Aunque la lluvia del pasado fin de semana intentó entorpecer la realización del encuentro regional del Clásico nacional de punto cubano 2018: Mi tierra es así, la voluntad de los amantes de ese género musical y los directivos del sector cultural en el territorio no dejaron que el tiempo opacara las melodías, las décimas y los versos improvisados.
Se convirtió, sin embargo, en atractiva jornada donde una de las más antiguas tradiciones de la cultura campesina se coronó con expresiones de calidad, llegadas desde Villa Clara, Ciego de Ávila y este terruño en busca de obtener el único pase de la región central al encuentro final, previsto del 12 al 14 de octubre en La Habana.
A pesar de que Sancti Spíritus mereció el segundo lugar, detrás de Villa Clara, sus cantores, músicos, improvisadores y tonadistas demostraron que no en vano habían merecido la sede de tan notorio certamen.
“Ya tenemos un prestigio a nivel de país, pues existe una estrecha relación con el Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, gracias a eventos como el Toda luz y toda mía y los que tienen lugar en la Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez. Por supuesto, a esto le acompaña nuestra tradición ya que en Arroyo Blanco está el punto más antiguo de Cuba y el espirituano es el más bello”, sentencia sin tapujos Antonio Rodríguez Salvador, integrante del jurado de la cita.
Y como verdaderos herederos de quienes crearon los típicos sonidos que merecieron la declaración de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, subió a la escena el Trío de cuerdas de Sancti Spíritus, acompañado por el percusionista de Son del centro.
“Villa Clara no tuvo una gran ventaja por traer al Quinteto criollo, nominado a los Grammy Latinos en Estados Unidos en 2012 en el apartado de Mejor Álbum Tropical Tradicional, pues decidieron pequeñísimas diferencias, que quizá en otros certámenes ni se hubiesen tenido en cuenta. La calidad estuvo muy pareja. También influyó el desempeño de los repentistas, puesto que tuvimos como pata coja las ausencias de Raúl Herrera y Gabino Rodríguez”, añade.
Precisamente, al frente de la agrupación espirituana estuvo el reconocido músico Juan Hernández, quien armonizó con exactitud el sonido de un trío con la música trovadoresca y campesina.
“Pienso que, más que una competencia, resultó un saludable intercambio donde ganó la música folclórica campesina. A nuestro trabajo también se le unió la maestría de Merari Mangly, quien creó 15 décimas en los días del evento, a partir de los retos que le impuso su homólogo y las creaciones pictóricas in situ de Mario Félix Bernal, igualmente inspirado por el ambiente que se respiraba allí”, rememora.
A juicio de Antonio Rodríguez Salvador, cuando se evalúa el punto cubano hay que tener el oído bien fino, pues resulta fundamental la música que nace de los instrumentos y no tanto así el repentismo, como quizá muchas personas pudieran pensar, ya que hay algunos como el de Arroyo Blanco donde poder improvisar deviene casi una utopía.
Otra de las novedades del encuentro regional, celebrado en Sancti Spíritus, resultó el descubrimiento de Yaíma García, tonadista aficionada de la comunidad de Pozas.
Un miembro del jurado aseguró: “Es un verdadero hallazgo, es como si su voz tuviera miel. Si alguien dudara de la continuidad, ella y el resto de los jóvenes asistentes son suficientes para confirmar su buena salud en el tiempo”.
Incluso, refiere Juan Hernández, su interpretación fue aplaudida por la experimentada Ernestina Trimiño Velasco, quien evaluó de exquisita su interpretación.
No obstante, reconoce Rodríguez Salvador, aún se precisa mucho por hacer para acercar a un mayor número de personas a ese género musical. Tal empeño se ha tomado muy en serio el repentista Luis Paz Esquivel (Papillo), director del Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, promotor junto al Instituto Cubano de la Música de esta segunda edición.
“Sigo sus pasos por Facebook y se mueve por todo el país para apoyar cuanto evento se realiza porque, aunque tengamos mucha tradición, hay que potenciar a quienes la materializan porque la Unesco cada cierto tiempo visita la isla para validar o no la condición del punto cubano como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”, afirma.
Lamentablemente, nuestro terruño no estará entre los tres grandes —Pinar del Río, Las Tunas y Villa Clara— en el encuentro nacional, durante la Jornada por la Cultura Cubana, en el mes de octubre. Mas, desde aquí aún hay varias generaciones que salvaguardan con dientes y uñas el punto cubano, como verdadera joya de nuestro acervo cultural.
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