Caía la tarde en la ciudad de Santiago de Cuba cuando el Secretario General del Partido Comunista de Vietnam, Nguyen Phu Trong, llegó al cementerio de Santa Ifigenia, acompañado por el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, para rendir tributo a Martí, Fidel, Céspedes y Mariana, justo en la última jornada de su visita de Estado a la Isla.
Como sucede siempre en ese sagrado altar de la Patria, las emociones afloraron cuando, luego de los himnos de ambas naciones y el estremecedor toque de silencio, se efectuó el cambio de la guardia de honor que, como exacto mecanismo de reloj, ocurre cada media hora del día en este histórico sitio.
Luego los dos dirigentes partidistas y las respectivas delegaciones comenzaron su homenaje personal con flores blancas para el Apóstol cubano en el mausoleo que resguarda los restos de quien describiera a la tierra de los anamitas, en su libro La Edad de Oro, como un pueblo pequeño y lejano, pero valiente, guerrero, laborioso y generoso.
El tributo siguió después ante la piedra que atesora las cenizas del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Allí Nguyen Phu Trong depositó una hermosa ofrenda floral dedicada al líder la Revolución Cubana y único jefe de Estado que visitara en medio de la guerra las zonas recién liberadas del sur de Vietnam, en el ya lejano septiembre de 1973.
Unos segundos en silencio dedicó el líder vietnamita a quien fuera el impulsor de la excelente amistad que ha unido siempre a las dos naciones, las cuales aun separadas por miles de kilómetros comparten una historia común desde que Fidel sellara el compromiso con aquellas sentidas palabras de que por Vietnam estaríamos dispuestos a dar nuestra propia sangre.
Desde allí caminaron luego hasta los monumentos erigidos a la memoria del Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, y de la Madre de la Patria, Mariana Grajales.
El tributo del dirigente partidista a la gloriosa historia de Cuba había empezado en esta ciudad por el Museo 26 de Julio, ubicado en el otrora cuartel Moncada. Junto a Raúl, uno de los principales artífices de la historia que allí se conserva, Nguyen Phu Trong conoció sobre la hazaña de aquellos muchachos que 65 años atrás asaltaron la fortaleza militar para construir luego una Revolución.
De primera mano y entre anécdotas narradas por el General de Ejército, supo de las atrocidades cometidas por la tiranía batistiana contra los asaltantes, de la prisión en Isla de Pinos, del exilio en México, de la tormentosa travesía en el yate Granma, de la lucha clandestina, de la Sierra Maestra y del triunfo definitivo.
Al finalizar la jornada y ya cerca de las diez de la noche, el Presidente cubano acudió al aeropuerto internacional Antonio Maceo para despedir desde la escalerilla del avión al compañero Nguyen Phu Trong.
Con un estrechón de manos y un fuerte abrazo concluyó el histórico intercambio que marca un nuevo hito en las relaciones entre Cuba y Vietnam, establecidas en 1960 y afianzadas con esta entrañable visita.
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