Tras el embate de las intensas precipitaciones el sector está inmerso en acciones recuperativas que se limitan por la humedad en los suelos
Luego de varios meses lidiando con un régimen de humedad que trastocó el ciclo de diversos cultivos, la agricultura espirituana ha vuelto a quedar en una desfavorable coyuntura por el embate de las intensas lluvias, que en muchas partes menguaron las proyecciones productivas para este momento, lo cual obliga a encontrar espacios de suelo y tiempo donde sea posible roturar y sembrar prácticamente en medio del fango.
No hace falta calificar la magnitud de las afectaciones provocadas por el reciente chaparrón de agua, es mejor exponer que en esos días se dejaron de acopiar, de acuerdo con los ritmos que exhibía entonces la producción, unos 250 000 litros de leche por la incomunicación con muchos lugares, apuntó Juan José González Nazco, delegado de la rama en Sancti Spíritus.
Precisó, además, que por ahogamiento y enfriamiento se reportan muertes en el rebaño, sobre todo de terneros, perjuicios que todavía se cuantifican y se concentraron mayormente en áreas ganaderas de Yaguajay y Trinidad, territorio este último en el que las zonas altas, a donde tradicionalmente se lleva la masa, quedaron cubiertas por agua.
De acuerdo con la propia fuente, los renglones de maíz, yuca y frijol acapararon el 65 por ciento de las afectaciones en los cultivos varios — más de 8 700 hectáreas—, en tanto se reanudó la cosecha del arroz maduro, pero se estiman pérdidas en el entorno de las 2 500 toneladas, si se considera el impacto de las precipitaciones en las terrazas en fase de floración o recién sembradas, a la vez que resulta alentador el alto rendimiento agrícola en la actual recolección, subrayó.
“Antes del evento lluvioso se recogió todo lo que estaba de cosecha, principalmente plátano y calabaza, después se ha ido sacando algún nivel de productos en la medida de las posibilidades de cada lugar, no todo se perdió, pero las condiciones de humedad impiden entrar a los campos en muchas áreas y preparar la tierra para hacer de inmediato siembras de ciclo corto”, explicó González Nazco.
Señaló además que de las 603 hectáreas de capadura de tabaco, solo se pudieron recuperar 190; mientras alrededor del 40 por ciento de los cujes de la hoja almacenados en los aposentos reporta daños por humedad y se inició el acopio con unas 200 toneladas llevadas ya hacia las escogidas.
La estrategia a seguir, informó Alberto Reina Montiel, subdelegado Agrícola en el sector, es la limpieza de los cultivos, la fumigación y otras medidas de sanidad vegetal, continuar sembrando según lo programado en los planes para la fecha y plantar otra vez todas las áreas que se dañaron. Por lo pronto, las cosechas se concentrarán en el plátano, la calabaza y alguna cantidad de boniato que se salvó, añadió Reina Montiel.
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