón de cuatro, dos y uno. De ahí que por eso echaron otra vez garra, para bien, a Ángel Peña, que aportó cuatro triunfos hace un año, pero ahora tendrán que probar por qué corrieron a buscar a Noelvis Hernández, alejado tanto tiempo de las series nacionales, y también por qué se inclinaron por su cerrador Ramón Zúñigas, con problemas en el brazo hasta ayer.
No creo que esta versión de los Gallos sea la cara desaliñada mostrada con la barrida por Artemisa con un pitcheo que no aguantó y soportó 25 carreras, una ofensiva que produjo solo tres carreras en los dos primeros juegos y una defensa de lágrimas, con ¡11 errores!, casi un tercio de los cometidos en toda la fase clasificatoria anterior (43).
El juego a juego debe ponerlos más en situación, aun en medio de una arrancada bien exigente, pues luego de salir de Artemisa y Pinar del Río, al que derrotaron en dos de las tres salidas, recibirán desde este sábado en el “Huelga” a Matanzas e Industriales, en seguidilla. En el beneficio de la duda, los Gallos quizás puedan apostar por un comodín, si se convierten en el eléctrico de esta campaña. Y usted, ¿se arriesga a responder la interrogante del título de este trabajo?
Yo creo que Sancti Spíritus si puede estar entre los 6 primeros, el año anterior no lo hicieron tan mal, solo un juego los separó de Villa Clara que quedó en octavo. Y lo digo no solo porque piense que Los Gallos tienen potencial, demostrado en la pretemporada, sino porque los demás equipos están por el suelo, con sus mejores jugadores contratados en ligas foráneas y han tenido que echar mano a novatos y veteranos reciclados. Es dificil recordar los nombres de más de tres jugadores reconocidos en cualquier equipo. Entonces si, si tenemos posibilidades a mi modo de ver
Primero que todo quiero felicitar a Elsa por el excelente comentario. Yo soy de los que me apunto en el grupo de los que si creen que los gallos pueden clasificar en esta serie. Veo a los equipos muy parejos y creo que el hecho de clasificar o no estará en el juego colectivo de cada equipo y el entusiasmo y las ganas con las que jueguen. Confío mucho en la dirección de los gallos y sobre todo en la forma de dirigir de José Raúl. SS debe explotar la variante de poner la velocidad en función de la ofensiva con Rodoleisys, Daviel, Geyser y Alberto Rodríguez, esa es la mayor fortaleza que les veo. La mayor deficiencia la veo en el pitcheo, realmente pasan los años y no veo que esos muchachos jóvenes maduren y logren una estabilidad en su trabajo.
Pues mira que yo no veo mal equipo ,artemisa es equipo dificil y paso lo que paso pero creo que con lo que hay se puede clasificar ,estoy seguro
Si pienso que puedan estar entre los 8 y luchar un comodin, creo que el juego día a día, si le hechan ganas, los hará ir obteniendo mejores resultados que los del comienzo, eso sin contar ya con la barrida que le proporcionaron a Matanzas, no es un super equipo pero tienen algunos propectos y los demás conjunto no están como para escaparse solo con 1 u 2 ecxepciones.