La embajadora norteamericana ante la ONU, Nikki Haley, presentó su dimisión al presidente Donald Trump, en lo que resulta la renuncia más reciente en una administración con numerosas bajas, reportan hoy medios locales.
Diversas organizaciones periodísticas citaron a fuentes gubernamentales que informaron sobre la decisión de Haley, exgobernadora de Carolina del Sur que fue confirmada fácilmente para el cargo solo cuatro días después de la llegada de Trump a la Casa Blanca el 20 de enero de 2017.
De acuerdo con el portal digital Axios, ella discutió su renuncia con Trump la semana pasada durante una visita a la Casa Blanca, y el medio sostuvo que la noticia conmocionó a una serie de altos funcionarios de política exterior en la administración.
En su periodo como embajadora ante la ONU, Haley supervisó los fuertes y controvertidos cambios promovidos por Trump con respecto a la presencia de Estados Unidos en el organismo multilateral.
La etapa de Haley ha estado marcada por meses de una relación compleja con Naciones Unidas, pues solo en el último año el presidente estadounidense decidió abandonar la Unesco, el Pacto Mundial sobre Inmigración y el Consejo de Derechos Humanos.
En este último caso Washington usó el pretexto de que en ese órgano existe un ‘prejuicio crónico’ contra Israel, y Haley se refirió a esa estructura como ‘el mayor fracaso’ de la organización.
A ello se unió que a finales de agosto Washington dio a conocer el cese de la entrega de fondos norteamericanos a la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados de Palestina en Oriente Medio, tras recortar poco antes el financiamiento a programas en Gaza y Cisjordania.
Con su renuncia, Haley se convierte en la última figura de política exterior de alto perfil en abandonar la administración Trump, pues ya lo hicieron antes el exsecretario de Estado Rex Tillerson, y dos asesores de seguridad nacional, Michael Flynn y Herbert McMaster.
En algunas de las ocasiones en las que hubo rumores sobre el despido o la renuncia de Tillerson, el nombre de Haley fue mencionado como una posible elección para ponerse al frente de la diplomacia estadounidense, un cargo para el cual Trump finalmente eligió a Mike Pompeo.
Grupos de ética solicitaron recientemente una investigación acerca de si la embajadora aceptó inapropiadamente vuelos ofrecidos por hombres de negocios de Carolina del Sur.
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