No supo jamás el hombre aquel de quién provenía el riñón salvador que lo alejó de un tajo del acople esclavo a las máquinas de hemodiálisis tres veces por semana. No supieron jamás los familiares del muchacho aquel —que aun en medio del desgarro por su muerte decidieron asentir a la donación de sus riñones— a quién habían salvado luego.
Se sucede sin fechas ni horarios en el Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos. Desde que en 1990 se iniciara allí el programa de donación y trasplante de órganos, tejidos y células —convertido en servicio a partir del 2014— se benefician no solo personas del territorio espirituano.
Según la doctora Yamelis Medinilla Fernández —especialista en Medicina General Integral, en Medicina Intensiva y Emergencia y coordinadora del servicio de donación y trasplante de órganos, tejidos y células— el programa se ha ido consolidando en la provincia. Tanto que en lo que va de año se han realizado cinco donaciones monorgánicas, que equivalen a 10 riñones donados, y cerca de una docena de pacientes han donado córneas.
“En nuestro hospital se hace solo la extracción de los órganos y estos se envían a Santa Clara, que es el centro regional de trasplante. En el caso de los tejidos —las córneas—, se extraen y se trasplantan aquí, ya hasta la fecha ocho pacientes se han beneficiado. La mayoría de los órganos extraídos son útiles para realizar los trasplantes”, apunta Medinilla Fernández.
Por su parte, más de 10 espirituanos que padecen insuficiencia renal crónica y que han estado en espera de un trasplante renal han sido trasplantados en este 2018, cifra que supera a lo conseguido en años anteriores.
De acuerdo con las declaraciones de la doctora, si algo ha marcado un avance significativo es la sensibilización de la familia, pues la mayoría ha accedido a donar los órganos de sus familiares.
A propósito del consentimiento familiar logrado, la licenciada en Enfermería Ivette Lorenzo Córdova, enfermera coordinadora del servicio, sostiene: “El nivel de conciencia de la población respecto al tema ha aumentado, pues se ha interiorizado que se pueden salvar otras vidas a partir de la muerte”.
Los especialistas señalan que no basta con la disposición familiar; existen criterios establecidos para la donación: en el caso de los donantes cadavéricos son personas que se hallan en muerte encefálica —a causa, fundamentalmente, de accidentes cerebrovasculares, traumas de cráneo, encefalopatías hipóxicas— y pueden tener hasta 70 años si no padecen de ninguna enfermedad que lo contraindique.
Pero en la isla se ha abierto otra brecha a las donaciones de órganos, las cuales incluyen también a los donantes vivos. Aclara Medinilla Fernández que aún no existe una respuesta ágil de la familia acerca de este asunto.
Pese a que en el 2015 el Ministerio de Salud Pública emitió en la Gaceta Oficial de la República de Cuba resoluciones donde se amplía la posibilidad de donar desde el primero hasta el cuarto grado de consanguinidad, a los cónyuges, a los hijastros…, las personas no agotan esta vía.
“Todavía los familiares no optan por esta posibilidad y, sin embargo, garantiza un nivel de resolución más ágil que la espera por la compatibilidad de los órganos de un donante cadavérico”, asegura Lorenzo Córdova.
Para hacer relevante un servicio relegado por algunos y agradecido por todos, se dispone de un equipo multidisciplinario integrado por médico, enfermera, psicólogo y técnico de tejidos. Se cuenta, además, con cirujanos entrenados y con el apoyo del Sistema Integrado de Urgencias Médicas (SIUM).
Es una labor que lidia constantemente con el dolor de los otros para salvar. Mientras para el hombre aquel queda anónimamente el nombre de ese muchacho que un día, sin saberlo siquiera, le donó parte de su vida.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.