Ríos enfermos en Fomento

En una misiva de esas que llegan rara vez, con criterios y sugerencias de quienes nos leen, Rogelio Cuan Rodríguez, miembro y presidente fundador de la Federación Cubana de Caza Deportiva (FCCD) en Fomento, vierte sus reflexiones en torno al comentario “Baños Truncos”, publicado el pasado 11 de agosto bajo la rúbrica de la colega Xiomara Alsina.

El remitente se aparta de la óptica del empleo de los ríos, arroyos y piscinas con fines recreativos y pone el dedo sobre la llaga que le duele no solo a él, sino también a otros defensores de los recursos naturales en aquel territorio. “Esta asociación agrupa a más de 80 miembros y la mayoría vive en zonas rurales o montañosas, razón por la que son conocedores con exactitud de todos los rincones del lomerío del Escambray. Nuestro principal objetivo es el cuidado y preservación del medio ambiente, felizmente ponderado en nuestro Proyecto Constitucional. (…) Poseemos un inmenso dolor al apreciar el lamentable estado que presentan los ríos del municipio, con una agravada y creciente situación de contaminación, por lo que no ha quedado más remedio que prohibir el uso de las áreas de baño definitivamente”, reseña el remitente.

Tras aludir a las causas del fenómeno expuesto por la periodista en su trabajo, apunta que en el caso de Fomento las fuentes contaminantes más graves resultan el vertimiento de los residuales del reparto Mario Muñoz hacia el río Cangrejo, de forma permanente, por lo que apunta: “Si lloviera de manera intensa al día siguiente la situación se mantendría”. De igual forma aclara que río arriba existen otras fuentes contaminantes para dichas aguas y añade que en un estado similar se encuentra el río Sipiabo, corrompido desde muy cerca de su nacimiento y muy próximo a la base de campismo La Hormiga, de cuyos visitantes constituye la diversión principal.

“Aquí se lamenta que este estado de cosas repercuta profundamente en el área protegida del municipio, perteneciente a la empresa de Flora y Fauna, que se proyecta por resaltar la belleza natural sin precedente de este aguerrido pueblo del Che”, apunta Rogelio y añade:

“La periodista al finalizar su artículo mencionaba la falta de previsión y de empeño, así como de acción por parte de algunos organismos. La situación de Fomento es bien conocida y los puntos de contaminación se ubican con bastante exactitud, lo cual realmente alarma, porque nadie hace lo necesario. Sabemos que se han aplicado multas y hecho advertencias, pero ello no ha contribuido a la solución al no implicar la supresión de ninguna fuente contaminante. Conocemos, además, que se han conformado comisiones de trabajo, realizado trabajos periodísticos, programas radiales y televisivos con el fin de detener las ilegalidades, pero han resultado insuficientes o ineficientes”.

Por último, el lector informa que la membresía de la FCCD en aquel territorio está en disposición de apoyar a los organismos implicados en el asunto con misiones específicas a fin de sanear los ríos, como mismo han contribuido al control de los incendios forestales por medio del Cuerpo de Guardabosques.

También el caudaloso río Agabama, conocido por la fuerza de sus aguas al crecer y por poseer un balneario, sufre de contaminación, según hacía constar la autora del comentario. Valdría la pena que el tema, de reciente análisis en el Consejo de la Administración Provincial, fuera tomado de las riendas, pues de lo contrario, como bien sugiere Cuan, habría nefastas consecuencias para las presentes y futuras generaciones.