La entrada en funcionamiento de una nueva planta de tratamiento de semilla de arroz coloca a la Empresa Agroindustrial de Granos (EAIG) Sur del Jíbaro en mejores condiciones para respaldar la entrega de simientes con mayor calidad a los productores y deviene en un salto tecnológico llamado a incrementar el rendimiento agrícola del cereal.
Camilo Meneses Gómez, director industrial de la EAIG, explicó a Escambray que la nueva inversión, instalada con fuerzas propias en el secadero Los Españoles, sustituye la antigua planta con más de 40 años de explotación y representa una importante modernización de ese eslabón de la cadena agroindustrial, en un momento en que Sur del Jíbaro logra ya autoabastecerse de semilla a raíz del trabajo desplegado con el apoyo de la Estación Territorial de Investigaciones de Arroz y Granos, ubicada en La Sierpe.
“Es un equipamiento de tecnología china —actualmente en las fases de explotación y prueba— y las ventajas están en la mejor clasificación del grano, aumenta la capacidad de procesamiento de semilla en unas 100 toneladas, protege más al hombre porque es un sistema automatizado y las máquinas son superiores en el tratamiento del arroz”, señaló Meneses Gómez.
Alfredo Rodríguez Valdés, operador de la planta, precisó que “el proceso consiste en mejorar la semilla, la saca con una calidad superior, es mejor para los rendimientos en el campo porque no van granos picados, ni vanos, ni cabecilla, ninguna materia extraña, todo eso lo extrae la nueva planta”.
Añadió el operario que la instalación recibe el producto de la UBPC Las Nuevas, especializada en la producción de semilla de arroz. “El trabajo es parecido a lo que hacemos en la casa cuando escogemos el arroz y solo queda el grano bueno, se trata de un escogido automático, no para comer, sino para sembrarlo”, agregó.
Esta planta viene a darle el acabado final a la calidad de la semilla que se siembra, aseguró Yusniel Enamorado Carmenate, especialista de control de calidad en la UEB Secadero Los Españoles.
“Con la planta vieja —agregó— costaba trabajo llegar a los parámetros exigidos, la semilla no salía con la calidad óptima, quedaba con un tres o un cuatro por ciento de impurezas, eso es arroz que llega a la terraza y no nace; ahora con esta inversión debemos entregar una semilla pura”.
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