El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, recorrió este seis de noviembre la Ciudad Prohibida o Museo del Palacio Imperial, un sitio milenario que marca exactamente el corazón de Beijing, la capital de China.
El gobernante conoció en una visita guiada sobre la construcción e historia del lugar que fue el centro del poder de las dinastías Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911).
Apreció las dimensiones, la magnífica arquitectura, esplendor, elegancia de objetos culturales y artísticos de este laberinto de casi mil edificios, cuyos tejados están adornados con figuras de criaturas mitológicas.
Díaz-Canel dejó constancia de su paso por el complejo al plasmar su firma en un libro.
La Ciudad Prohibida fue bautizada con dicho nombre, porque las personas corrientes no podían entrar sin permisos especiales en aquella época, a excepción de los cortesanos.
Allí vivieron 24 emperadores hasta 1911, cuando tuvo lugar la revolución que derrocó al régimen de la última dinastía feudal de China, la Qing.
El recorrido por el Museo del Palacio Imperial fue la segunda actividad de Díaz-Canel tras llegar este miércoles a Beijing procedente de la municipalidad de Shanghái (este), donde abrió ayer su primera visita oficial a China como mandatario de Cuba.
Anteriormente conversó con Wang Yang, el presidente del Comité Permanente de la XIII Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino.
Mañana lo hará con el gobernante anfitrión, Xi Jinping; el primer ministro, Li Keqiang, y el presidente de la Asamblea Popular Nacional. Li Zhanshu, en el Gran Palacio del Pueblo.
También está en planes la firma de acuerdos bilaterales y la colocación de ofrendas florales ante sitios de importancia histórica.
China es la cuarta parada de una gira del dignatario cubano por países de Europa y Asia que lo llevó a Francia, Rusia y la República Popular Democrática de Corea.
El periplo seguirá desde el viernes en Vietnam y Laos.
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