Tenían que ser cubanísimos el atuendo, la música y hasta los movimientos. Por eso los niños y las niñas del grupo Haciendo futuro llevaban trajes y guayaberas blancos, con adornos rojos y azules. Por eso interpretaron, con el frescor y la simpatía de que son capaces solo los infantes libres, esa pieza en la que hablaban de cantar a la alegría y a la sinceridad, al cariño y a la amistad, a la ternura y a la felicidad.
Tenían que destilar patriotismo las ideas del acto en que el Partido Comunista de Cuba en Sancti Spíritus premiara la ejemplaridad y la constancia; sobre todo si se trataba de una ceremonia coincidente con la fecha en que Girón vuelve a la memoria. Por eso, a 57 años de aquella agresión y de aquella victoria que sucedieron al vil bombardeo de aeropuertos cubanos, que privó de la vida a varios de nuestros compatriotas —el que escribió el nombre de Fidel con su sangre incluido— los sentimientos debían permanecer intactos.
Trabajadores y cuadros de los Comités Provincial y Municipal del Partido en Sancti Spíritus con entre cinco y 45 años de servicio ejemplar e ininterrumpido a la organización recibieron el reconocimiento colectivo. Un diploma, una flor, pero más que eso el cariño de quienes aplaudieron sus aportes en lustros y más lustros de desvelo fueron a parar a los corazones de Wilder Fuentes Ramírez, Félix Fuentes Ramírez y Jesús Ramón Castellanos, los dos primeros operadores de audio, aunque en el caso de Wilder con 45 años de ejercicio en función del Partido y en el de su hermano, con 40, al igual que Castellanos, el chofer de Taller y Piquera que perdió el número de viajes en contingencias y gestiones.
Las listas de los agasajados, de acuerdo con el tiempo de labor activa, son largas, mas calaron, nombre por nombre, en el ánimo de los presentes en el Teatro Principal, que cada año por estos días es sede de la celebración. Así, se supo, por ejemplo, que Roberto Reidel Díaz, chofer de ómnibus de la Escuela Provincial del Partido, acumula ya tres décadas y media; que Sonia Ortiz Amaró y Leonel Martín Linares, los profesores del mismo centro, acumulan 30, y que muchos otros trabajadores de esa institución docente llevan cifras redondas que representan horas de preparación política y metodológica o de clases ante el aula, papeleo de oficina o ajetreo administrativo en la hotelera.
Relució, asimismo, el desvelo por espacio de 30 años de Raúl Martín Camejo, chofer del Comité Provincial, y de Elina Ojito Linares, secretaria ejecutiva de esa propia estructura. Se hincharon, por igual motivo, los pechos de Gelasio Veloso, el más antiguo de los especialistas en Estudios Sociales, y del albañil A Alfredo de las Mercedes Pérez, que tantos cubos de mezcla y arreglos de todo tipo ha dejado tatuados en las estructuras de la sede provincial y de sus dependencias.
Huelga estampar cada nombre de los premiados en esta tarde del 16 de abril, fecha fundacional del Partido Comunista de Cuba y día de la declaración del carácter socialista de la Revolución cubana. Baste decir que muchos funcionarios, trabajadores de servicio y cuadros de dirección, José Ramón Monteagudo Ruiz, primer secretario del Partido en la provincia, y Osbel Lorenzo, su homólogo en la estructura municipal, entre ellos, por 25 y 15 años de quehacer, respectivamente, recibieron el agasajo en medio de un encuentro que rezumó el espíritu rebelde, optimista y persistente de la nación cubana.
Baste decir que la Unidad de Propaganda del Partido vibró junto con los latidos del corazón de Eloy Guerra Guerra, su director, quien completó dos décadas de constancia en el trabajo de la organización política; y que el Periódico Escambray se emocionó junto a sus reporteros Xiomara Alsina y Enrique Ojito, como también junto a Brito, el fotógrafo, Gisselle, la subdirectora, y Yamilé, la especialista en Gestión Documental, por sus 20 ó 10 años, indistintamente.
Anoto, en la premura del momento: chapista del Taller Automotor, programadora controladora, chofer, jefe de Seguridad y Protección, ponchero, carpintero, departamento de Edición. Percibo: orgullo de seguir el mismo rumbo que señalara el líder indiscutible del proceso revolucionario cubano en los días “luminosos y tristes de la Crisis del caribe”. Me conmuevo una vez más con la esperanza que emana del canto y del baile infantil, con la tradición mil veces espirituana de Pensamiento, la pieza que entona, cuidadoso, un joven; con la declamación patriótica de otro.
Y escribo, en la semitiniebla del teatro, las ideas esenciales de Armando Peña Roche, funcionario del Departamento de Organización y de Cuadros en el Comité Provincial del Partido, y de Pedro Antonio Conde, miembro del Buró Provincial. El primero habla en nombre de los homenajeados; el segundo pronuncia las palabras de clausura. Uno subraya el compromiso que representa este alto en el camino; el otro, la barbarie a que quiere conducirnos el gobierno de los Estados Unidos, potencia imperialista que organizó Girón y que no ha cesado en sus planes de desestabilización.
Está claro: tiene que seguir siendo cubanísima el alma de todos. Tiene el verde caimán que seguir asombrando al mundo con su estrella que ilumina y mata. Tienen la verdad y la unidad que seguir conduciéndonos a la preservación de esa paz que ha permitido en este día, como en todos los demás del año, que niños llenos de simpatía y de frescor canten y bailen en una Cuba construida por su pueblo, el de adentro.
A veces se cree que porque se trata del Partido la gente es menos entregada y no es así. Me consta, porque mi hija trabajó ahí, que es un lugar donde existe entrega y mucho sacrificio.
Felicito a todos los homenajeados en esta fecha, tan importante para la historia de Cuba, que en Girón vio realizada la idea de Fidel de que las revoluciones tienen que defenderse por sí mismas, de lo contrario quienes se pasan la vida haciendo la guerra las aplastan.