Escambray Periódico de Sancti Spíritus
La recuperación se abre camino en las dos instalaciones porcinas de Yaguajay. Impone la provincia récord en la producción de carne
La película del sábado en Carbó (+fotos)
En la nueva película de Carbó hay escenas bien diferentes a aquellas imágenes del Apocalipsis que se vivieron en septiembre en los dos centros integrales porcinos enclavados en esa loma pegada al litoral norte, en Yaguajay. Entonces aquel inmenso remolino de vientos nombrado Irma hirió de muerte las instalaciones donde se garantiza buena parte de la reproducción en Sancti Spíritus.
En el rodaje del filme de la recuperación han intervenido actores de varias partes de la provincia, pero nadie les ha podido quitar a esos trabajadores el papel protagónico principal, tanto que ni pensaron en vacaciones ni domingos, solo se preocuparon por curar las heridas del huracán y, si usaron algún maquillaje, fue el del sudor.
Entonces quienes laboran en las naves se volvieron techadores, cerrajeros, carpinteros; las manos y los hombros hicieron de grúas para bajar y volver a subir cuanto pedazo de canalón se pudo salvar; entonces la Empresa Porcina Sancti Spíritus dejó a un lado el esquema provincial y durante muchas semanas se llamó Carbó.
“Esto ha sido como hacer otra vez la instalación, que sin cumplir los dos meses de inaugurada el huracán la destruyó, fue duro porque nos habíamos pasado tres años construyéndola nosotros mismos, con mucho sacrificio, el mismo que hemos hecho ahora para levantarla otra vez”, manifestó Jesús Hernández Roque, operario agropecuario en la Unidad Empresarial de Base Carbó II, edificada a un costo cercano a los 10 millones de pesos.
RECUPERACIÓN CON BIOSEGURIDAD
Lázaro León Cordero, uno de los directivos principales en la nueva instalación dedicada a la reproducción, evita mirar las fotos de la destrucción que archiva en su celular. A fin de cuentas, las jornadas no han dejado espacio para los malos recuerdos y mucho menos olvida que “la idea de recuperar todo el techo que pudiera salvarse salió primero de los propios trabajadores”.
Por esa vía la unidad rescató 5 250 metros cuadrados de techo, poco más de la mitad del total de la cubierta afectada por Irma
—9 913 metros cuadrados—, lo demás se asumió con planchas nuevas, una faena que involucró también a fuerzas de las Empresas de Talleres Agropecuarios y de Montaje y Construcción pertenecientes al sector agrícola, como muestra del apoyo del país.
De las 20 naves, prácticamente la única afectación del huracán pendiente de solución se localiza en la del extremo, la más abatida por los vientos, donde quedan por fundir —por fuerzas del Micons—las 12 columnas de hormigón dañadas, colocar las estructuras que sostendrán la cubierta y alrededor de 150 metros cuadrados de techo, explicó León Cordero.
“Durante todo este tiempo —añadió— el colectivo ha vivido más aquí que en sus casas; fíjate, que los custodios terminan la guardia al amanecer y se incorporan en la actividad que haga falta, la gente renunció hasta las vacaciones, jamás imaginé una recuperación tan rápida y sin perder la bioseguridad”.
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Escambray / ISSN 9664-1277
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