Francia respondió a su cartel de favorita al derrotar por 1-0 a Bélgica e incluirse por tercera ocasión en la gran final de una Copa del Mundo de fútbol
Sin embargo, en el balompié mandan los goles y Samuel Umtiti, el zaguero del FC Barcelona, mandó a guardar la pelota a donde tejen las arañas en el minuto 51 y sentenció el partido ante más de 64 mil espectadores congregados en el estadio Krestovski de esta ciudad, antigua Leningrado.
Los monarcas del orbe de 1998 y subtitulares de 2006 tenían apoyo minoritario en las tribunas, pero la experiencia, la tranquilidad y el calibre de sus jugadores terminó por definir el encuentro. Su defensa trabajó a un nivel altísimo durante todo el cotejo.
Para los galos será el tercer partido por el trono que disputen en los últimos seis mundiales, o lo que es igual, el tercer match por la corona en apenas dos décadas. Casi nada.
En 1998 conquistaron el cetro con soberbio triunfo en la final por 3-0 sobre Brasil, con Zinedine Zidane en roles protagónicos; mientras en 2006 cayeron ante Italia en la tanda de penales, precisamente en el adiós de Zizou.
Curiosamente, el actual entrenador de Francia Didier Deschamps era el capitán de aquella selección de 1998, por lo que pudiera convertirse en campeón como jugador y como técnico, algo solo conseguido por el brasileño Jorge ‘El Lobo’ Zagallo y el alemán Franz ‘ El Kaiser’ Beckenbauer.
Con la victoria de este martes, Francia puso 3-0 el enfrentamiento bilateral ante Bélgica en campeonatos del orbe, tras los éxitos alcanzados en 1938 y 1986.
Francia, que llegó al certamen como una de las grandes candidatas al título junto a Brasil, Alemania y España, jugará la finalísima del próximo domingo, contra la selección que se imponga en el duelo de mañana entre Croacia e Inglaterra.
Una vez más, Bélgica volvió a quedar a las puertas de la gran final de una Copa del Mundo, como le ocurrió también en 1986, cuando fueron eliminados en semis ante la Argentina de Diego Armando Maradona, a la postre monarca de esa justa.
De paso, los Diablos Rojos vieron quebrarse su racha de 24 partidos sin conocer la derrota, aunque esa seguidilla quedaba en segundo plano porque, a vista de todos, los rostros de los jugadores expresaban altas cargas de dolor por la derrota, ni recordaban aquel invicto anecdótico.
Francia espera tranquila en la final de Rusia-2018. Sus hinchas comienzan desde ya a recargar baterías. Croacia e Inglaterra piensan en el mañana, tienen la obligación de mostrar su mejor cara para poder pelearle el cetro a los galos.
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